Albedo ya estando en su casa, se dirige rápidamente hacia su dormitorio, específicamente hacia su closet para empezar a buscar algo que estuviera cómodo pero que aún así lo hiciera ver bien, tras buscar entre toda la ropa de su closet por fin se decide y escoge unos shorts de mezclilla que le llegaban hasta por debajo de las rodillas, una camisa blanca holgada y de manga larga y también se decidió por llevar un suéter color café claro por si hacia más frío del que podía soportar, luego de un rato divagando en su mente preguntándose si fue buena idea haber aceptado la invitación se olvidó de todo y se dirigió al baño para tomar una ducha, al salir de esta se viste con las prendas que había escogido previamente no sin antes doblar las mangas de la camisa hasta por debajo de sus codos, mira la hora en su reloj de mano y nota que ya era hora para encontrarse con Kaeya, antes de salir de su morada se revisa a si mismo meticulosamente en el espejo antes de salir.
Mientras caminaba hacia el metro pensaba en como debía de presentarse ante los amigos de Kaeya, pensó que sería algo incómodo hacerlo así que lo tiro de lado dejandole tal tarea al Albedo del futuro, a la distancia podía ver a su amigo de cabellera azul esperar pacientemente al contrario mientras miraba detenidamente la gente que iba y venía de los vagones hasta que se percató de la presencia del rubio.
- Has estado esperando mucho? -
- Para nada, acabo de llegar.
- Bien, y a donde vamos?
-Oh claro, tenemos que tomar el metro, nos bajamos en la segunda estación y de ahí caminamos un poco hasta llegar al restaurante - responde el más alto levantándose del banco para posteriormente entrar a su respectivo vagón- ¿Vamos?
- Vamos - responde Albedo mientras le dedicaba una sonrisa al contrario.
Afortunadamente aunque el metro estaba lleno habían dos asientos desocupados en los cuales los amigos se sentaron, mientras se dirigían a su destino hablaban de cosas irrelevantes pero que ayudaban a darle cuerda a la conversación, aveces habían silencios, pero no silencios incómodos, sino del que demostraba que ambas personas estaban a gusto con el otro sin siquiera tener que hablar para mantener un ambiente cómodo y al paso de media hora en movimiento por fin llegaron a su parada destinada.
- Hubiera sido más cómodo haber venido en auto - confiesa el rubio.
- ¿Porque lo dices?
- A estas horas el metro se llena demasiado, no me gusta cuando hay demasiada gente amontonada cerca mío, siento como si me faltara el aire - dice mientras reía en la última parte.
- Lo había pensado, pero como probablemente vamos a consumir alcohol no sería buena idea venir en auto para luego darnos problemas a la venida.
- Soy pésimo con el alcohol - dice el de ojos celestes con una expresión algo irritada.
- No te preocupes por eso, si terminas demasiado bobo te puedes quedar en mi casa que esta más cerca que la tuya - dice Kaeya dándole palmaditas en la espalda en forma de consuelo. (Sarcásticamente claro)
- Confío en ti, con tal de que no me dejes tirado en algún banco del parque estoy bien.
- ¿Por quien me tomas? - dice el moreno casi gritando y riendo al mismo tiempo.
Ambos amigos siguieron su camino hasta el lugar de quedada, era un pequeño restaurante algo rústico que ofrecía todo tipo de vinos a la audiencia, el ambiente era muy agradable y el personal tenía pinta de ser amable, a la distancia se podía ver dos mesas que estaban juntas para que así todas las personas pudieran estar juntas.
- Kaeya por aquí! - avisa un pelirrojo mientras agitaba su brazo en dirección a los que recién había llegado.
Albedo analiza a todos y cada uno de los que estaban sentados hasta que vio una larga cabellera color dorado que no era difícil de distinguir.
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The Sparkle Of Your Eyes - Kaebedo [PAUSADA]
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