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Mi cuerpo se siente tan pesado, solo escucho palabrería sin sentido, mi gobernante se notaba cansado Friedrich Ebert.

Soltó un suspiro, mientras trataba se con se traeme en leer cada hoja, menos entendía, un gran deuda y interés.

Padre por favor vuelve.

—Puedes irte, yo me encargaré del resto, tu solo evita a la multitud las miradas de odio no se siente si finges ser otro

Animo aquel humano, enserio, se ve ya patético tratando de animar me, sabía que lo más probable sería mirado como un bicho raro, como odio ser en centro de atención.

Salí de la gran Oficina, solo quiero volver a mi hogar, talvez ver a mi hermano.

A Reich le gusta los dulces.

¿Le compró una barra de chocolate?

Será muy caro...la inflación no ayuda.

Salió de las instalaciones, seguí con la mirada al frente, mientras tratan de ignorar a mi gente.

¿Algun dia dejaran de mirarme así?

Yo no tengo la culpa de mi padre.

Siento que voy a vomitar.

Odio que me miren.

Camine asta un establecimiento, escucho susurros de enojo.

“Ese imbécil usa todo nuestro dinero para si mismo”

¿No puedo tratar de darle un gusto a mi hermano?

Agache la mirada mientras seguí mi camino, tome la barra de chocolate más barata, hiba a llevarla asta notar una llamativa.

Esta era de leche, además se veía muy bien, mire el precio, era algo cara, tal vez, sería mejor para otro dia.

De todas forma nadie podría comprarla.

Nadie de mi gente.

Solo, solo los judíos inmigrantes.

—Un gusto Weimar

Levante la mirada encontrando me con unos bellos ojos azules cual cielo, además de aquellos cabellera blanca cual nieve.

Por un momento sentí mi respiración parar.

—Oh, disculpa averte asustado, soy Israel, mi gente imigro mucho a tu país entonces decidí venir a tomarme este tiempo como "vacaciones", lamento mucho la situación, espero que en un momento podamos colaborar para así ayudar a tu gente

Sonrió suavemente, se veía tan delicado, agradable.

—Eh, si un gusto, si me disculpas me tengo que ir...

—¿Quieres ese chocolate?, te veías muy atento mirándolo, ay algunos mejores, pero parece que te da ilusion este de aquí te lo puedo pagar

—Oh, no, no, gracias, solo estaba viendo las cosas, espero que tu estancias en mi territorio sea agradable, eh, no tengo nada, pero si necesitas algo para tu gente puedes ir al edificó de Reichstag, comúnmente Berlín esta en ese lugar así me informa si deseas algo

—Oh, eso muy agradable de tu parte, talvez en algún momento pasé por ay

Se despidió aquel "joven" país, el alemán soltó un suave suspiro, para tomar el chocolate más barato, para irse a pagar, al salir del supermercado además de tratar de evitar las miradas jusgonas decidio pasar de largo asta las afueras de la ciudad de Berlín.

ᦗ𝕴𝖓𝖈𝖚𝖇𝖔ᦗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora