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—¡¿Que el presidente qué?! —Gritó Atsushi, botando la pila de libros que llevaba encima.

Rampo había desocupado una mano de su chocolate para apuntar directamente a Fukuzawa.

Y es que aquel hombre... 

era un niño...

—¡¿Presidente?! —Fue directamente él entonces el albino. Se había deslizado por el suelo para quedar agachado frente a este, quien con ojos llenos de ingenuidad y amor, le sonrió de forma brillante.

—¿Quién es "presidente"? —Preguntó, ladeando su cabeza hacia Atsushi, con aquellos ojos serios que podían ser bonitos pero intensos.

Se nos desmayó el niño-tigre luego de eso.

Yosano largó un suspiro una vez pudo presenciar todo aquello. Ella era quien había estado junto al ahora niño Fukuzawa todo ese tiempo que había sido exactamente eso: un niño. 

Todo había empezado esa mañana.

En una misión donde Tanizaki ya había advertido de un orfanato recién inaugurado hace solo un par de semanas en la ciudad. Las noticias que venían junto al recinto ya estaban causando ciertos estragos en las calles.

La advertencia había sido enviada a toda la agencia luego, y por probar suerte, Kenji iría junto a Tanizaki a observar más de cerca.

Sin embargo, esa misma mañana, el líder de la agencia había desaparecido. No se había presentado en toda la madrugada.

Ante la extrañeza misma, Rampo fue el primero en encender su alarma mental desde bien temprano. Fruncía su ceño a cada segundo, y ante la sola presencia de algo removerse por su cerebro, quiso saber más del orfanato.

Dazai, luego había captado la vibra extraña ese día.

En su caso, no fue por andar entre la agencia y darse cuenta que la ausencia del mayor era extraña debido al día en sí -era un día ajetreado, el caballero tenía bastantes cartas de las cuales debía hacerse cargo con bastante atención-. No, no era eso.

Era porque el sabor del río esa mañana sabía menos dulce que otros días. Sabía a misteriosas desapariciones.

Se podría decir que gracias a eso, tuvo menos probabilidad de morir ese día, porque solamente se perdió cuesta abajo y tuvo que preguntarle a las personas de ahí cómo llegar a su agencia de vuelta. Eso supone, y esa es su hipótesis, de hecho.

Una vez llegado, se encontró con Rampo. Lo había saludado, pero claramente ese chico parecía pensativo.

Le había preguntado:

"—Rampo-kun, ¿todo bien?"

Y entonces, el detective respondió:

"—Un nuevo caso se ha abierto y creo que es mucho peor de lo que creemos."

Ante la respuesta, Dazai observa con discreción a su compañero de trabajo, y al pensar en cabos sueltos, decide lanzar su hipótesis:

"—Tal vez por eso hoy no pude ir a echarme de esas siestas en donde tus más cercanos te regalan flores... ¿Qué caso es?"

Su compañero lo miró raro -¿quién no lo haría?-, y respondió:

"—Un orfanato llamado "El Pajarito Blanco". Es un caso algo extraño..."

Dazai respondió:

"—Qué nombre más curioso..."

A lo que Rampo dijo:

"—Sí, pero bueno. El presidente tampoco se encuentra hoy en su oficina, y quería dulces..."

Y entonces, Dazai asintió, sonriéndole de forma amable. Se despidió y se fue de la agencia otra vez, encargándole a Kunikida el mensaje de que llegaría tarde ese día.

Orfanato en adopción - BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora