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al principio el rizado no tenía dudas de que el más bajito lo estaba llevando a su salón, pero cuando comenzó a darse cuenta que ya nadie caminaba por donde ellos iban, comenzó a dudar un poco.

sin embargo, no hizo comentario alguno y continuó la caminata en silencio mientras renjun lo guiaba por un último pasillo, antes de entrar a un salón vacío, que parecía haber estado sin uso desde hace un tiempo, las paredes bien pintadas y los pupitres ordenados, pequeñas virutas de polvo sobre toda la mueblería que allí había.

―renjun, ¿estás seguro de que esté el el salón de... ―y fue cortado cuando el chico bajito lo empujó contra la pared robándole todo su espacio personal, su mochila cayó a un lado, sonando contra el suelo.

estaba bastante contrariado sin saber qué hacer, cuando sintió que el chico se acercaba aún más y posaba sus labios sobre los suyos.

al parecer si eran tan suaves como lo parecían.

los movía con suavidad, colando su lengua por entre los labios ajenos una vez entró en confianza; besaba tan lindo como lucía, lo que en la mente de jeno, significaba que besaba de maravilla.

sus manos comenzaron a acariciar el torso del más alto, levantándole poco a poco la camiseta blanca que tenía puesta, separando sus labios para depositar pequeños picoteos por su cuello, corriendo su cabeza para acceder mejor a la posición teniendo más espacio para besar.

lo único que el de rizos podía hacer era soltar cortos suspiros, totalmente desconectado de lo que fuera estuvieran haciendo, solo sintiendo los labios de renjun sobre su cuello, las manos de este, considerablemente más chicas que las suyas, quemándole al tacto mientras intentaba quitarle su camisa con manos más que profesionales.

jeno tomó la iniciativa y comenzó a pasar sus manos por la cintura prominente del más bajo, deslizándose hasta sus muslos para luego subir otra vez.

cuando el torso del de ojos pardos quedó al desnudo, su remera siendo lanzada sobre algún pupitre, renjun rápidamente atinó a ponerse de rodillas frente al más alto. repartiendo besos por su abdomen hasta llegar al borde de sus vaqueros grises.

en ese momento un botón de alerta se activó en la mente de jeno. oh no, qué carajos hacía ahí.

el corazón de jeno latía con fiereza porque: 1) este hermoso chico caliente que a penas conocía al parecer también sentía atracción por él, 2) tenía como mil clases a las que atender, y no quería dar mala impresión el primer día llegando tarde a estas y 3) no quería estar con renjun tan a la primera de cambios, le gustaría que piense en él como un posible material para novio antes que un rapidito de inicio de clases en un salón abandonado.

y podría haber follado con él en ese salón y gozar de tenerlo entre sus brazos por un rato antes de que se olvide de él y perderse alguna que otra clase.

pero todos sabemos que lee jeno, de corazón amable y enamoradizo por naturaleza, de buenas notas y mejor promedio, el chico amable que buscaba no aprovecharse de nadie y dar la mejor impresión de él posible, no haría eso.

así que cuando sintió sus frías y pequeñas manos deslizarse al botón de su jean, lo frenó de la manera más gentil posible y lo ayudó a levantarse, renjun estaba un tanto consternado.

―¿q-qué haces? ―preguntó con el ceño fruncido y tono de preocupación.

―mjm, es mi primer día aquí y preferiría llegar a horario a mis clases ―le dijo tomándole la muñeca con cuidado, estaban tan cerca aún. ―no quiero hacer malas impresiones, ni quiero que todo sea tan rápido entre nosotros, como que me gustaría conocerte más renjun.

el más bajo tenía los ojos pequeños de tanto achinarlos, pero es que no entendía como podía rechazarlo de esa manera cuando la mitad del colegio daría la vida y media más por tener esa oportunidad con él.

su cara se frunció en confusión, tenía la boca entreabierta, intentando encontrar las palabras adecuadas para responderle.

nunca había sido rechazado de esa manera, estaba por romper en llanto de la vergüenza y lo tonto que se sentía, sabía que no debía hacerlo para no parecer vulnerable.

cuando sintió sus ojos ponerse colorados respiró profundamente sin que se notara, tragándose las lágrimas y cambiando su cara a una de enojo. el rizado había seguido hablando pero no logró escuchar todo.

―...y podríamos hacer las cosas de manera diferente, si quieres estoy libre luego de clases. podríamos comer juntos en la cafetería.

luego de eso renjun se soltó de golpe del agarre de jeno, retrocediendo, mientras que el rizado intentaba tomarlo del brazo para detenerlo y calmarlo.

―¿m-me estás rechazando? ―pregunta con odio. ―y siquiera piensas que después de esto vas a tener otra oportunidad conmigo, deja de soñar.

―renjun, me gustas, que no quiera tener sexo contigo ahora no significa que no te desee ―señala su miembro que había comenzado a reaccionar ante lo que habían estado haciendo un rato atrás.

―me estás rechazando ―repite sin oírlo, acomodando rápidamente sus ropas y saliendo de la sala vacía.

jeno toma su camisa y se la pone de manera rápida, antes de colgarse su mochila sobre el hombro y correr tras renjun. cuando lo tomó del brazo, el más bajito lo miró con odio pero permaneció junto a él.

―renjun, no te enojes, ya sabes por qué no quiero hacerlo ahora y...

―no quiero oírte más jeno, vete de aquí y haz como si nunca me hubieras visto, para mí eres solo el chico nuevo. ya te arrepentirás de haberme hecho esto ―dijo el ojimiel para luego soltarse de su agarre y correr lejos de él.

jeno no lo siguió, quedando perdido tras él y aún sin saber dónde cornos quedaba el maldito salón de química.

(no esta de más aclarar que jeno pudo, después de un rato largo de búsqueda, llegar a su salón y no tener una tardanza por ello. tampoco está de más contar que sintió una mirada de ojitos azules y odio penetrante clavarse en su nuca durante toda la clase).

ST★RFUCKERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora