Mi día había terminado de manera tranquila, sin ningún preámbulo...vaya que eso es raro, tomando en cuentas mis antecedentes, pero no puedo quejarme, ya que por fin, podría escribir un poco después de días de no poder tener la paz mental que necesitaba, por lo que solo me despido de Enid quien ya tenía planes con Yoko y mientras tanto yo me dirijo a nuestra habitación.
Al llegar como todos los días lo primero que hago es ponerme algo cómodo, antes de ponerme frente a mi máquina de escribir y dejar mis pensamientos mas profundos se encarguen de guiarme o al menos ese era el plan...
-Merlina-
-Merlina-
-¿Qué?- logro decir al mismo tiempo que abro los ojos, ¿pero en que momento me eh quedado dormida?.
-¡Merlina!, despierta- escucho la voz asustada de Enid, por lo que me apresuró a levantarme desde donde estaba.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- pregunto volteándola a verla.
Enid solo se movió incómoda a la par que sus ojos recorrían la habitación lentamente, mientras levanta sus pies para poder abrazar sus piernas contra su pecho.
-Acabo de ver la araña más grande jamás vista-.
-¿Que?- le pregunto.
-acaba de llegar, cuando te vi dormida y fui a buscarte una cobija pero entonces la vi- me responde y es entonces que mi preocupación pasó de cien a cero en un segundo, al mismo tiempo que solo puedo ver a mi novia fijamente sin decir nada .
-¡Lo digo en serio! ¡Era como del tamaño de una pelota de ping-pong!- insistió Enid, yo solo suspiró, sabiendo que el miedo de Enid por las criaturas de ocho patas a menudo la hacía exagerar.
-¿Dónde está?- preguntó.
-La última vez que lo vi fue allí, junto al estante- logra decirme, por lo que solo dejó escapar otro suspiro mas, antes de mirar alrededor del área a la que Enid me señalo, pero no pude encontrarla.
-no hay ninguna araña aquí-
-¡Sí, lo hay! ¡yo lo vi!-
-Bueno, ya no está-
-No puede ser, es demasiado grande para que se le permita vivir-
Yo solo puedo sacudir la cabeza con lo dramática que puede ser.
-Enid, no hay necesidad de preocuparse es más pequeño que tú-
-Sí, también lo es una granada- me responde de regreso.
-No seas dramática, una araña no es igual a una granada-
-¡para ti no!-replicó de nuevo, yo estaba lista para discutir eso cuando Enid chilló.
-¡Ahí está!- gritó, señalando, por lo que yo rápidamente me fijó en él mientras se deslizaba por el suelo, por lo que rápidamente agarre la taza vacía que estaba sobre la mesa y la uso para atrapar al intruso.
-¿Lo tienes?-
-Creo que sí-
Me encontraba lejos de Enid pero aun así se negó a acercarse más para comprobarlo, entonces volteo a verla.
-¿Qué?- pregunta.
-¿Sabes qué sería gracioso? Si creyera que lo atrapé, pero fallé y sigue suelto-.
-Merlina, no digas eso, lo único más aterrador que atrapar una araña es perderla- se quejó.
-Solo hay una manera de averiguarlo, consígueme un pedazo de papel o algo plano- pido.
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HORMONAS
RomanceTodo adolescente experimenta en algún punto la necesidad de ir mas allá de solo unos suaves besos, ¿Cómo afrontara merlina este nuevo descubrimiento en ella?