04 de Octubre, 1911
Lakewood, Ohio, USALo que más odiaba, sin duda alguna, era el otoño. Desde la muerte de mi querida tía Rosemary, y desde que los síntomas de leucemia aparecieron, el otoño siempre me ha traído malos recuerdos, y como consecuencia mis síntomas empeoran más que nunca. Este año no fue la excepción, razón por la que me encontraba en cama por cuarto día consecutivo mientras Candy me ayudaba a limpiar la sangre de mi rostro, la cual era resultado de una hemorragia nasal. La pobre tenía un corazón tan generoso que no había podido evitar preocuparse un poco demás al ver que mis síntomas empeoraron a tal grado que no podía dormir bien, lo sabía por las pequeñas ojeras que empezaban a aparecer en su pecoso rostro.
Suspiro con cansancio, la noche anterior había tenido fiebre, y aunque no era la primera vez que me pasaba desde que Candy había llegado, si era la primera vez que tenía una temperatura tan elevada y había empezado a sangrar. Podía notar como aquello había asustado a Candy aunque se había esforzado en mantener la calma incluso ahora.
Todas las personas que se encargaban de mí eran instruidas para saber exactamente qué hacer si algo me pasaba, Candy no era la excepción, pues se le había enseñado todo lo necesario para cuidarme al ser la persona que más me acompañaría, razón por la que ahora era ella quien me cuidaba en mi habitación, siendo visitadas en ocasiones por Julia, Lisa, Clara o Dorothy, quienes se turnaban para ver que todo estuviera bien, y claro, también traernos la comida a nuestras horas, en ocasiones también venían Neil o Madre, y solía recibir frecuentemente las cartas de padre, quien como de costumbre se encontraba viajando.
—¿Estás bien, Eliza? ¿Estás cansada? —me preguntó Candy mirándome con preocupación, dejando el pañuelo ensangrentado sobre mi velador.
—Un poco, pero diría que estoy más aburrida que otra cosa —le respondí sincera—. En serio agradezco tu preocupación y el que estés cuidándome, pero, ¿No estás aburrida después de haber pasado estos días encerrada aquí conmigo? Si quieres salir está bien, no es necesario que estés todo el tiempo conmigo. Puedes salir a caminar o lo que quieras, en serio.
Ella en repuestos me sonríe con su característica alegría y puedo ver su sinceridad en el brillo que irradia al verme—. Quiero quedarme aquí, me gusta hacerte compañía, Eliza. Además, estoy segura de que debes sentirte muy desanimada por no poder salir, no quiero que te sientas sola.
«Está chica tiene un corazón de oro» pienso conmovida, aunque algo preocupada de que alguien pueda aprovecharse de su amabilidad en el futuro, lo que si no mal recuerdo, si sucede y en más de una ocasión—. Entiendo, gracias Candy.
Para cambiar de tema, tomé la tela en la que había estado bordando hasta ese momento, la cual había alejado para evitar que se manchará de sangré, tratándose de un trozo alargado de tela que posteriormente sería utilizado como un listón.
—Que bueno que no se manchó, o habría tenido que volver hacer todo el trabajo de nuevo. Justo cuando ya lo había terminado.
—Te ha quedado realmente hermoso, Eliza —halaga Candy, viendo con impresión la tela que le mostraba.
—¿Tú crees? Espero que a Clint también le guste.
—Estoy segura de que sí, ¿Verdad, Clint?
Como respuesta, Clint saltó hasta mi velador y empezó a hacer ruidos y movimientos para expresar que efectivamente le había gustado. De alguna forma, madre estuvo de acuerdo en que Clint entrara a mi habitación durante el tiempo en el que estuviera enferma, con la condición de que no podía subirse en la cama, además de haberlo obligado a un baño para asegurarse de que estuviera limpio. Como todo ser vivo, Clint tiene sus necesidades y como consecuencia, cada vez que sale y vuelve a entrar tiene que ser bañado antes de dejarlo acercarse a mí. Creo que ya han bañado al pobrecito unas diez veces, si no es que más.
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En El Lugar De La Villana / Candy Candy
FanfictionAdiós, no siempre significa un final, a veces significa un nuevo comienzo. ◤𝑪𝒂𝒏𝒅𝒚 𝑪𝒂𝒏𝒅𝒚◢ La vida de Elizabeth no había sido sencilla, ni tampoco muy larga, pero podía decir que tenía buenos recuerdos de ella...