Quién lo diría

1 0 0
                                    

Quien lo diría, yo con tan buen sentido de orientación me terminaría perdiendo.
Y es verdad, me perdí en tus ojos.
Esos ojos que me embriagan de felicidad cuando se cruzan con los míos y provocan una sonrisa que no puedo disimular. Esa mirada que me acaricia el alma y me invita a conocer ese universo detrás de ellos.
Eso no es todo, me perdí en cada una de tus curvaturas. Cuando frunces el ceño porque algo te causa duda. Cuando me preguntas algo que te emociona y tus cejas se levantan junto a tus mejillas provocando esa sonrisa que tanto amo. Cuando se te forma ese pequeño hoyuelo, esa pequeña deformación que me genera tantas ganas de querer besarlo.
Pero tus labios son mi infierno y te diré por qué.
No hay un solo momento que pueda dejar de pensarlos, no existe. El saber que tienes algo tan poderoso que algún día quisiera probar me tiene atrapado a ti. A escuchar cada sonido proveniente de tu boca, a sentirlos y saber cómo se siente la felicidad en carne propia.
No olvidemos tus mejillas, cuando toman ese tono rojizo que no puedes ocultar y delatan tus emociones. Que no daría yo por poder abrazarte y así chocar mejillas durante un largo rato para así poder decirte al oído cuánto te extrañé y lo mucho que me haces feliz.
Hoy y siempre quiero volver a perderme en cada uno de tus lunares. En tus sonrisas. Y sobre todo, en tu mirada.

El recuerdo de ayer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora