Extra.

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Cuando miraban hacia atrás, todo parecía haber transcurrido tan rápido. Ahora quedaban los recuerdos. Sueños que habían realizado poco a poco, juntos, teniendo alrededor a gente que los quería.

—¿No te gusta el chocolate? ¿Era eso? ¿A qué niño no le gusta el chocolate? —Jungwoo se mostró indignado cuando el pequeño niño mezcla de Lee y Nakamoto, rechazó su helado.

—No es que no le guste chocolate, la verdad es que el helado te salió malo —burló Haechan para después dirigirse al más pequeño de la casa— ¿Verdad, bebé Ggie? El tío Jungwoo no sabe preparar nada —añadió Haechan haciendo cosquillitas al bebé que se reía tratando de escapar, lanzando patadas al aire.

—¡Déjalo, Haechannie! Acaba de comer, vas a agitarlo. —Yuta alejó a su amigo de su hijo.

La verdad es que el niño era muy mimado por Haechan, Jungwoo, y Mark cuando llegaba del extranjero.

El pequeño niño también tiene a dos mujeres que lo han nombrado "nieto", una de ellas ha sido así a pesar de no ser de su sangre.

La señora Nakamoto para Yuta no existe, tampoco ha vuelto a verla. Por otra parte, la señora Lee, su suegra, ama por completo al bebé olvidándose que tiene más hijos. Taeyong descubrió que su madre tenía un corazón tan dulce con su bebé, hasta Yuta se sorprendió de que esa mujer tuviera corazón de abuela, al principio ella se había mostrado reacia al saber que el bebé que Yuta esperaba era su nieto, muy reacia al paso de no querer saber nada de ellos y en cuanto se enteró que esos dos se habían reconciliado, pegó el grito al cielo pero después poco a poco se fue ablandando. Ella había aceptado que estos tuvieran una relación de negocios, jamás imaginó que podría pasar más allá.

Un día, la señora Lee llamó a Yuta para visitarlo, cuando ella llegó, al principio fue incómodo, ella quería llevar una mejor relación ahora que era parte de la familia y Yuta llevaba a su nieto. Ese mismo día, Yuta se puso en parto, no negaría que se había asustado y ella trató de calmarlo cuando lo vio así, la madre de Taeyong en ningún momento lo dejó solo, era mitad de semana y Taeyong tuvo que abandonar la reunión en la que estaba para llegar a su lado.

La señora Ryen es otra historia a parte, ella se disculpó por todo lo sucedido y por las actitudes que había tomado su hijo, a pesar de todo, ella rogó para que no denunciaran a su hijo, la verdad es que Yuta no puso ninguna denuncia en todo ese tiempo porque Jaehyun se había mantenido lejos. No volvieron a saber de él, lo único que habían escuchado es que se fue al extranjero y que Jung estuviera fuera de sus vidas, fue un alivio. La señora Ryen fue muy amable, también le sorprendió saber que Taeyong era el padre de su bebé pero ella a cambio también se volvió una abuela, no tenían ningún lazo con ella pero era muy cariñosa brindándoles tanto apoyo como podía y a pesar de que realmente ninguno la necesitaba, la recibieron como parte de la familia también.

Ryen también es una de las personas que mima a su pequeño Seungye o UnGgie como le decía Taeyong, es por ello que al llamarlo así, todos comenzaron a llamar a su bebé Ggie, y es que al ser tan pequeño con dos añitos, no habla más cuando quiere algo y cuando quiere la atención de sus padres, todo para el bebé es UnGgie en su dulce voz...

Por la noche después de hacer dormir al pequeño Seungye, Yuta volvió a la cama, Taeyong revisaba su agenda para el día siguiente. Yuta apartó el teléfono de Taeyong acostándose encima del mayor quien enseguida lo abrazó.

—Realmente amo esto, amo tenerlos aquí conmigo. —dijo Yuta escuchando los latidos tranquilos del corazón de su amado, la risa ronca de Taeyong vibró y lo hizo sonreír.

—Yo los amo tanto también. —respondió cubriéndolos con las cobijas calientitas que Yuta compró debido al frío del invierno.

Yuta tomó la mano de Taeyong besando el dorso de esta para después besar sobre el metálico anillo en su dedo. No se arrepentía de nada, no habría tenido esa gran vida si no hubiera escuchado a su corazón. Había dejado de temer diciéndose que debía vivir la vida. 

La vida es una caja de sorpresas, pueden llegar a cometer errores pero mientras no se repitan, y esta vez confíen y no hayan más secretos, se amarán por el resto de sus vidas, Seungye también llena su corazón. Ama infinitamente a su pequeño bebé.

—¿Qué tal si este fin de semana vamos a visitar a tus hermanos? Así podemos presentar a Seungye cómo se debe a tu familia que ansía conocerlo. —Yuta levantó su cabeza para mirar a Taeyong, besó su mandíbula queriendo brindarle apoyo al notar que se tensaba ante el comentario.

La hermana de Lee era otra historia.

Después de la revelación del caso de los niños perdidos en la excursión, afectó mucho a la familia Lee. La madre envió a la hermana de Taeyong al extranjero, su hermano cuidaba de ella allá, tenía una mejor vida que dentro de esas instalaciones en las que había estado todos esos que debían haber sido bellos años...

La señora Lee después de eso cambió demasiado, parecía más libre, amistosa y amable. Se encargó de que Taeyong y Mark no se vieran tan afectados ante la ola de comentarios de personas ajenas al tema.

Pero Taeyong mantuvo su postura en todo momento. Con las grandes negociaciones, la confianza y reputación que se había ganado, no perdió mucho. La empresa siguió en pie gracias al duro trabajo y del apoyo de las personas a quienes aprecia y ama.

Además no sólo sus hermanos estaban en el extranjero sino sus tíos, ellos hacían vídeo llamadas en ciertos meses para ver al pequeño Seungye.

—Ahora que estamos cerca de navidad, sería mejor viajar un poco antes para después volver para preparar algo en navidad y pasar junto a nuestros amigos. —Yuta asintió ante la respuesta positiva de Taeyong. 

—Entonces les avisaré a los chicos que nos iremos, así Jungwoo también puede encargarse de la empresa, me disgusta un poco que solo seas tú el que esté a la cabeza. Kim también debería hacer su parte, la empresa te roba tiempo.

Yuta hizo un puchero ante la mirada divertida de Taeyong.

—Pero si vas a la oficina a menudo. Muchas veces dejo de trabajar para jugar con Seungye, y no me quejo de eso pero me parece muy mal de tu parte que intentes hacerte el loquillo cuando eres tú el que me roba tiempo —Taeyong abrazó a Yuta más firmemente besando sus labios, dejando pequeños besos en su rostro

—Soy tu esposo, ¿qué esperabas? —Yuta lucha por contener su gran sonrisa—. Debes darme tu atención también.

—Descarado, a veces dejas a Ggie con la niñera para ir a inclinarte sobre mi escritorio. 

Yuta jadeó avergonzado cuando Taeyong amasó su trasero.

A pesar de sentirse avergonzado, Yuta no podía contradecirlo porque entonces ¿Pará qué más tendrían a la niñera? ¿No era para cuidar del bebé cuando sus padres no estén?





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Hey, quiero agradecerles por llegar hasta el final, espero hayan disfrutado y vivido con la historia.
Decidí darles un pequeño extra para despedirla, también por el apoyo que le han dado con cada uno de sus votos, también he leído sus comentarios. Gracias.

Razones Ocultas ⋮ TaeYuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora