Capítulo 1: (Camren)

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Capítulo 1: (Camren)

Camina segura. No lo hizo. No mires a tu alrededor. Miró con miedo cada sector. Confía. Jamás lo logró. Cree. Su fe se cortó. Vive. Lo hizo con temor. Ama... Ni siquiera lo intentó.

La caminata de la entrada a su habitación del internado se le hizo eterna. Los orbes verdes moviéndose nerviosos de un lado a otro con miedo de encontrar una cabellera rubia y ojos azules verdosos. Faltaba poco para llegar a su destino así que aceleró su paso. Podía distinguir los números metálicos de la simple puerta de madrea. El sonido constante del deslizamiento de las ruedas plásticas de la maleta contra el suelo parecía ponerla más nerviosa, teniendo golpes secos cada cuando pasaba por cada cerámica.

En su mente intentó recordar lo que se dijo antes de volver al internado. Camina segura, no mires a tu alrededor, confía, cree, vive, ama... En un comienzo lo creyó posible, pero ahora que lo intentaba, todas esas palabras cayeron al suelo. El miedo estaba presente, consumiéndola como si fuese un cigarrillo. El pánico hizo que sudara helado. Suspiró con la esperanza de que junto con el aire que salió de entre sus labios se vaya el temor.

Una vez frente a la puerta de su habitación sacó las llaves correspondientes insertándolas en la cerradura. Un "clic" le avisó que estaba abierto. Empujó la puerta haciendo que las bisagras chillen pidiendo aceite y entró en la fría y simple habitación que contenía dos camas, un escritorio y un gran armario; estaba tal como lo recordaba. Dejó la maleta a un lado mientras inhalaba el aroma a encierro del lugar, haciendo saber inmediatamente que así ha pasado el cuarto por mucho tiempo.

-Es acogedor, ¿no? – una voz femenina sonó a sus espaldas haciéndola sobresaltarse.

Una delgada y pequeña chica estaba en el umbral de la puerta con una maleta en su mano. La sonrisa tierna en sus labios le trajo calma, como si le susurraran en el oído de forma cariñosa que se tranquilice. Sus músculos se relajaron y la tensión disminuyó de su cuerpo mientras que le devolvía la sonrisa tímidamente. Su tranquila y dulce voz volvió a sonar por la habitación hasta sus oídos.

-Soy Ally – se presentó mientras cerraba la puerta a sus espaldas. Lauren no contestó, solo observó a la chica de cabello castaño claro, recordándole a su prima Alexa - ¿Cómo te llamas? – Ally miró a Lauren a los ojos esperando paciente su respuesta.

-Lauren – susurró tan bajo que Ally se tuvo que quedar procesando su nombre. Como si el cerebro de la pequeña hubiese unido las piezas de un difícil rompecabezas, sonrió luego de entender el nombre de la ojiverde.

-No eres de muchas palabras.

Lauren solo sonrió en respuesta. Era cierto, desde que todo empezó su personalidad se bloqueó, de una persona bastante alegre y social pasó a ser alguien que se cohíbe fácilmente, antisocial, tan temerosa que con lo más mínimo se horroriza. Su cambio fue extremo y lo que empezó aquel cambio tiene nombre y apellido; Cecelia Frey.

El nombre de la chica paso fugaz trayendo consigo recuerdos de su anterior vida. La relación que mantenía  era buena, incluso eran buenas amigas. Pero todo lo que ocurrió... hizo que Cecelia se convirtiera en la peor persona para Lauren. Los ojos azules verdosos brillantes que conocía se oscurecieron con el odio que le mostraba, su sonrisa perfecta se volvió extremadamente cínica y sus manos que antes chocaban con las suyas en un saludo amistoso ahora chocaban sin piedad contra su cuerpo dejando marcas de color como recuerdo de su paliza.

-¿Estas bien? – Ally la sacó de sus recuerdos en el internado.

Lauren asintió y se sentó a los pies de una de las camas.

-Solo tengo hambre – le dijo para calmarla.

 Y de algún modo no mentía. Había tenido un largo viaje y no había ingerido alimento alguno desde la mañana.

Miró el reloj que se encontraba colgado en la fría pared de color café, el horario y el minutero estaban quietos apuntando la hora de 3:35 pm.

Imposible, pensó sacando rápidamente su teléfono del bolsillo de su pantalón. 1:14 pm. El reloj estaba malo. Hora de comer.

Lauren se puso de pie y caminó hasta La puerta al pasillo, se volteó y miró a Ally.

-Iré a comer algo.

Ally asintió y eso le bastó para que la ojiverde se vuelta a la puerta. Pero en cuanto iba a abrirla ésta se abrió del otro lado golpeándola en el rostro, haciendo que caiga.

-¿Lauren, estás bien? – la pequeña Ally se acercó rápidamente a ella arrodillándose a su lado, examinándola.

-La mataste – otra voz desconocida sonó en la habitación.

-No seas tonta... - dijo otra chica – no la maté – la sonaba cerca de ella, así que abrió los ojos.

Como volver a amar (Camren fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora