El resto de la tarde se pasó volando, y Piel de asno mandó a Daring de vuelta a casa. Finalmente, el príncipe no pudo cumplir con su objetivo, aunque todavía no se daba por vencido. Lograría hacerse con el corazón de la chica costara lo que costara, a pesar de que aquello significaría verse sumergido en una confrontación con su amigo Sparrow.
Por otro lado, Sparrow había convencido a su madre (con quien tenía más confianza) para quedarse a dormir en la casa de la asno. Marian se mostró desconfiada en un principio, pero accedió. Confiaba en su hijo y sabía que cuando había que comportarse, él mantenía los modales.
- Pero, ¿dónde dormirás? - formuló un tanto preocupada.
- En el sofá si hace falta - disparó su hijo sin pensar.
- ¿Y no puedes dormir en una cama como todos? - se unió Alexia - Porque puedo pedirle a Branwen que haga aparecer otra en mi habitación.
- ¿Podremos estar los dos? - el rockero estaba nervioso.
- Claro, mi cuarto es muy grande. Hay espacio de sobra.
- Bueno, vale.
- Espero que lo paséis bien - les deseó Marian.
- Gracias, mamá. Te quiero - respondió el adolescente antes de terminar la videollamada.
- Ven, Branwen está en mi dormitorio - Alexia lo agarró de la mano y se lo llevó con ella.
✨✨✨
Un hada de pelo rosado y enormes alas comía terrones de azúcar mientras revisaba sus redes sociales: Branwen.
Ella es el hada madrina de Alexia, una royal propiamente dicha que sigue la tradición de princesa con príncipe y viceversa.
- ¿En serio? ¿Ashlynn Ella y Hunter Huntsman? ¿Pareja? ¡Ja! Veo que solo quieren llamar la atención - se burló del noviazgo de la hija de Cenicienta y el hijo del cazador.
Alexia llamó a la puerta.
- Pasa - concedió el hada con un cubito de azúcar derritiéndose en su boca.
La princesa entró acompañada por el chico. Branwen casi se atragantó al verlo. Inmediatamente, sus alas batieron con rapidez por la desconfianza.
- Alexia, ahijada mía - habló "cariñosamente" a la asno - ¿Quién es tu amigo?.
- Es mi novio Sparrow - contestó la más baja con orgullo de tener al pelirrojo en su vida.
- Ah... - eso es lo único que logró decir la pelo rosa.
Silencio.
- Se va a quedar a dormir - anunció Alexia emocionada.
- ¡¿No tiene casa o qué?! - estalló Branwen empezando a enfadarse - Quiero decir... ¿su mamá no estará preocupada? - pronunció un poco más "amable".
- Está avisada y le parece genial - defendió la princesa - Venga, haz aparecer una cama y un pijama para Sparrow - ordenó sonriente.
- Con gusto, y también puedo hacer aparecer unas cadenas o un agujero negro - replicó el hada también sonriendo (falsamente).
Sparrow tenía ganas de irse, pero el calor de Alexia lo protegía. La oji celeste sabía que Branwen decía todo eso porque no le agradó y quería meterle miedo para que se largara de allí.
- Como no me hagas caso llamo a mi madre - la amenazó.
- No, por favor... - se espantó la pelo rosa.
- Pues haz tu magia.
A regañadientes, Branwen hizo aparecer lo que Alexia le pidió. Echó a volar en dirección a la puerta.
- Si me necesitáis estoy en el patio - expuso mirando a ambos - Alexia - la nombró con afecto - Sparrow... - observó al pelirrojo en modo amenazante y se marchó del cuarto.
✨✨✨
Sparrow se vistió con el pijama y se acomodó en la cama.
- Que cómoda - dijo acostándose - Oye, tu hada madrina me ha dado mal rollo - miró a la morena con un escalofrío.
- Lo sé... ella quiere que termine con un príncipe... vamos, lo tradicional - la asno contempló el cielo iluminado por miles de estrellas - Yo te amo, que te quede claro, pero tengo miedo de perderte y no volver a encontrarte.
- No pasará, te lo prometo - el oji verde cogio su espejófono y tecleó algo en la pantalla.
Alexia notó una vibración del suyo y revisó el mensaje que le llegó: una invitación para un concierto.
- ¿Vas a tocar? - fijó su mirada en su compañero.
- Mhm - asintió Sparrow levantándose de la cama y haciendo como que estaba en el escenario — Imagínate... yo aquí, dándolo todo. Tú entre el público, y de repente... - encendió la linterna del espejófono para iluminar a la princesa - Oh, se fijaron en tí.
La más pequeña no pudo evitar sonreír, y luego se rió.
- Me bajo del escenario... - se fué acercando a la chica - y te canto...
"Princesa de mis sueños, te ves tan mona".
Alexia seguía riendo por el momento imaginario.
- Entonces te agarro... - Sparrow la tomó del brazo - y te subo conmigo - la levantó de la cama.
La menor no podía con la situación por la gracia que le hacía. El contrario actuaba muy natural, y eso la atraía bastante: que fuera él mismo, nada fingido o forzado.
- Va, vamos a bailar - la animó sacando los pasos prohibidos de estrella de rock.
- Tonto, quita... - Alexia se quitó una lágrima que le salió por la risa.
- Me has llamado tonto - fingió ofenderse y le hizo cosquillas a la chica.
- Jajajaja, ¡para! - la menor se lo pasaba en grande.
Sparrow se detuvo y se puso serio.
- Ahora de verdad... en el concierto vas a ser una bonita estrella brillando. Quiero que seas la privilegiada de subir arriba y escuchar todas las canciones de amor que me recordaron a tí - la agarró de los hombros - Será tu noche - le sonrió dulcemente.
- ¿Me estás mirando los labios? - Alexia le dirigió una miradita traviesa.
- Podría ser... - reconoció el pelirrojo.
- Anda, ven aquí, mi rockstar - dejó salir una risita antes de besarlo.
Continuará
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La novata y el rockero (EAH)
أدب الهواةAlexia Donkey, una princesa tranquila, va a tener que convivir con Sparrow Hood tras un inconveniente con el susodicho. Sin embargo, no se espera que ya lo conociera de algo, y esa "amistad" se verá en peligro cuando haya muchos partidarios en contr...