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Capítulo anterior: 

Al separarse, el Lan pudo notar como brillaban los ojos del Wen pero, estos brillaban por contener las lágrimas que guardaba. Realmente necesitaba un abrazo. Qiren volvió a abrazarlo, pero esta vez el Wen se encorvó y se acurrucó en su pecho. Qiren acarició sus cabellos mientras lo consolaba. Ruohan no pudo contenerse mucho más y rompió en llanto. Lloro hasta que no le quedaron lágrimas para llorar. Qiren solo lo abrazó. Lo único que podía hacer era saber que él estaba allí, con él.

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El padre del Wen falleció un día después de la llegada del Lan. Wen Ruohan pudo despedirse de su padre antes de que de su último suspiro. Lan Qiren también pudo despedirse del Líder Wen y le juro que protegería a su hijo, este solo pudo asentir con una leve sonrisa.

Al morir el Líder Wen, su hijo quedó devastado. Solo se le permitió ver al joven Lan. El joven de túnicas blancas acompañó a su pareja por 3 días. Pero al pasar los días el Lan tuvo que volver a su hogar. Ambos se despidieron con un fuerte abrazo,pensando que se verían en poco tiempo, ninguno se imaginaba lo que pasaría.

Al volver a su clan, Lan Qiren se presentó ante su padre con valentía, y aceptó todos los castigos. Su padre lo obvservó sin una pizca de compasión y declaró que sería golpeado por la tabla 60 veces.

Mientras el menor Lan era golpeado por la tabla, su padre lo observaba desde la distancia.

- Él no está arrepentido... –pensó el líder- Debe cambiar en este instante.

Cuando terminaron los golpes, el líder también declaró 6 meses de reclusión al menor. Los ojos del menor demostraban nerviosismo, no quería quedar recluido. ¿Con qué cara se pararía después frente a sus alumnos? Finalmente inclinó la cabeza aceptando la derrota. El líder no pudo evitar una sonrisa malévola.

Las primeras semanas fueron un infierno para Qiren, no aguantaba quedarse encerrado. La ansiedad le ganaba, no sabía nada sobre su pareja. Hacía unas semanas su padre había muerto y no tenía comunicación con él ¿Estaría bien? Algunas noches, le ganaba el insomnio al pensar en el Wen. 

Hasta que una tarde, una carta pasó por debajo de la puerta. El Lan confundido la abrió y reconoció la letra al instante: era de su alumno.

Joven Maestro Lan Qiren:

Soy Lan Da Jun, no puedo hacer esto pero, han llegado cartas por parte de Qishan Wen. Si usted me permite se las pasaré por debajo de la puerta y desea responder yo haré que lleguen.

Saludos

Justo en ese instante pasaron varias cartas por debajo de la puerta. Sonrió inconscientemente.

Todas eran de Wen Ruohan, en cada una de ellas le contaba sobre su vida ahora como líder.

- No pude acompañarlo –se deprimió el Lan ante el pensamiento.

Las cartas estaban escrita a puño y letra del actual líder de la secta. En algunas se quejaba de los ancianos del clan en otras se burlaba de ellos. Alguna mencionaba a su padre y cuanto lo extrañaba. Pero todas las cartas él decía que deseaba abrazarlo como aquella vez...

Recuerdos inundaron su mente de repente. Una lágrima traicionera bajo por su mejilla.

- Lo siento, Ruohan –murmuró el Lan para sí mismo.

Dos meses pasaron y vaya a saber cómo el líder Wen se enteró de su situación. Las cartas se multiplicaron. El Wen no paraba de escribirle y él no paraba de contestarle brevemente lo que él le enviaba. Lo que emocionaba al mayor y se empeñaba en seguir escribiendo.

 Pero un día algo cambio, la carta era ¿extraña?


Para: Renren

Este día es agradable. Terminé mis tareas, los comercios se expandieron, se acallaron las quejas de los cultivadores y los ancianos no me molestaron. Pero para que el día sea excelente me haces falta tú. Y yo haré que el día sea excelente.

Por siempre tuyo

Creído


Qiren leyó aquella carta y quedó confundido ¿A qué se refería con ello?

La noche había caído y el Lan se durmió al toque de queda, sin antes olvidarse de mirar a la luna. Era una actitud que comenzó a desarrollar cuando quedó en reclusión. Era su momento de paz, ya que aunque este en reclusión no lo libraba de sus actividades como maestro.

Solía sentarse en el balcón y solo observar. Su mente le jugaba una mala pasada y recordaba todos sus momentos con su pareja. Desde que fueron niños hasta la última visita a Qishan Wen.

- ¿Estarás del otro lado? –pensaba con esperanza y melancolía

Pero claro, sus pensamientos lo arruinaban diciendo que parecía un estúpido, e intentaba quitar la esperanza de que él este del otro lado hablando con la luna. No lo lograba. Cada vez que lo intentaba, recordaba una frase que le solía decir su madre "La esperanza es lo último que se pierde" Allí era cuando dejaba de intentarlo y se dejaba abrazar por aquel sentimiento cálido.

Aquella noche no fue diferente, la observó por unos minutos y se acostó. Pero una hora después escuchó un ruido proveniente de la ventana. Se sentó en el lecho y miró hacia el lugar. Caminó hacia ventana y se aseguró de que no haya pasado nada. La cerró y volvió a acostarse. No notó que un par de ojos lo observaban del otro lado de la ventana...

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¡Hola, Personitas!

Me disculpó si tardé y si fue es muy cortó. Mi estudio acaba de terminar y tengo vacaciones por algunos meses. Espero escribir mucho en aquel tiempo.

Saludos

Gu_Miyoung_07

Te has enamorado, Lan Qiren? -RuorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora