Sparrow casi no podía acomodarse en su silla durante la clase de Literatura. La gasa estaba tan bien pegada que le daba tirones (e incluso tenía la impresión de que le arrancaría algo de piel), una sensación muy incómoda que nadie querría pasar, y mucho menos en pleno horario escolar.
Otro tirón hizo que se quejara en voz baja para no molestar al profesor. Ya era la gota que colma el vaso.— Te dije que no hicieras movimientos bruscos — le regañó Alexia por no obedecerla — Si sigues así no te recuperarás.
— Es lo que estoy intentando, pero no creas que es cómodo... — murmuró el pelirrojo tratando de ignorar lo bien adherida que estaba la maldita cinta médica.
— Aguanta hasta mañana, ¿sí? — la morena puso cara de pena. Entendía al mayor a la perfección, y sin embargo no podía quitarle el vendaje antes de tiempo.
— Vale, pero como hagamos gimnasia hoy la gasa será un chiste, porque sudaré y se me resbalará — le advirtió él con naturalidad, puesto que era algo cierto y que solía suceder con frecuencia.
— No creo, hoy no toca con el bocazas de Gingerbreadman — lo calmó Alexia guiñándole un ojo en modo confidente.
Sparrow suspiró del alivio. Lo único que le faltaba para etiquetar aquel día como "horrible" era eso. Menos mal que se salvó.
— ¿Estáis contando algo interesante?. Porque me parecería genial que nos lo digáis a todos — el profesor se les quedó mirando con cara de temer que fueran a soltar cualquier barbaridad.
— No, profe, no hay nada de nada — respondió Alexia rápidamente, y siguió con lo suyo.
Entonces sonó el timbre de cambio de clase. Todos recogieron sus cosas en las mochilas y fueron a la siguiente hora.
De camino a Música, una voz conocida detuvo a Alexia.— Adiós, eh — escuchó a su espalda.
La princesa se dió la vuelta y descubrió a Evangeline y a Sophie, sonriendo emocionadas por encontrarla.
— ¡Chicas, habéis venido! — exclamó la morena corriendo a abrazarlas.
— No sabes cuanto nos alegramos de verte — expuso Evangeline correspondiendo al abrazo.
— Te echábamos de menos — añadió Sophie — Y creo que tienes muchas cosas que contarnos.
— Sí, si queréis en el descanso nos ponemos al día — propuso Alexia feliz por el reencuentro.
— De acuerdo — respondió la rubia — Pero que no sea en un lugar cerrado, por favor — pidió preocupada.
— Tu claustrofobia no está invitada — la animó la princesa guiñándole un ojo.
Sparrow se acercó al grupo de chicas con curiosidad.
— ¿Ellas son las amigas que dijo Elisabeth? — formuló mientras abrazaba a Alexia cariñosamente.
— Así es, pelirrojito — la contraria le hizo mimos en el cabello.
Sophie y Evangeline se miraron y sonrieron traviesas.
— Alex, ¿no tienes nada que decirnos AHORA? — Evangeline los miraba con semblante de querer saber que pasó entre ellos dos.
— ¿El qué? — Alexia no entendía lo que su amiga quería decir.
— Él — la oji verde señaló a Sparrow — ¿Hay algo? — insistió con intriga.
— Ah, somos novios — contestó la asno con normalidad, pues tener pareja no era nada de otro mundo desde su punto de vista.
— ¿Es gracioso? — se atrevió a preguntar Sophie.
— Está como una cabra, eso no lo niego — afirmó Alexia, haciendo que apareciera una mueca de vergüenza en el rockero. La oji celeste notó la incomodidad de su compañero y siguió hablando — Pero yo también estoy mal de la cabeza a veces, así que no se encuentra solo en esto — le sacó la lengua jugueteando.
— ¡¿Qué dices, pedazo de loca?! — la rubia se quedó en shock — ¡Si te falta un tornillo! — la recriminó en forma de broma.
— Más bien la ferretería entera — la corrigió la japonesa metiéndose en la falsa pelea.
— Vaya, no sabía que eras así, burrita — Sparrow dejó entrever una sonrisilla de diversión.
— Mira quien fué a hablar — soltó la morena — Aunque eso sí, aburridos no estamos — reconoció riendo — Tengo mis momentos de ida de olla como tú, payasete.
— ¿Sabes de lo que soy capaz de hacer si me llamas así otra vez? — el pelirrojo se le enfrentó.
— ¿El qué, payasete? — Alexia volvió a nombrarlo así aposta.
— Esto — Sparrow la cargó al estilo nupcial.
— ¡Bájame! — a la menor le entró el pánico al verse tan levantada del suelo.
— ¿Te da miedo que te lleve así, burrita? — el contrario rió un poco.
— No tengo miedo, tengo respeto — la princesa trató de salir airosa del incómodo momento.
— Son como Romeo y Julieta, ¿verdad? — se emocionó Sophie.
— Sí, pero a su manera — Evangeline estuvo de acuerdo.
Alexia sabía que Sparrow podía ser molesto, aunque no lo cambiaría por otro.
Continuará
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La novata y el rockero (EAH)
FanfictionAlexia Donkey, una princesa tranquila, va a tener que convivir con Sparrow Hood tras un inconveniente con el susodicho. Sin embargo, no se espera que ya lo conociera de algo, y esa "amistad" se verá en peligro cuando haya muchos partidarios en contr...