Capitulo 46

48 5 0
                                    


Elizabeth se había llevado una profunda decepción al no hallar una carta de Jane a su llegada a Lambton. Su decepción
se había renovado cada mañana de su estancia allí, pero altercer día sus lamentos cesaron, y su hermana quedó justificada, al recibir dos cartas de ella simultáneamente, una de las cuales indicaba que había sido transportada en un coche de posta que
había sido atacado por unos zombis, lo cual había retrasado su entrega.

Se disponían a dar un paseo cuando llegaron las cartas. Los tíos de Elizabeth la dejaron para que las leyera tranquilamente y partieron solos. La joven decidió leer la carta que se había retrasado, la cual había sido escrita hacía cinco días. El principio
contenía una descripción de las pequeñas fiestas y demás compromisos a los que habían asistido, con las noticias que
ofrecía la comarca; pero la última mitad de la misiva, fechada un día más tarde, y escrita en un evidente estado de agitación,
refería una importante noticia. Decía así:

Desde que te escribí las líneas más arriba,
querida Lizzy, ha ocurrido algo tan inesperado como grave. Lo que debo decirte se refiere a la pobre
Lydia. Ayer, a las doce de la noche, cuando todos estábamos acostados, llegó un correo urgente con una carta del coronel Forster, para informarnos de que Lydia se había fugado a Escocia con uno de sus
oficiales. A decir verdad, ¡con Wickham! Imagina nuestra sorpresa. Estoy profundamente disgustada. ¡Una unión imprudente por ambas partes! Pero
confío en que todo salga bien, y que estemos equivocadas sobre el carácter de Wickham. Me consta que es desconsiderado e indiscreto, pero este
paso (del cual debemos alegrarnos) no demuestra maldad alguna. Su elección es cuando menos desinteresada, pues debe de saber que nuestro padre no puede dar nada a Lydia. Nuestra pobre madre
está muy apenada. Nuestro padre lo sobrelleva mejor. Me alegro de que no les contáramos que Wickham estaba enemistado con el señor Darcy, ni
del trato que infligió al mozo de cuadra sordo. Debemos detratar de olvidarlo.

Al terminar de leer esa carta, Elizabeth tomó al instante la otra, y, tras abrirla con impaciencia, la leyó. Había sido escrita
un día después de la conclusión de la primera.

Querida Lizzy:

No sé cómo explicártelo por carta, pero tengo malas noticias para ti, y no puedo demorarlas. Pese a lo imprudente que sería un matrimonio entre el señor Wickham y nuestra pobre Lydia, estamos preocupados de que se haya celebrado, pues tenemos
motivos para creer que Lydia haya sido obligada contra su voluntad. El coronel Forster vino ayer, después de abandonar Brighton el día antes, pocas horas después de enviarnos la carta por correo urgente. Aunque la breve nota de Lydia a la señora
F. indicaba que se proponían casarse, otro oficial insinuó que Wickham no tenía la menor intención de hacerlo, insinuación que llegó a oídos delcoronel F., quien partió de inmediato de B., dispuesto a seguir a la pareja. Consiguió seguirlos hasta Clapham, pero allí les perdió el rastro, pues al entrar en esa población, fue recibido con una salva de disparos de mosquete y obligado a ponerse a buen recaudo mientras Wickham y Lydia montaban en un coche de alquiler y partían a toda velocidad. Lo único que sabemos es que tomaron por la carretera de Londres. No sé qué pensar. Después de hacer toda clase de indagaciones entre sus conocidos en Londres, el coronel F. vino a Longbourn y nos contó la mala noticia con una delicadeza que le honra. Lo lamento sinceramente por él y la señora F., pero
nadie puede culparlos de nada. Nuestra congoja, querida Lizzy, es indescriptible. Nuestros padres se temen lo peor, que después de arrancarle la ropa, Wickham arrebatará a Lydia su honor y su juicio.
Pero yo no le creo capaz de tamaña fechoría. Existen muchas circunstancias que aconsejan que se casen privadamente en la ciudad en lugar de su primer plan; y aunque Wickham fuese capaz de llevar a cabo esos desmanes contra una joven con la poca destreza de Lydia en las artes mortales, lo cual no es probable, ¿cabe pensar que nos hayamos equivocado hasta ese extremo al juzgarlo? ¡Imposible! Nuestro padre partirá de inmediato para
Londres con el coronel Forster, a fin de tratar de averiguar el paradero de Lydia. No sé qué se propone hacer, pero su inmenso pesar no le permite tomar unas medidas prudentes y eficaces, y el coronel Forster tiene que regresar a Brighton mañana por la tarde. En estas circunstancias tan lamentables, sería muy útil el consejo y la ayuda de nuestro tío, quien comprenderá de inmediato lo que
debemos de estar pasando. Confío en su bondad.

Orgullo y Prejuicio y ZombisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora