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Alemania corría con todas sus fuerzas sentía como el aire que faltaba en sus pulmones pero no le importaba quería llegar lo antes posible al hogar del ruso, era seguido por su gemelo el cual tenía una mochila con cosas importantes para su padre.

Al llegar al hogar nisiquiera tocaron la puerta puerta simplemente la y abrieron de golpe entrando al hogar asustando a los hijos del soviético que estaban tomando juguitos y galletas además de jugar juegos de mesa.

Hubo un breve silencio entre todos los integrantes del hogar asta escucharse la voz de sierto soviético bajar las escaleras junto a un alemán medio despierto.

—¡Papa! -gritaron los gemelos al ver a su "padre", el cual estaba cubierto frotando su ojo izquierdo, al escuchar el grito notablemente sobre salto al alemán mayor que se escondió detrás del soviético.

—Ale, Alan agradecería que no griten en mi hogar... -hablo serio Rusia, que se levantaba del sofa, para luego acercarse a ambos gemelos —¿Quieren jugó de naranja?

—No, papa...¿Donde estuviste? ¡Te buscamos toda la mañana! ¡Abulo Imperio y Prusia están preocupado por ti! ¡Wei-¡!

—¡No quiero escuchar su nombre! -grito el alemán tenía una expresión de enojo mientras se escondía cual niño detrás del soviético

—Papa, no quiero agobiar te pero tenemos que hablar seriamente de algo, por favor vamos a casa...

—¿¡Para que me encierren en una habitación y luego traigan a alguien para que me folle!? ¡Me niego a ir!

Ambos hermanos sentí vergüenza en esos momentos, las miradas de aquellos los integrantes eran molestos, además el joven de parche se sentía mareado con ganas de vomitar, fue considerado familia por lo del hogar por ende sentía más vergüenza más a un de aver dejando que todo pase.

Alemania aguanto un grito de estres además de desesperación, noto a su hermano con la mirada baja, se acercó a este dándoles suaves palmaditas en la espalda, miro nuevamente a su "padre", notando que ahora su expresión de enojo cambio a una de preocupación, además de darse cuenta que quería acercarse pero el soviético no le dejaba puesto que lo tenía agarrado de la cintura evitando que fuera donde los alemanes.

—Reich, ¿Por que no me dijiste antes?... -susurro el hombre de hoz y martillo

—No...no es algo malo...lo isieron por mi bien...no dije todo...no quiero depender de ti como ase años... -susurro mirando a sus hijos, tenía vergüenza, no podía haber dicho aquello fue algo del momento que se le escapó, ellos no tenían la culpa de nada, el culpable de todo como siempre era Weimar.

—Reich, deja de actuar así, se que en estos momentos necesitas mi ayuda y te la daré con gusto, no seas tonto, ya te aguante más de tres años, un año más un año menos no importa, te prometo que estaría para ti cuando me necesitarás y suponiendo que el que hubiera salido fue algo bueno y más hoy, talvez tu "Dios" ese que tanto quieres iso que pasará

El menor tembló pensando en aquello, talvez tenía razón, todo paso muy rápido, todo hiba muy rápido, URSS no era malo, sabía que podía confiar en el, lo miro a los ojos buscando alguna nuestra de mentira, pero nada, soltó un suave suspiro, para acercarse lentamente a sus hijos junto al soviético, tomó las manos de ambos gemelos que rápidamente se acercaron y abrazaron al alemán de tez carmín.

—Papa, no te diremos nada si no quieres escuchar, paso muchas cosas...demaciadas... -susurro Alan

—Ya, luego me digan todo, por ahora no tengo ganas, solo quiero descansar...

—Cof Cof, discúlpeme por interrumpir su bonitos y diabético momento de familia reconsillada ou no se, esto ¿me pasan con texto? -pregunto curioso Georgia