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Agencia de Detectives Armados...

—De acuerdo, ¡Kunikida-kun, comienza! —Comenzó Rampo apoyando ambas manos sobre la mesa de la sala de reuniones. 

Los dos ejecutivos de la mafia y los detectives de la agencia se encontraban prestando plena atención. La sala de reuniones, lugar donde se encontraban ahora, estaba siendo utilizado luego de un tiempo de haber sido vaciada. Fukuzawa se encontraba a un lado de Rampo, sentado en la silla alta para niños pequeños (comprado porque Fukuzawa podía estar más cómodo escuchando la conversación) a un lado de Kouyo, quien tenía sobre sus piernas a un Mori dormido con aún ese bendito libro de medicina sobre sí.

—Tenemos informes de que grandes especialistas de medicina y ciencias se encuentran aliados al orfanato en estos momentos. A oídos públicos, esto se debe a que los niños están siendo tratados por estos especialistas mientras se encuentran siendo cuidados por este orfanato, todo esto para finalmente encontrarles una cura y poner fin a nuevos casos o los ya existentes —Explicó Kunikida, acomodándose sus lentes.

—¡Así que como primer paso, vamos a dividirlos! —Habló Rampo luego, comiendo un dulce en su asiento.

—¿Dividirlos? —Preguntó Chuuya, mirando con una ceja alzada y sus brazos cruzados al detective.

—Así es, señorito de sombrero bonito —Vio la mueca que este hizo por el nombre, y por ello, se llevó un chupete a la boca—. No nos sirve que estén estrechamente aliados, así que debemos hacer que dejen de ser socios.

—¿Y cómo hacemos eso? —Preguntó Nakahara entonces.

—Yosano-san —Apuntó hacia la mujer, quien volteó algo sorprendida.

—¿Iré yo?

—Sí, ya tengo todo listo para que vayas. Luego te cuento esa parte —Le restó importancia con su mano, sonriéndole y viéndola rodar sus ojos con una sonrisa.

—El plan del enemigo es un arma de doble filo —Siguió explicando Kunikida entonces—. Sabemos que las víctimas de este problema no tienen mucho tiempo de vida, en realidad.

—¿Cómo? —Habló Kouyo entonces, abriendo sus ojos de par en par. Miró a Chuuya, quien se encontraba igual.

—Hicimos las pruebas. Sus defensas bajas y sus cuerpos infestados de una droga cuya procedencia parece ser nueva bajaron las probabilidades de que puedan aguantar más allá de un par de meses —Explicó serio—. Si los especialistas no encuentran una cura, la culpa recaerá en ellos.

—O sea que el enemigo eligió personas específicas para hacer caer organizaciones enteras también... —Murmuró Chuuya, analizando. Vio de soslayo el asentimiento reiterativo de Rampo entonces. Chasqueó su lengua molesto—. Mierda astuta, cada minuto lo odio más.

—Así que el paso dos: llevar a nuestras colegas al orfanato —Dijo Rampo, refiriéndose a sus compañeros víctimas.

—¿¡Cómo dices!? ¿No es peligroso eso? —Preguntó Ozaki entonces, indignada.

—Sí —Asiente Rampo—, pero Yosano-san hizo las pruebas y comparaciones entre nuestro presidente y su jefe por lo mismo: tienen un mismo metabolismo, son de la misma edad y tienen una misma cantidad de drogas en sus cuerpos, así que su recuperación será a la par.

Orfanato en adopción - BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora