Capítulo 10

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El tan esperado día había llegado, y desde horas antes Albedo había organizado en su balcón una pequeña cena para ambos, había pensado en hacerlo en alguna banca cerca en el bosque o un restaurante pero prefirió más la privacidad que le brindaba su casa, había preparado variedad de platos, habían brochetas, pescado y más cosas que desprendían un olor espectacular, el pastel decidió comprarlo ya que la repostería no era de sus fuertes, como detalle compró un ramo de cecilias y un pendiente que pensaba que le quedaría bien, y ahora solo quedaba esperar, cosa para la que no era para nada paciente, estaba claro que en la mañana le había invitado a pasar a su casa por la tarde pero sentía que ya se estaba tomando bastante tiempo así que decidió sacar su celular y marcar a su número pero nada, marcaba y marcaba pero siempre iba al buzón de voz y de ahí empezó a sentir esa horrible sensación que había experimentado de pequeño, no era su fiesta ni su cumpleaños pero sentía esa sensación de invitar a todos tus amigos a tu cumpleaños y que ninguno asistiera pese al buen clima y condiciones, siguió pensando en todo lo que pudo haber pasado, un accidente? Seguramente no, se le había olvidado su invitación y ahora estaba con su familia? Probablemente, esta con sus amigos pasándola mejor de lo que la estaría pasando ahí con el? Lo más seguro.
Podía sentir como su pecho empezaba a doler al pensar que su invitación no fue lo suficientemente relevante como para que el se acordara de ella, no le importaba el dinero que había gastado en haber hecho un pequeño detalle para el, le dolió más el tiempo y la ilusión que puso en todas y cada una de las cosas que había planeado, mientras seguía pensando cosas que posiblemente no fueran acertadas se obligó a parar ya que se dio cuenta que estaba volviendo a su hábito de sobrepensar las cosas así que para despejar su mente agarró un lienzo y se sentó en su balcón a observar el firmamento, el sol empezaba a esconderse pero de igual manera seguía ahí, por otro lado Albedo aun estático lo seguía observando, ya se había calmado no pensaba en nada ni en nadie, solo en el paisaje que tenía en frente, hasta que vio una cabellera que resaltaba pisos más abajo dirigiéndose rapidamente hacia el edificio, pensó que solo se había confundido hasta que minutos después escuchó como la puerta de su apartamento estaba siendo golpeada así que procede a levantarse y abrir la puerta que también es forzosamente empujada del lado contrario por el mismo individuo que había visto minutos antes, estaba agitado y algo sudado, mientras intentaba recobrar el aliento siente como una mano se posa en su espalda delicadamente.

- Pensé que no ibas a venir - dice el rubio haciendo movimientos circulares en la espalda del otro

- Como podría faltar a algo cuando me invitas tú? - contesta el más alto aún exhausto - estaba con los chicos cuando me llamaste, no tuve manera de contestar ya que el bobo de Childe me había quitado el celular y cuando quise llamarte de vuelta tampoco tenia saldo, perdóname - cuando finalmente levanta su cabeza observa que el otro lo miraba fijamente, pero no le dio importancia ya que la imagen mental que debía captar del momento era más importante que eso, el sol al haberse ocultado más hizo que las nubes se tornaran de tonos rosados y anaranjados, los ojos del rubio brillaban de una manera singular, su cabello resaltaba y su piel de porcelana se veía tan suave al tacto que era casi irresistible no tocarla, al fin cuando pudo recuperar el aliento se reincorpora para mirar correctamente al contrario.

- Pasa, siéntete como en casa - dice el rubio recobrando sus sentidos haciendo que el contrario pasara y cerrará la puerta detrás de el.

- Gracias...huele delicioso, has preparado algo para comer? - curiosea el de piel canela al percibir el delicioso olor que se esparcia por toda la casa.

- Ah si, ven - dice el más bajo arrastrando entusiasmado al otro hacia al balcón donde se podía apreciar una mesa que fue colocada meticulosamente para el agrado visual de ambos, más la hermosa vista que tenían de fondo que hacía que todo fuera más espectacular - Como no sabia muy bien que clase de comida te gusta hice varias cosas, también intente recrear el plato que comimos en el restaurante de tu hermano pero dudo que me haya salido igual de bien - dice algo avergonzado mientras se rascaba la nuca por los nervios - También, toma esto - dice mientras extiende un bonito ramo de cecilias y una pequeña caja en la que estaba el pendiente ya mencionado antes, el moreno atónito y sonrojado hasta los codos recibe gratamente ambos obsequios de manera algo torpe, y como no quiso esperar hasta el día siguiente para probarse su regalo se lo puso ahí mismo.

-Te queda tan bien como lo imaginaba- Dice el rubio orgulloso de la buena elección que había hecho.

El moreno al verse un poco abrumado por la situación se ve en la obligación de cubrir su rostro con el abundante ramo de flores.

- Gracias, realmente muchas gracias Albedo - murmura de manera moderada para que fuera escuchado.

- No hay de que, comemos? Antes de que la comida se enfríe del todo - dice mientras dedica una sonrisa.

- Claro - responde ya más calmado.

Ambos toman lugar y empiezan a comer todos y cada uno de los platos presentes en la mesa, conversan mientras el firmamento se llenaba lentamente de estrellas que cada vez se hacían notar más y más en lo que el cielo se oscurecía, hablaban de cómo habian sido sus últimos días, aunque no tuvieran algo relevante los contaban igualmente de manera detallada, no se aburrían del otro, ¿como podrían? ya sea hablando o en silencio su compañía era amigable y reconfortante.

The Sparkle Of Your Eyes - Kaebedo [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora