Capítulo 6: El 'jangueo' - Parte 2

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En mi preadolescencia (creo que era el 2004 o 2005) se empezó a escuchar por las emisoras de Colombia el "reggaeton", un nuevo géNero musical de Puerto Rico y que para mi madre y tías era una señal más de que el mundo llegaba a los últimos tiempos pues el baile y las letras de aquellas canciones denigraban a la mujer y hablaban de sexO; una palabra que ellas omitían a mi alreadedor y también con mis primos pequeños.

Ellas estaban aterradas por los videos musicales y decían que sólo promovían el sexo sin matrimonio y el embarazo adolescente. Por mi parte, estaba encantada de ver mujeres bailando libremente y con sus cuerpos voluptuosos, pues por aquella época en las revistas y fotos sólo se veía la moda de talla 0, cuestión que me afectaba porque siempre había sido voluptuosa.

También aquellas letras me hicieron despertar mi curIosidad sexual, ¿qué se sentía darle un bEso a alguien? Si un chico y yo nos besabamos, ¿su pene se iba a poner erecto por eso? ¿Yo me iba a mojar? ¿Cómo iba a reaccionar mi cuerpo?

Bueno como ya les conté antes, mi curiosidad y actuar no fueroN de la mano y empecé a desarrollar el contacto sexual en mi primer semestre de la universidad. Sin embargo, el reggaeton estuvo presente en las fiestas adolescentes a las que iba con mis amigas y aunque al principio no sabía cómo mover el culo y las caderas, fue con la práctica perfeccioné aquella técnica de mover mi cuerpo como si estuviera Excitando a la otra persona pero hasta ahí iba a quedar la cosa.

Yo me sentía triunfante al baIlar toda la noche con aquellos chicos y mis amigas. Pero mis tías no querían que la nueva generación bailara aquellas "canciones del diablo" -como les decían- así que nos enseñaron en el patio de la casa de mi abuela a bailar merengue, vallenato y salsa; de este último género sólo sé lo básico.

Entonces, aquellas canciones de Daddy Yankee, Wisin & Yandel, Tito El Bambino, Don Ómar, Ivy QuEen, Tego Calderón y muchos más sólo las había bailado con chicos colombianos. Al parecer cada país había desarrollado una forma de bailar aquel género y como era una niñata que nunca había salido de su país no tenía idea de que en otros países no bailaba cómo yo lo hacía.

Así que CUando estaba 'jangueando' aquella noche con Axel, yo enseñÁndole a bailar vallenato, género autóctono de mi país, me di cuenta que iba a bailar reggaeton por primera vez con alguien de otra Nacionalidad y precisamente alguien de aquella isla tropical en donde nació aquel género musical.

Dejé que él guiara mi cuerpo al suyo y al riTmo de la canción. Ambas masas se movieron al principio separadas e intimidadas a los ojos de terceros que nos observaban desde las esquinas de la habitación, pero poco a poco nos fuimos fundiendo como una sola bola de fuego y respirando al otro.

Su Olor era una mezcla de perfume con tabaco cubano que había fumado en el balcón previamente. En otra ocasión aquel olor me hubiese Alejado, pero en aquel momento me atrajo lentamente como una polilla encantada por la luz.

Era la tercera canción y sus Manos estaban en mis anchas caderas y podía ver su collar de conchas y pechO por la abertura de su camisa. Me di la vuelta para no lanzaRme sobre él y su cuello. Posé mis manos sobre las suyas, cuando mi culo quedó sobre su ingle noté algo extraño y ME alerté.

— ¿Estás bien? —murmuró a mi oído. Él notó mi tensión.

Asentí.

— ¿Tú?

— Sí.

Era la primera vez que no sentía el pene de un hombre en mi trasero al bailar reggaeton y lo primero que vino a mi cabeza es que tal vez su miembro era pequeño y mi culo no lo alcanzaba. Después me invadió el pensamiento de que no era lo suficientemente atractiva para excitarlo y COmo tercer pensamiento imaginé que mi culo no estaba pegado a su ingle.

Lo siento, no vi las banderas rojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora