La Señorita Kim - Jenlisa (G¡P)

Dónde estoy?

En Corea del sur, las 07:30 de la tarde.

Pov Lisa

Félix: eso fue todo lo dicho, por parte de ellos - apuntó con la cabeza a la sala donde ya teniamos a los hombres.

Rm: como se le ocurre a un oficial de policía, no hacer algo cuando ya casi se matan en ese casino. Los oficiales de Corea no son muy agradables en este sentido - Nam pasaba sus manos por su cabello, todos estaban igual sin saber cómo hacer hablar a esos matones.

En mi cabeza solo rondaba el pensamiento de, ¿aque se refería aquel hombre cuando dijo, que el padre de Jennie me mataría?, en algún momento jisoo me había comentado de su padre. Que había muerto cuando ella y Jennie tenían 17 y 18 años.

Y esto era raro para mi ya que si estaba muerto porque dicen que me matara?, estoy muy confundida,tenía ganas de decírselo a jisoo pero sabia que sin pruebas, quedaría mal.

Hoseok: Lisa?? Ey, pasa algo? llevo hablandote un rato y no me contestas - volví a mi Presente sacudiendo la cabeza viendo como todos esperaban mi respuesta.

Lisa: Lo siento Hobi, me duele un poco la cabeza. Es todo - me puse de pie tomando mi traje de arriba - Creo que tengo que tomar aire fresco- los chicos asistieron.

BamBam: Pero cuidado manoban,sabes que por aquí los terroristas están hasta debajo de las piedras - asenti sin darle alguna importancia,saliendo de aquel edificio, caminaba por el alrededor.

Lisa: El padre de jen? Quiere matarme? - di un suspiro con risa, seguia sin creer nada, pero eso fue lo que me llevo al Barranco.

Escuchó pasos, se acercan. Di vuelta para luego sentir un puñetazo que me dejó en el suelo, me levante como pude y le devolvi el golpe sin darme cuenta que ya venían unos más, estaban enmascarados.

No tenía tiempo de correr, así que me enfrente a los 10 más o menos, hasta que.

Pum!!! - se hizo eco, creo que demasiado para alertar a los del edificio, bajo la cabeza solo para ver qué recibi una bala en el brazo izquierdo, yo tenía fobia a la sangre. Eso fue lo que hizo que cerrará los ojos y cayera al piso frío y bruto.

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Poco a poco voy abriendo los ojos, y como la primera vez que conocí a Jennie estaba atada a una silla al igual que mis brazos y piernas.

Note que era un cuarto, pero estaba viejo y tenía mucha humedad. La única luz que había era un foco arriba de mi y después todo oscuro.

Siento una presencia, hasta que alguien en la oscuridad viene hacia mi, se acercó lo suficiente para aunque sea ver lo alto y rudo que era.

Lisa: Donde estoy? - el hombre río gracioso agarrando una silla y acercándose a mi.

X: Donde nadie puede oir tus gritos - tomó asiento mirándome como si fuera el ganador de la situación.

Lisa: Te molestaría decirme que hora es? - el nego mirando su reloj.

X: 11:16 del medio día, dormiste mucho - mis ojos se abrieron grande, si que había quedado inconsciente por aquella bala, al recordarlo mire mi brazo izquierdo, estaba aunque sea estaba vendado.

Lisa: Que es lo que quieres? No he echo algo malo. Creo - encoji hombros haciendolo reír.

X: No no no, conmigo no es, es con tu suegrito. Y la verdad no creo que salgas de aquí con vida - justo ahí entró un hombre más, claro este debe ser el jefe ya que tenía a los malhechores de anoche.

El primer hombre que vi se había retirado riendo, mientras los demás se quedaban como estatuas en los rincones del cuarto.

Se dejó ver aquel supuesto hombre que me mataría, era algo viejo supongo que tenía unos 50 años, tenía canas y una mirada apagada.supongo que tuvo una vida de mierda.

X: Tu eres quien está dañando a mi hija supongo - se sentó por sus piernas alzando puntillas.

No le respondi solo lo mire lo más seria que pude.

X: Cometiste el peor error de tu vida jovencita, te metiste con mi hija - su rabia estaba presente pero no me asustaba.

Lisa: Yo no cometí errores, fuiste tú - apenas termine, aquel desgraciado me dio un puñetazo que rompió mi labio inferior.

X: Odio a los putos agentes, y más a aquellos que se aprovechan de las chicas como mi hija - aún no creo que este sea su padre ¿donde mierda estoy? Sera que si moriré aquí?.

Lisa: nunca me aproveche de su supuesta hija - agarró un arma que tenía en sus bolsillos apuntandome justo en la cabeza.

X: Sabes, podríamos mejorar la situación sii.. Te alejas de mi hija o sales muerta de aquí - esto era más que una mentira, según sus hombres el solo quiere matarme. No hacer tratos.

Lisa: No soy idiota - bajo el arma mirándome hasta que se fijó en mi tarjeta de identidad como agente.

X: Manoban? Manoban. Ese apellido ese maldito apellido - dijo pateando prácticamente nada.

X: tu eres hija de Marco manoban? - mi corazón se detuvo un segundo al escuchar el nombre de mi padre.

Lisa: El ya no está - Baje la cabeza. Apretando mis puños recordando como lo habían matado.

X: Tu padre, el mató a mi esposa - Levanté mi cabeza para solo ver cómo se tapaba el rostro llorando en silencio.

Lisa: Que? - el se limpio las lágrimas, creo que me contaría una historia trágica.

X: Cuando el era agente, y yo un mafioso el me había encontrado claramente matando a sus compañeros de trabajo, tuvimos una pelea a muerte hasta que Eun-ji mi esposa se hizo presente en la pelea.

Tomó aire para seguir continuando.

X: Tu padre muy cegado por la rabia tomó su arma y le disparó matándola de una. No reaccione un minuto, estábamos en un edificio, en el último piso cerca del gran puente y el enorme mar, lo agarre y conmigo a fuerza y nos tiramos de aquel edificio cayendo como en Cámara lenta. El cayó en el medio de la ruta del puente mientras que yo caí al mar. Decidí morir ya que me habían quitado lo que yo más queria, sin pensar en mis hijas - su voz se quebró, mis ojos estaban helados y rojos de tristeza e ira.

Cerré los ojos y deje que un par de lágrimas salieran, tanto como rabia sentí compasión por este hombre que había fingiendo su muerte y matado a mi padre.

X: Luego de eso desperté a la orilla del mar, había llegado al otro lado de Corea me sorprendió no haber muerto porque eso era lo que quería, cuando me escabulli en la cuidad todos comentaban sobre mi muerte y la de Marco. Me sentí miserable asique decidí esconderme del mundo asegurandome que mis hijas estuvieran bien, hasta que tu llegaste - su historia era desastrosa para mi, que ya no pude hablar.

Lisa: Después de todo, creo que te entiendo - El se paró dándome la espalda, chasqueando sus dedos se retiró y mierda y más mierda unos tres tipos se acercaron para meterme vergisa.