Capítulo 28.

139 19 6
                                    

—Quita los seguros. —advirtió un hombre.

Yuta tenía la oportunidad de salir pero el agarre en su brazo se le impedía, además, moverse bruscamente causó que el dolor en su espalda sea más fuerte.

La caída por las escaleras lo tenía mal ¿Cómo es que su madre había sido descuidada con él? No le importa su vida, podría haber sufrido una lesión grave o algo peor y a cambio, ella solo lo había metido en el auto con tal de llevarlo lejos.

—No irás con ellos. —siguió repitiendo.

Yuta no dijo nada, la puerta a su lado se abrió, y antes de que Yuta volteara a revisar, el viento que se filtró también arrastró un aroma conocido para él. Entonces Yuta no se atrevió a mirarlo, mantuvo su cabeza baja.

—Dile que no te irás con él —dijo ella, exigiéndole algo que Yuta antes había aclarado.

—¿Cómo puede usted decirle eso después de haberle hecho daño? —gruñó Taeyong, sus manos sujetaron el brazo de Yuta—. Vamos Yuta, debo llevarte a revisar con algún médico. No muy lejos de aquí hay un pueblo, podemos hacerte atender ahí.

Yuta asintió soltándose a la fuerza de su madre y en silencio permitió que Taeyong lo cargara en sus brazos ya que no creía tener las fuerzas para discutir o pelear. En ningún momento lo vio a la cara.

Fue tratado con delicadeza y de la misma forma fue dejado en el asiento trasero, Yuta sentía que las lágrimas pronto se desbordarían frente a la persona a quien tampoco quería mostrar debilidad. Pero el toque de Taeyong es cálido, acarició su mejilla y luego, de reojo, Yuta lo vio quitarse el saco del traje y quitarse la camisa, esa la utilizó para hacerle algún nudo a la cabeza de Yuta para presionar el lugar donde sangraba.

—Vas a estar bien, cariño, lo prometo.

Más promesas.

Cariño. Escucharlo llamarlo así ya no causaba lo mismo en él.

—Acuéstate, creo que sería riesgoso si sigues sentando. —Taeyong dijo con preocupación mientras cerraba la puerta.

¿Sabes lo que tengo? —quiso preguntar Yuta pero su garganta se siente cerrada y sus labios sellados.

Tengo a tu hijo conmigo. ¿Debo odiarte menos porque veniste a buscarnos?

Le había tranquilizado saber que había un pueblo cerca.

Dejó que al fin sus ojos se cerraran sabiendo que estarían bien. Así lo dijo Taeyong. Eso fue lo que escuchó de él antes de caer en la inconsciencia.

⋮⋮

Cuando sus ojos se abrieron, lo primero que enfocó después de acostumbrarse a la luz de aquella habitación fue a Taeyong sentado a su lado, sujetaba su mano.

Sigue siendo tan cálido pero no está bien.

Yuta se apartó enseguida de su toque.

—¿Estoy bien? ¿Mi bebé está bien? —preguntó Yuta con urgencia, Taeyong se incorporó, tenía una sonrisa en su rostro. Una muy brillante que parecía iluminar todo su rostro, llegaba hasta sus ojos, incluso tenía las orejas sonrojadas al igual que sus mejillas.

—Está bien, Yuta, el doctor dijo que la peor parte de la caída se la había llevado tu cabeza, el bebé está bien. Aún así estar en la novena semana con un accidente como este fue riesgoso, debes mantenerte en reposo de ahora en adelante, me encargaré de que estés cómodo. La salud de ustedes dos es primero.

Yuta suspiró aliviado ahora pudiendo respirar tranquilamente sabiendo que su bebé estaría bien.

Cuando cayó por las escaleras intentó protegerse de algún modo, lo recuerda como si hubiera ocurrido en cámara lenta.

Razones Ocultas ⋮ TaeYuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora