Séptima Parte [completa]

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Natasha no notó el momento exacto en el que todo se volvió negro y tanto su mente como su cuerpo comenzaron a descansar después del todo el tiempo que llevaba despierta y sobre pensando todo pensamiento que tuviera; no obstante, sí que le fue imposible ignorar la forma en la que despertó... O, mejor dicho, la forma en la que fue despertada.

Resultaba ser que las esposas que llevaba puestas en sus muñecas, como si fueran unas pulseras metálicas cualquiera, no solo tenían la función de activar fuertes imanes que la obligaban a mantener sus manos juntas, sino que también tenían la función de dar una considerable descarga de energía eléctrica a quien las portaba, algo que nadie se molestó en informarle.

Así que, en resumen, a la rusa la hicieron despertar en contra de su voluntad con una gran descarga eléctrica sin ningún aviso previo, lo que la hizo soltar un grito de sorpresa y dolor mientras se sentaba en la cama de su celda.

~Me disculpo por la forma tan abrupta de despertarla, Agente Romanoff.

—¡¿Qué mierda, F.R.I.D.A.Y.?! —exclamó la pelirroja mirando hacia el techo—. Sé que no soy tu persona favorita, pero eso es ir demasiado lejos por haberte hackeado.

~No es por hackeo, Agente Romanoff; de hecho, me ayudó a descubrir grietas de seguridad en mi sistema y he estado trabajando en ellas, así que le agradezco por eso.

—¿De nada...? —respondió Natasha dudosa—. Espera, entonces ¿por qué la descarga eléctrica?

~Los protocolos de seguridad especifican que debo de informarle a todos los agentes y miembros del equipo calificados dentro de la Torre en caso de alguna emergencia.

—¿Una emergencia? —cuestionó la espía al ponerse rápidamente de pie—. ¿Qué es lo que pasa? ¿Dónde están los demás?

~La mayoría está afuera en una misión y he detectado a tres hombres acercándose a la Torre.

—¿Quiénes se quedaron? —Romanoff continúo tratando de conseguir información mientras salía de su celda y caminaba hacia el elevador.

~Seis de los chicos nuevos y el dinosaurio.

A la rusa no le sorprendió aquello, sabía que María no pondría en riesgo la vida de unos completos novatos por más poderes o magia que tuvieran para ofrecer como apoyo en la misión, pero también significaba que ahora era su responsabilidad protegerlos.

—Maldición, Hill, me dejaste sola con un dinosaurio para mantener con vida a seis niños... —exclamó Natasha con frustración y, en especial, con preocupación—. Diles a los chicos que me vean en la sala de reuniones tan pronto como puedan.

~Ya están en camino, es parte del protocolo que dejó la Comandante Hill antes de irse en la misión con los demás.

La pelirroja se observó rápidamente a sí misma una vez estuvo dentro del elevador, recordando que no solo no contaba con su traje táctico y que, además, tenía unas esposas que le haría complicado pelear y proteger a los chicos.

—F.R.I.D.A.Y., ¿puedes anular el protocolo de seguridad de las esposas?

~Me temo que no puedo liberarla sin la autorización de la Comandante Hill.

—Entonces dame el control manual de las defensas de la Torre —ordenó la rusa antes de salir del elevador—. No vamos a atacarlos ni advertirles de nuestra presencia aquí, dejaremos que se acerquen y veremos qué es lo que quieren —añadió al entrar a la sala de reuniones.

—¿Qué es lo que está pasando? —cuestionó Chase apenas vio entrar a la espía—. ¿Estamos siendo atacados?

—Aún no.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2023 ⏰

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