Como volver a amar (Camren fanfic)

Capítulo 12:

Estaba en medio del pasillo, amarrada, con una cinta adhesiva en su boca para que no grite. Miró su cuerpo semidesnudo y no pudo creer que Elise le haya echo eso. Cerró los ojos tratando de calmar su enojo. Entendía y sabía que Elise debía de odiarla, así que pensó en que estaba en su derecho.

-¿Nat? – la voz conocida de su amiga acompañado de carcajadas de esta misma llamó su atención.

Natasha abrió sus ojos y miró a Hayley queriendo matarla con la mirada, pero no lo iba a hacer porque la pelirroja podía sacarla de ahí. Hayley se acercó a la pelinegra y la miró con burla para luego mirar la puerta del lado derecho.

-¿Elise hizo esto? – Natasha solo asintió – amo a esa chica – siguió riendo.

Entonces Natasha tuvo que soportar las risas de su mejor amiga hasta que le quitó la cinta adhesiva de la boca de una forma no muy delicada. El dolor hormigueante que tuvo en su mandíbula, mejillas y boca no fue fuerte, pero hubo dolor. Natasha luego hacer una mueca miró a su amiga disgustada.

-Sácame de una buena vez de aquí – exigió seriamente.

-De inmediato, vieja amargada – dijo moviéndose al respaldo de la silla en donde las manos de Natasha estaban amarradas – esta chica hizo un tonto nudo imposible – dijo Hayley tirando de las cuerdas, intentando desatarla pero al parecer en vez de hacer eso afirmaba el nudo.

Entonces se escucharon unos pasos. Hayley se dio vuelta de inmediato asustada de quien fuera el que iba por el pasillo. Para su suerte era Lucy Vives, una de sus amigas.

-Vaya, Nat – se burló - ¿Paseos en ropa interior? ¿Y no me invitaron?

-Cállate, Vives y ayúdame a salir.

Lucy se inclinó para desatar a su amiga y fácilmente lo logró con una navaja que llevaba en su bolsillo siempre.

-¿Y cómo está tu prima? – El notable interés de Lucy por su prima hizo que Natasha soltara un gruñido mientras se ponía de pie y recogía sus prendas de vestir que amablemente Elise dejó en el suelo.

-Está bien – respondió vistiéndose – gracias por tu "preocupación".

-Sabes que no le haré nada malo – Lucy rodó los ojos notablemente molesta por la desconfianza de su amiga.

-Sí, y yo soy virgen – ironizó mirándola seriamente.

A su lado la pelirroja soltó una leve risa ante lo dicho por la pelinegra, pero Lucy solo se quedó en silencio con una mueca en sus labios.

-Si la sigues sobreprotegiendo ella se va a cansar de esto, Negovanlis.

-Si la sigo protegiendo ella no saldrá lastimada nuevamente. No otra vez.