La bestia

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—¡Feliz cumpleaños! —salto de la cama asustada, de nuevo tengo dolor de cabeza, en la puerta están Sophi, Rubí, y Esmeralda con un pastel y gorritos de fiesta.

Sonrío y me levanto, camino hasta ellas y me abrazan, Hunter no está en la cama ni con ellas.

El cuero cabelludo me pica y estoy nerviosa de volver a verlo.

—Aún es tu cumpleaños, y como ayer no pudimos estar contigo pues te lo festejamos hoy, si no te molesta.

—No, claro que no está bien, gracias.

Rubí me mira raro, junto las cejas y sonríe mostrando los dientes.

¿Qué le pasa?

—¿Te pasa algo Rubí?

—No, pero veo que pasaste muy buena noche.

Me mira de arriba a abajo, hago lo mismo para ver qué hay de malo en mí, me tapo la cara con ambas manos sintiendo un tremendo calor.

Estoy solamente en bragas y con la camisa de Hunter.

—No te preocupes, vístete. Te esperamos afuera.

Sonrío nerviosa y cierro la puerta, me dejo caer recargando la espalda en ésta.

—¿Qué diablos pasó? —susurro mientras agarro mí cabeza.

Tengo vagos recuerdos de la fiesta, recuerdo que estaba llorando con Will y luego a Logan, se veía tan guapo... Por Dios, concéntrate Karla.

Bailamos y, me dio mi regalo y ¡mi celular!

Me levanto y corro hasta la silla donde está mi vestido, me quito la camisa de Hunter, aspiro su aroma, siempre huele tan rico, me lo pongo y abajo está mi celular.

Lo abrazo y beso feliz, de inmediato lo enciendo y mi bandeja de entrada está completamente llena de mensajes de mis padres, todos pidiéndome que regrese, siento un nudo en la garganta, los extraño demasiado.

Me sorprendo cuando veo que tengo un mensaje de mi abuela que vive en Napa.

*Cariño, tu madre está como loca preguntando por ti. Te diría que debes regresar pero... ¡Ya te habías tardado! Estoy de acuerdo en que al fin te desprendieras de tus aburridos padres. En cuanto puedas llámame.

Te adoro pequeña.

Me quedo unos segundos releyendo el mensaje.

Ella es maravillosa, y pese a que tiene sus años no deja de divertirse y disfrutar de su soltería.

Le devuelvo la llamada pero no contesta, doy un suspiro y salgo de la habitación, aún con el sabor de los besos de Hunter en mi boca.

Debería estar feliz al recordar sus palabras en mi oído, en mi cuello, pero no lo estoy.

Hubiera querido que amaneciéramos juntos y abrazados.

¿Dónde está?

Las chicas están sentadas en la barra pero no veo a Hunter por ningún lado y sin querer siento un pinchazo en el corazón.

—Ven Charlie —me dice Rubí haciendo un ademán— Sopla las velitas.

Arrastro los pies hasta llegar a ellas con una falsa sonrisa y digo, no es que no me guste que estén aquí, festejando mí cumpleaños, pero quiero saber que va a pasar con nosotros después de lo de anoche.

Necesito hablar con él, si tan sólo supiera dónde está.

Suspiro y me siento frente al pastel de fresa mientras ellas me ven con una enorme sonrisa.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2015 ⏰

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