Como volver a amar (Camren fanfic)

Capítulo 13:

Ally se fue esa tarde luego de clases, su madre, Patricia, la fue a buscar para que fuera a ver a su padre al hospital. Camila estaba aún preocupada y esperaba con ansias la llamada de su amiga que prometió hacer para informarle como estaba Jerry. Sus manos se movían de forma inquieta por su pierna, haciendo un extraño ritmo con sus dedos una y otra vez. Dinah estaba a su lado tratando de calmar a Camila pero eso era imposible, ni siquiera logró prestar atención a las clases por culpa de eso.

-Mila, creo que ya es un poco tarde – dijo Dinah mirando el reloj digital en la mesita de noche. Eran las 11:24 pm.

-Mhm – asintió levantándose de la cama de Dinah dirigiéndose a la suya.

La luz de la lámpara se apagó y ella estaba de espalda pensando en que sería de Jerry. Esperaba que se mejorara pronto y que Ally vuelva. Tenía miedo de que Jerry muriera, él la había cuidado junto con Patricia cuando su padre murió y su madre creyó no poder con las niñas. Se encargó de mantenerla feliz, de llevarla a comer helado junto su mejor amiga... él la había hecho olvidar el dolor, y a pesar de que no tenían vínculos sanguíneos, ellos tenían un fuerte vínculo sentimental.

-Demonios – murmuró mirando a su alrededor. Dinah ya estaba dormida por lo que indicaba su respiración que de vez en cuando se volvía más fuerte soltando un ronquido. Parecía un patrón.

Camila se sentó en la cama y tomó como cada noche su almohada entre sus brazos, levantándose lentamente para evitar que su amiga se despierte. La puerta rechinó y se encontró con el pasillo iluminado con una luz tenue del otro lado proveniente de una de las lámparas que tenía cada guardia consigo. La luz se alejaba por suerte así que Camila podía pasar silenciosamente hacia las habitaciones más bajas. La habitación de Lauren y Ally era la doscientos dieciséis mientras que la suya era la habitación doscientos veinticinco; nueve habitaciones más arriba. Sacó un pie y rápidamente cerró la puerta sin hacer ruido. Se quitó las pantuflas rosas que hacían juego con su pijama para que estas no hagan ruido al contacto con el suelo y salió corriendo contando las habitaciones.

224... 223... 222... 221... 220... 219... 218... 217... ¡216!

Se detuvo frente a la puerta que tenía los números doscientos dieciséis y tomó aire. ¿Qué le diría Lauren al verla entrar a la habitación? Camila iba porque dormía con Ally desde pequeñas, en cambio, ahora no tenía esa excusa.

Tomó el picaporte y abrió la puerta. Lauren había dejado la puerta abierta como cada día desde que llegó al internado. Entró lentamente, cerró la puerta y miró el cuerpo inmóvil de Lauren. Estaba dormida. Por primera vez desde que Camila llegaba a esa habitación se encontraba con Lauren durmiendo. Se acercó a la cama curiosa y veló el sueño de la ojiverde. Era hermosa, realmente hermosa. Su cabello negro cubría parte de su pálido rostro y sus labios rosas resaltaban en su rostro, sus pestañas acariciaban sus mejillas y sus manos estaban aferradas a la suave tela de la almohada.

Entonces se dio cuenta de algo. Era esa sensación extraña que sentía cuando veía a la ojiverde cuando escuchaba su risa, cuando la veía sonreír, cuando escuchaba su voz, cuando sus ojos se cruzaban. Camila tenía esa extraña sensación, esa que quieres sentir por siempre.

Camila dio unos pasos hacia atrás sin querer dejar de mirar a Lauren, pero su mala suerte no la dejaba nunca. Chocó contra la mesita de noche y el Iphone de Lauren cayó al suelo. La ojiverde se sobresaltó y se sentó de golpe en la cama con los ojos bien abiertos. Camila quiso ser tragada por la tierra en ese momento.

Balbuceos incoherentes salieron de los labios de Camila mientras que los nervios recorrieron su cuerpo como un incómodo escalofrío, sus ojos se movieron inquietos por toda la habitación en busca de una salida para correr lejos de Lauren, pero nada pasó. El silencio predominó en la habitación hasta que Lauren pestañeó un par de veces y pronunció con voz ronca.