La clase había concluido exitosamente, y como el trabajo que estaban elaborando no era para un único encuentro, lo continuarían en el resto del periodo, por lo que Kaeya pudo observar se trataba de una esculpir un rostro, sea propio o ajeno, y la manera en la que Albedo dictaba sus clases y orientaba a sus estudiantes le parecía tan excepcional y limpia.
- Realmente eres increíble.
- Me gusta bastante lo que hago y mis estudiantes son bastante disciplinados, no me dan problema alguno - dice mientras se desata el cabello para empezar a organizar el aula, y el más alto al notar esto se levanta para ayudar - Oh, no es necesario que me ayude, no hay mucho desorden de igual manera.
- ¿Siempre eres tan formal? - pregunta Kaeya ya que cae en cuenta que desde su primer encuentro siempre ha sido muy formal.
- No siempre, solo pensé que porque eras mayor debería de tratarte como tal.
- ¿Y que te hace pensar que sea mayor que vos? - pregunta Kaeya con una leve risa
- Hmmm, que eres alguien bastante maduro.
- ¿Estas deduciendo mi edad por como me comporto?
- En parte, ahora que lo recuerdo, no le llegue a preguntar su edad porque pensé que le podría molestar, pero ya en tema, ¿que edad tiene usted?
- 23 - dice el más alto haciendo que el menor abra sus ojos como platos y empiece a reír a carcajadas - ¿Que es tan gracioso...? - dice el chico confundido por la respuesta de su acompañante.
- ¡No, no, nada! - dice el rubio entre carcajadas que no cesaron hasta que alfin pudo retomar algo de aliento - ¡Uf! Lo siento, no era mi intención incomodar, solo que todo este tiempo pensé que eras algo mayor por tu aspecto tan imponente - responde aun con lagrimas en sus ojos por haberse reído tanto.
Aunque tampoco mentía, a primera vista Kaeya no es alguien que parezca muy amigable, y menos con semejante parche adornando su rostro.
- Yo tengo 26 - dice el rubio mirando al contrario con una fina sonrisa en sus labios.
- Por lo que veo también me equivoqué al deducir tu edad.
Gracias a aquella equivocación de ambos, estuvieron por otro buen rato riendo mientras terminaban de organizar el aula.
- Por fin hemos acabado - dice el de cabello azulado quien estaba exhausto.
- Pero si no ha sido la gran cosa, que perezoso que eres.
Kaeya mira al contrario con una cara de incredulidad por su comentario.
- Bien, ya es hora de irnos, Klee empaca tus cosas y vamos a casa.
La niña al escuchar esto, empieza a empacar su cuaderno junto a sus colores que estaba usando para matar el tiempo.
- ¿Vamos? - pregunta Albedo mientras extendía su mano para que Klee la tomara.
- ¡Vamos!
- Te puedo llevar a casa a ti también - dice el de ojos celestes mientras miraba al moreno.
- Claro, te lo agradezco.
- Bien, entonces salgamos.
Tras decir esto, Klee, Kaeya y Albedo, salieron de la escuela con curso hacia la casa de Klee a dejarla ya que su madre había vuelto del trabajo y Albedo por fin podría volver a su propio apartamento.
Llegando al destino de Kaeya, este se atrevió a hablar.
- Esto... ¿te molesta si te pido tu número de teléfono? por si vuelve a pasar algo como lo de hoy puedas contactarte primero conmigo - dice un poco apenado.
- Ah claro, también estaba pensando en pedirte el tuyo pero se me había pasado por delante.
Ya en frente de casa de Kaeya, ambos intercambiaron números y se despidieron mutuamente con una sonrisa, Albedo cambia de rumbo hacia su apartamento, ya que no vivía con Alice, solo se quedaba allá cuando ella estaba ausente para poder cuidar de Klee.
Estando en el parking del edificio se vio obligado a subir por las escaleras ya que el ascensor estaba descompuesto, ya en la puerta de su piso, insertó la llave y entró, sintió algo de soledad al principio aunque realmente no le molestaba, y se podría decir que hasta le parecía reconfortante la calma que había en el lugar, ya estando ahí, se dirige hacia su cuarto y empieza a buscar entre varios dibujos que tenía apilados, y agarro uno en especifico que tenía un aspecto similar al de Kaeya aunque no podría asumirlo del todo ya que el dibujo era solamente esa persona que había estado viendo repetidamente en sus sueños.
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The Sparkle Of Your Eyes - Kaebedo [PAUSADA]
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