Era la "semana de la navidad", aquella ajetreada y calurosa semana en la que todos comenzaban a comprar los regalos de navidad en las grandes tiendas que a sabiendas de esto inflaban sus precios puesto que de todas formas la gente compraría. Nuestros amigos de Jaidefinichon se encontraban entre este tumulto de gente que caminaba como segada por los pasillos del Mall, habían comprado todos los regalos para sus familias y para algunos amigos pero aún les faltaban los regalos que se darían entre ellos.
-Ya cabros... -habló Nicolás acomodando las bolsas que colgaban de sus manos- díganme altiro que quieren.
-Una poleritians... -dijo Edgar relajadamente- si no me regalan ropa se me olvida comprarla.
-Ya, te voy a regalar dos entonces, pa' que cachi que soy buena onda, pero van a ser a mi gusto sipo'... -comentó entre risas el moreno- ya Jaimelen... ¿Qué queri'?
-No, no te voy a decir. -declaró el de barba- Teni' que adivinar que quiero pa' navidad.
-Yapo weon, no te pongai' maricón ahora... ¡No vei' que esta semana va a estar lleno de gente weon! -dijo Nicolás enojado-
-No es mi problema weon, adivina...
Los días comenzaron a pasar lentamente y Nicolás seguía sin saber que regalarle a Jaime, intentó por todos los medios convencer al de barba para que le dijera lo que quería, pero este no cedió ante nada. Navidad se acercaba cada vez más rápido y Nicolás comenzaba a desesperarse, en verdad quería regalarle algo que le gustase a Jaime porque este siempre le compraba exactamente lo que le pedía, sin importar precio y marca. Un día antes de la víspera de navidad Nicolás decidió hablar con Edgar para ver que podía hacer.
-¡¿QUÉ LE REGALO A ESTE MARICON, EDGAR POR LA CHUCHA?! -le gritaba por skype al rubio-
-Cálmate weon, que me reventai' la orejita... -le pidió amablemente- ¿Nunca te dijo al final?
-No weon, maricón reculiao... -suspiró pesadamente- ¿Qué hago?
-Troleatelo po' weon... -comentó entre risas el rubio- regálale una wea que le cargue, por pesao.
-Oh... no lo había pensado... -el moreno sonrió para sí mismo- gracias Edgar weon, ¡SOS GRANDE! ¡SABELÓ!
A las 12 de la noche en punto se encontraba Jaime parado en una plaza que quedaba cerca de su casa, obviamente no había nadie ahí pues todos estaban en sus respectivas casas abriendo los regalos de navidad. Jaime puteaba por lo bajo al moreno por hacerlo ir precisamente a esa hora a esperarlo como weon en la plaza, de pronto una manos cubrieron sus ojos.
-Jaime... -dijo con un suave tono de voz el moreno- adivina quién soy...
-Nico culiao, me asustaste... -quitó las manos del moreno y se giró para mirarlo- ¿Y mi regalo?
-Aquí está po'... -Jaime le miró extrañado buscando alguna bolsa que le diera una pista, pero el moreno no tenía nada, este solo río y de uno de sus bolsillos sacó una cinta de regalo lista para poner, la coloco en su cabello y miró al más alto- Yo soy tu regalo Jaimelen...
-¿Me estay weando? -le preguntó-
-No Jaimelito... yo soy tu regalo... -le miró sonriendo de medio lado mientras pensaba "me lo cagué rico al maricón"-
-Nico... -se acercó al menor, lo abrazó por la cintura y le miró a los ojos- ¿Cómo supiste justo lo que quería?
-¿Qué?...
El más alto se acercó al moreno y le beso tiernamente en los labios, este por su parte no movió ni un músculo, ni siquiera pestañeo. Jaime se alejó unos centímetros de Nicolás y le miró, el otro por su lado se puso totalmente rojo lo cual hizo reír al más alto.
-Yo... tú... ¿Por qué no me dijiste Jaime culiao? -preguntó rojo como un tómate de la vergüenza-
-Todo lo que quería para navidad eras tú Nico... -lo abrazo fuertemente- esta es la mejor navidad de todas...
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Weeeeeeenoooo... fue el ultimo por ahora... creo tener más xD ajhsjhajshajsa no lo sé, eeeeeeennnnnnn fffffiiiiiinnnnnn!!!! Dejen estreshita y un comentario, coman verduras y lavense los dientes antes de dormir.
-Jocho.