❛ CARTAS ❜ | Ray The Promised Neverland

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Junto a ti

"Take me out tonight"

Había pasado una semana desde que recibí la primera carta, y las diariamente me llegaban sobres nuevos, con textos hermosos que me hacían sentir una persona realmente especial, pero aún así me sentía tan culpable cada que recibía una carta, incluso había estado buscando en las habitaciones de otros amigos y no hubo resultado, el anónimo cambió su letra a propósito.

En esta semana la nieve había bajado un poco, y había decidido salir a pasear por las largas calles del pueblo más cercano, caminar hasta la parada del autobús más cercano eran aproximadamente 10 minutos, y para llegar al pueblo eran 20 minutos. Realmente disfrutaba sentarme al lado de la ventana en el autobús y sentir el aire fresco tocando mi cara, una sensación que extrañaba desde que había estado encerrada unas cuantas semanas por la nieve. Eran las 6 de la tarde y las calles empezaban a vaciarse, normalmente iba de tienda en tienda, viendo detenidamente las cosas que no pude conocer desde que era más pequeña, todo lo que sabía del mundo humano era lo que venía en los libros de la biblioteca que había en la casa. Mi lugar favorito era la cafetería, solo había una en ese pequeño pueblo, y sin duda servían el mejor café, había probado de otros lugares cuando salíamos todos juntos, pero el de aquí no tenía comparación alguna, y como era el mejor, lo dejaría para el final del día.

Quizás me faltaba un poco de ropa, la mayoría de la ropa que tenía en casa me la habían regalado, pues no me interesaba tanto en ello, pero quizás pudiera comprar un poco, las tiendas de ropa eran demasiadas, y lo que más vendían ahora eran suéteres. Me adentré en una tienda que me llamó la atención, la música que había era agradable y la ropa no era tan colorida pero era linda, normalmente Gilda o Gillian me ayudarían a escoger mi ropa, pero ellas no estaban conmigo ahora, entonces solo me decidí por un suéter blanco con rayas negras, algo simple pero bonito, en mi opinión. Gilda sabía mejor sobre ropa, en el refugio siempre lo mencionaba, que su deseo era que cuando llegáramos al mundo humano, le gusta vestir ropa bonita y diferente a la que usábamos en ese tiempo, me alegra tanto que lo pudiera haber conseguido. Seguí dando vueltas por todas partes, y sin olvidarme de haber comprado un pequeño regalo para todos.

Ya eran las 8 de la noche, las calles ahora estaban completamente vacías, solo quedaba un lugar a donde ir, a la cafetería. Aun seguía abierta, con unas cuantas personas dentro, el café de ahí era el mejor, pero no tenía ganas de tomar uno en este momento, si no que pedí una dona glaseada y otra de chocolate. Había recibido mi pedido rápidamente y me senté en una mesa con dos sillas, miraba detenidamente la vista que había desde el lugar donde estaba sentada. Estaba tan concentrada viendo a través de la gran ventana que no me percaté de que alguien estaba al lado mío, cuando voltee a ver quien era, empecé a ponerme nerviosa de nuevo y sentir como las palabras no salían de mi boca, era Ray, que me saludaba alegre, con algo de vergüenza por la pequeña escena que acaba de ocurrir, le hice una seña para que tomara asiento en la misma mesa que yo.

Ninguno de los dos decía nada, mirábamos por la ventana sin decir ni una palabra, claro que pensé en empezar una conversación, pero tenía miedo de que él no la siguiera, pero me ganó.

—Pensé que estabas en la casa —soltó de repente, ¿eso significaba que pensaba en mí?—, no deberías de quedare hasta tarde aquí.

—No te preocupes, pensaba volver en autobús más tarde.

—A esta hora ya no pasan los autobuses, Amber —se acomodó en la silla y continuó—. Yo te llevo, no te preocupes.