Cap 9: El escondite secreto

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Con un sigilo increíble, la pareja de compañeros de cuarto salió de la escuela y se adentró en el bosque. Alexia guiaba al pelirrojo con rapidez y decisión. Tan veloz iba que Sparrow tuvo que acelerar sus pasos para alcanzarla. La asno no dudaba sobre la ruta en la que iban, es más, sabía a la perfección donde se encontraba el lugar al que quería ir.

- ¿Falta mucho? - preguntó Sparrow jadeando por el cansancio.

Alexia no respondió, estaba demasiado centrada en el camino para darle una respuesta inmediata.
A lo tonto, permanecieron caminando casi corriendo durante media hora. El chico no podía ni con su alma. Nunca había corrido tanto en su vida, ni siquiera en las clases de gimnasia ni en las carreras que solía hacer con sus amigos. Sus pulmones no daban a basto, el corazón le latía a mil y la garganta le ardía por el esfuerzo de seguir adelante.

De pronto, Alexia se detuvo. El pelirrojo frenó con un derrape y aterrizó en el suelo; estaba para el arrastre.
La princesa acudió en su ayuda.

- Tranquilo, ya hemos llegado - le acarició el pelo con el fin de calmarlo.

- No, gracias - replicó el contrario - Estoy bien aquí. No quiero levantarme.

Alexia lo ayudó a levantarse.

- Vamos, arriba - animó mientras lo sujetaba de la cintura y tiraba de él.

Sparrow se incorporó temblando, todo le daba vueltas. Una pequeña nube de vaho salió de su boca.

- Vale... ya estoy... ¡sigamos! - intentó caminar, pero al primer paso por poco se cayó. Alexia evitó la caída sujetándolo por el pecho.

- Quieto - dijo con firmeza - Mejor ve despacio para recuperarte.

El oji verde la obedeció. Caminó lentamente, siguiendo a la chica a través de un hermoso paisaje. Pasaron por un camino de piedras que los cruzó al otro lado del río. Alexia se acercó a una cortina de maleza y la apartó.

Un precioso y amplio jardín se extendía ante sus miradas. Flores de los colores del arcoiris, animales paseando, un canto de pájaros de fondo... aquello era como un paraíso.

Sparrow miraba a su alrededor con admiración.

— Alex... esto es una maravilla — sonrió alucinado.

— Suelo venir aquí cuando estoy estresada o preocupada, así me relajo un poco — indicó la princesa sentándose en una silla que había en un porche. El pelirrojo se sentó con ella.

— ¿Y nadie sabe sobre la existencia de este jardín tan bonito? — al chico se le hacía raro que ninguno de sus compañeros de Ever After High supiera sobre el lugar.

— Solo mis padres y yo, nadie más — expuso la morena con un suspiro — Es secreto, y por eso no damos detalles acerca de él, — miró a Sparrow — pero creo que no pasará nada por enseñártelo — le dedicó una sonrisa sincera.

El rockero le devolvió el gesto. Y... otra vez contacto con esos ojazos verdes. Ya debía ser una costumbre el hacer mucho, MUCHO contacto visual, aunque Sparrow apartó la mirada inmediatamente.

Se conocían un poco y había muchas dudas.
Aún así, se sentía cercana al chico, como si lo conociera de algo.

¿Pero exactamente de qué?.

Continuará

La novata y el rockero (EAH) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora