OMEGAS SALVAJES

CAPÍTULO 45: FINAL DE LA GUERRA

No paso mucho para que todos los reinos celebrarán la victoria de sus gobernantes y soldados, los magos oscuros por fin habían sido borrados del mapa después de tantos siglos atormentando el continente, podrían decir que la paz en Yuei dio su primer paso.

No había reino en el continente que no supiera de la valentía de los guerreros de los cuatro reinos, en especial sobre los dos guerreros más poderosos que el mundo haya conocido.

Todos hablaban de un alfa proveniente del reino Fénix que logró fusionarse con el dragón Ragnarok la criatura más temible de los cielos y de un misterioso guerrero capaz de partir montañas de un solo golpe. Esas y otras historias se escuchaban por cada pueblo y calle, historias que ahora se escuchaban hasta los demás continentes, niños y jóvenes ahora tenían sueños de pertenecer al ejército y volverse grandes guerreros como lo eran el príncipe Katsuki Bakugo y el otro el cual solo decían poco, eso era porque los reyes no deseaban poner en evidencia a Izuku y su gente, los blancos debían seguir extintos para todos.

Las tierras que fueron el campo de batalla fueron bañadas en agua y esparcieron semillas para que las tierras volvieran a la vida. aquella guerra solo seria una historia en busca de la paz.

Se dio digna sepultura a todos los valientes hombres que cayeron en batalla, alrededor de 1800 guerreros fueron sepultados, otro 1020 cuerpos estaban desaparecidos y sin reconocer y 3000 estaban gravemente heridos, de los poseedores de magia blanca solo presentaban heridas no muy graves pero si un agotamiento de magia muy grande.

Yagi se encargo personalmente de atender todas y cada una de las heridas de su hijo y cuñado, ellos eran los que mas heridos y agotados que estaban, los atendió en una misma habitación ya que no quería que el hibrido se despertara y lo atacara por no ver a su omega con él. Ahora que su lobo se fusiono con un dragón se volvía mas peligroso y agresivo, pero sobre todo territorial y sobreprotector, así que lo único que lo podría mantener cuerdo es su omega.

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La luz del sol traspasaba las cortinas iluminando el interior de la habitación, el omega peliverde que yacía recostado en su cama poco a poco fue abriendo los ojos, todo su cuerpo estaba envuelto en vendas a excepción de su cabeza y cara, el olor a plantas medicinales en el ambiente le estaba empezando a desagradar a su sentido del olfato, con cuidado se sentó en la cama y miro a su alrededor quedando confundido por ver que estaba en una habitación como si de un árbol estuviera construida, era como si estuviera de vuelta en la isla.