07 de Junio, 1911
Lakewood, Ohio, USAHoy es el día, hoy finalmente llegaría Candy. Los días desde hoy no volverán a ser como antes. Siendo sincera, me siento demasiado ansiosa. Hay tantas cosas en mi mente que la fiebre en la madrugada cada vez se hacía más frecuente, lo que preocupaba enormemente a mis padres, que se volvieron más estrictos debido a esto y no me permitían ir a ningún lado sola, ni siquiera al jardín.
—Ya está lista, señorita —me informó Clara. Sin poder evitarlo me sobresalté por lo repentino que fue su llamado, y sé que ella se dio cuenta de lo distraída que estoy hoy—. Señorita, ¿Está segura de que se encuentra bien? Sabe que no necesita ir de compras usted misma, sea lo que sea que quiera, solo dígalo y alguien más irá.
—No te preocupes Clara, estoy bien. Además, no sé con exactitud qué es lo que quiero comprar, solo sé que lo averiguaré cuando lo vea.
Clara no insistió en el tema mientras me acompañaba al comedor, donde se encontraba Neil, nos saludamos sin problemas y empezamos a hablar de diferentes temas, principalmente él se quejaba por todas las lecciones que madre le había obligado a tomar, pues al su décimo quinto cumpleaños estar cerca, madre lo había llenado de lecciones, tanto así que no habíamos podido volver a practicar juntos desde hace semanas. Por mi parte, había estado muy ocupada arreglando la habitación que le pertenecería a Candy, pues quiero que se sienta cómoda durante su estancia aquí, al menos tan cómoda como fuera posible, aunque claramente no podía dejar de lados mis lecciones, por lo que tampoco he tenido tanto tiempo.
Cuando padre y madre llegaron se dio inicio al desayuno, hablamos de alguno que otro tema, aunque como de costumbre, la comida pasó principalmente en silencio. Al terminar cada quien se fue por su lado. Por mi parte, yo me dirigí a la entrada, donde ya me esperaba Stuart, quien será el encargado de cuidarme en este paseo.
—¿A dónde quiere ir primero, señorita? —me preguntó Stuart mientras empezaba a conducir.
—Estaba pensando en comprar algunos vestidos.
—"Salón de Mare" será nuestra primera parada, entonces.
Sonreí ante el entusiasmo del señor Stuart, siempre era muy amable conmigo, además de que era una persona muy divertida y era fácil hablar con él. Durante todo el camino estuvimos conversando saltando de un tema a otro.
◇◆◇
Greenwood, Indiana, USA
Una alegre pecosa corría rápidamente en dirección del gran árbol que había en su querida colina, cuando la voz de uno de los niños que vivían con ella la detuvo, pues estaba repitiendo su nombre en altos gritos, aunque realmente no eran tan necesarios.
—¿Qué sucede, John? —preguntó la rubia viendo al menor, que respiraba agitadamente por haber estado corriendo detrás de la mayor.
—Se- Se te cayó esto —informó el castaño con voz entrecortada, entregándole un hermoso broche de oro a la mayor.
—¡Gracias, John! Es mi amuleto de la buena suerte.
Sin decir nada más, la niña siguió su camino hasta su meta anterior, escaló el árbol con fluidez hasta llegar a su lugar favorito. Observó un tiempo el paisaje, para después ver el broche que alguna vez le perteneció a su príncipe. «Hace ya seis años que no veo a mi príncipe» pensó la niña. La risa de los niños jugando frente a la iglesia llamó su atención momentáneamente, para después volver a ver el paisaje con una sonrisa nostálgica. «Todos mis amigos de aquella época fueron adoptados. Yo soy la única que queda».
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En El Lugar De La Villana / Candy Candy
FanfictionAdiós, no siempre significa un final, a veces significa un nuevo comienzo. ◤𝑪𝒂𝒏𝒅𝒚 𝑪𝒂𝒏𝒅𝒚◢ La vida de Elizabeth no había sido sencilla, ni tampoco muy larga, pero podía decir que tenía buenos recuerdos de ella...