CH 10: Mi Ultima Victima

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Ese fue su primer asesinato, tanto en su vida anterior como en la actual, y mató a dos personas casi al mismo tiempo.

Sin embargo, no siente náuseas ni tampoco le tiemblan las manos como dicen muchos artículos e historias que había leído antes, tampoco siente que el mundo sea diferente ni que se vaya a caer a pedazos. Lo único que siente es rabia.

¿Por qué esos bastardos lo golpearon? A ese hombre seguro no lo querían en la casa.

¡Incluso querían matarlo! ¡¿Qué carajos?!

Ya murió una vez. No quiere morir de nuevo.

Por eso fingió ser débil, para desviar la atención de ese bastardo antes de matarlo.

Su segunda víctima fue en realidad un accidente.

Después de matar al idiota, Lin Ye se había calmado un poco. Solo tenía tres balas y después de ese disparo, le quedaban dos, así que tenía que planificar con cuidado.

Desgraciadamente, su mente podía estar calmada pero su cuerpo seguía temblando de nervios.

Originalmente, sólo quería amenazar a los otros infectados para recuperar a Elan, pero cuando apuntó con el arma a su captor apretó el dedo por reflejo.

Así fue como mató al segundo Infectado, y probablemente no sería capaz de olvidar el rostro de ese tipo en sus últimos momentos. Estaba completamente horrorizado.

Ahora mismo, no tiene tiempo para reflexionar sobre lo que acaba de pasar porque cuando hizo el segundo disparo, todos se quedaron sorprendidos.

Todo sucedió tan rápido, los infectados no podían leer la mente de Lin Ye, pero sí vieron lo que hizo.

El veterinario, que estaba tirado en el suelo suplicando por su vida, acaba de matar a dos de los infectados que abusaron de él.

Y uno de ellos fue asesinado después de rendirse.

¿Es realmente un veterinario? ¿Quién es la victima aquí?

Sólo un hombre más loco puede detener a los locos. Combatir el fuego con fuego y todo eso.

Lin Ye piensa rápidamente y escupe la clásica frase.

"No me preguntes dónde están el dos y el tres". Sostiene a Elan con una mano y apunta su arma a los infectados con la otra.

"Los hombres de verdad sólo necesitan saber "Uno" para vivir en este mundo".

Por supuesto, los infectados de Chernobog no saben de dónde viene esa frase. Sólo Lin Ye lo sabe.

Es del matón principal del libro Silver Soul.

Es capaz de reprimir a un grupo de maleantes, a pesar de parecer un hombre de mediana edad con depresión. Da la sensación de que quien no le obedece muere, y siempre que dispara después de contar sólo uno a la cuenta de tres, da algún razonamiento falso, como: "¿Quién coño sabe de números? Los hombres de verdad sólo necesitan saber uno para vivir". En opinión de Lin Ye, ese es el mayor matón que conoce en Silver Soul.

Ahora mismo, el necesita convertirse en ese matón para sacar a Elan de este infierno a su cielo, su familia.

"Voy a contar hasta tres". Les apunta con su arma: "Apártense de mi camino".

Los infectados se miran unos a otros sin saber qué hacer. Así que empieza a contar.

"Uno".

El pasillo repleto de gente queda instantáneamente despejado.

(Ja, así que se necesita un hombre más loco para controlar a estos locos).

Lin Ye ríe fríamente en su mente, pero justo cuando está a punto de salir, se detiene en seco.

Elan le mira: "¿Hermano Lin?".

(No podemos irnos así.)

Lin Ye se da cuenta de que, si simplemente caminan entre la multitud, alguien puede emboscarlos fácilmente. No se siente bien en este momento, y sus oponentes son una multitud de infectados violentos. Si se detiene, verán el mal estado en que se encuentra, y no podrá sobrevivir esta noche. Es más probable que ambos mueran aquí.

(No puedo llevar a Elan afuera).

Entonces se le ocurre una idea después de pensar un momento.

(Entonces, ¿debo hacer que se vayan?)

¿Pero cómo? Sólo tiene una pistola, y no es una amenaza suficiente.

Tienen que darse prisa. Cuanto más tarden, más peligro correrán. Si esos infectados bloquean la salida, no podrán salir.

Lin Ye finalmente se decide. Le da una palmadita en el hombro a Elan: "Ve, Yo te cuidaré la espalda".

Elan se sorprende, "Pero..."

"Aesop está esperando fuera" La interrumpe antes de que pueda decir algo.

"Cuando lo encuentres, vete a casa enseguida. Tus padres te han buscado durante mucho tiempo. Recuerda, no vuelvas a irte así".

A Elan se le vuelven a saltar las lágrimas: "¡N-No! ¡Nos iremos juntos! ¡¡No quiero dejarte!! "

"Deja de complicar las cosas". La empuja a un lado con frialdad.

"Todavía tengo que lidiar con estos lunáticos".

Cuando los infectados lo escuchan, sus expresiones cambian.

¡¿Todavía quiere lidiar con ellos?!

¿Es estúpido? ¿Cree que tiene un millón de balas?

Sin embargo, nadie se atreve a hablar.

Sólo pueden ver como la chica se va a paso lento, aun dudando en irse.

"¡¿No has comido?!" Lin Ye grita: "¡¿O nunca hiciste clases de educación física?!"

Ella acelera su paso. Sus sollozos se van calmando poco a poco.

Alguien intenta detenerla.

Lin Ye grita: "¡¿Quién mierda dijo que podías moverte?! ¡¿Quieres una bala dentro de ti también?!"

Todos se congelan al instante. Nadie se atreve a mover un músculo.

(Elan debería estar a salvo ahora. Ahora, sólo soy yo, un arma y un pasillo lleno de infectados).

El ambiente se vuelve tenso.

Lin Ye baja su pistola lentamente y saca una cerilla y un cigarrillo. Su jefe se los dio hace un año, y los ha guardado hasta ahora.

La llama enciende su cigarrillo y el humo sube hasta el techo, formando una barrera blanca entre él y los infectados.

Lin Ye mira a los infectados a través del humo.

Se toma su tiempo.

Recuerda que una vez, en la escuela secundaria, intentó fumar. Su padre se enteró de lo que hacía y le dio el regaño de su vida

Su padre le dijo: "Si quieres morir, sigue fumando".

Así que tranquilamente, exhala el humo del cigarrillo.

Puede sentir que la puerta del infierno se abre para él, y el diablo le hace señales para que entre.

"¡Está solo!"

"Es sólo una pistola. ¡Seis balas! ¡Sólo seis balas! ¡Ahora sólo le quedan tres!"

Los infectados se gritan unos a otros para hacer movimientos.

Lin Ye sonríe fríamente.

(¿Por qué no decirles?)

"No tenía seis balas. Sólo tenía tres". Dice: "Ahora queda una".

Saca el cartucho y muestra la bala restante a la multitud.

Como dijo, hay una sola bala. Luego, la devuelve y prepara el revólver.

Vuelve a apuntar a la multitud.

"Y entonces, ¿quién de ustedes quiere ser mi última víctima?"

Rhodes Island's Psychologist (Spanish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora