Capítulo 26.

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Yuta no había asistido a muchas bodas en su vida, pero esta sin duda, era la mejor. La ceremonia fue impecable, y la recepción en el hotel superó todas sus expectativas, la decoración, la música, la comida, todo, cada detalle reflejaba el cuidado y el esfuerzo que Jungwoo y Changwoo habían puesto en su gran día.

Mientras observaba a la feliz pareja bailando su primer vals, Yuta no pudo evitar sentirse profundamente emocionado. Ver a su amigo ahora, tan contento y pleno, era un testimonio de que el amor verdadero y la felicidad eran posibles.

Yuta se dio cuenta de que, aunque tenía sus propias incertidumbres y miedos, especialmente con su relación con Taeyong, había esperanza. La boda de Jungwoo y Changwoo le inspiraba a creer en el futuro, a soñar con la posibilidad de tener su propia felicidad algún día.

Se acercó a Taeyong, quien también estaba disfrutando del ambiente festivo. Taeyong le ofreció una copa, pero Yuta la rechazó con una sonrisa.

—Estoy tan feliz por ellos —dijo Yuta, mirando a la pareja recién casada—. Esto es realmente perfecto.

—Sí, lo es —respondió Taeyong, rodeando a Yuta con un brazo de manera discreta—. Ellos merecen toda esta felicidad.

—¡Lee! —escucharon. La pareja volteó hacia atrás por curiosidad—. Oh, al fin te encuentro, Taeyong.

Taeyong comenzó a hablar con un grupo de amigos que se acercaron. Taeyong parecía tan animado que por un momento olvidó que Yuta estaba a su lado.

—Taeyong, ¿puedes venir un momento? Los chicos están del otro lado y quieren hablar contigo sobre algo.

Fue cuando Taeyong recordó la presencia de Yuta. Yuta trató de mantener una expresión neutral, pero internamente se sintió desplazado.

—Volveré en un momento, Yuta. Puedes recorrer por ahí, conocer un poco a los amigos de Woo. Son muy amables.

El tono de Taeyong era tranquilo y amistoso, pero no había dulzura en sus palabras. Esto causó cierto recelo en Yuta. Entendió que ahora lo estaba tratando como un amigo más, sin gestos de cariño, ya que nadie sabía de su relación. No esperaba una gran muestra de afecto, pero al menos un pequeño gesto, quizás un beso rápido, habría sido suficiente. Se sintió desilusionado.

Era el acuerdo entre ellos dos. Nadie más que Jungwoo sabía de su relación. Pero tampoco podía agradarle ser tratado de esa forma. Taeyong se fue y, aunque Yuta no quería ser de esas parejas pegajosas como decía Jungwoo, no quería quedarse solo, todavía no conoce a nadie de allí. Sin embargo, su estómago se revolvió de nuevo, obligándolo a alejarse de la recepción y dirigirse hacia uno de los pasillos que llevaban al baño.

Yuta se detuvo a medio camino.

Por un momento se paralizó al ver a ese hombre en medio del pasillo, recostado en el barandal de las escaleras. No era su acción lo que le sorprendió, sino la persona, porque él no era un invitado, no tenía por qué estar allí.

—¿Me extrañaste? —burló Jung Jaehyun, su sonrisa maliciosa.

Yuta entornó los ojos, reacio.
—No eres un invitado. ¿Qué haces aquí?

—Soy huésped del hotel. —una sonrisa ladina se plantó en su rostro, disfrutando cómo Yuta parecía un gato con los pelos de punta, preparado para atacar.

—Aun así, no puedes estar por aquí.

Yuta trató de pasar por su lado, ignorando su presencia, pero Jaehyun no había ido allí solo para perder el tiempo. Lo retuvo tomándolo del brazo, y Yuta se soltó rápidamente.

—No vuelvas a tocarme.

—Vaya... —Jaehyun rió— Desde que estás con Taeyong has tomado más fuerza, me sorprende. Ya no eres tan domable, ¿o sí?

Razones Ocultas ⋮ TaeYuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora