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Cuando el juego terminó y dieron por ganador al equipo de la universidad, YoonGi no pudo hacer más que reunirse con sus compañeros de grupo en gritos de alegría.

Luego, cuando todos parecieron tomar su lugar por la cancha, simplemente buscó con la mirada a JiMin, encontrando a este a pocos pasos de él con una sonrisa en su rostro.

YoonGi nada más tuvo que abrir sus brazos para que JiMin corriera hacia él, lanzándose en un caluroso abrazo que los hizo delirar a ambos de la emoción.

—El mejor amuleto que pude tener fuiste tú, mi amor. —Susurró el pálido besando superficialmente los labios del menor. —Te quiero siempre conmigo.

—Me tendrás, alfa. Me tendrás hoy, mañana y hasta que dejes de quererme. —Prometió el omega. YoonGi besó la frente del menor.

—Entonces será para siempre. —Susurró cerca de los labios del omega. —Porque tú eres mi omega y él único que llevará mi marca en su cuello. —Susurró en voz baja con un tono ronco que hizo a JiMin reprimir un jadeo. —¿Quieres ir a casa conmigo hoy?

JiMin le observó relamiéndose los labios en anticipación. YoonGi terminó de eliminar la distancia entre ambos mientras besaba al omega.

Los silbidos a su alrededor no tardaron en escucharse, pero a ninguno le importó en absoluto.

—Vamos a casa, alfa. —Susurró el omega separándose del mayor. Sonriendo al sentir la respiración alterada del mayor.

...

JiMin no había terminado de observar el apartamento de YoonGi cuando fue asaltado por este contra la pared más cercana.

JiMin no se quejó. No tenía porque hacerlo porque sabía muy bien que su celo era el motivo de la respuesta del alfa.

Lo había notado en cuanto el juego terminó y las punzadas de dolor impactaron en su vientre. Había llevado un supresor pero sabía que el efecto sería muy nulo en cuanto estuviera cerca de YoonGi y este dejara a rienda suelta su aroma para él.

—Necesito... Necesito que me digas como cuidarte, tu alfa hará todo para que estés bien. —Susurró YoonGi tomando el rostro del omega entre sus manos. JiMin sonrió embobado por la preocupación en el rostro del pálido.

Dios, YoonGi solo estaba hablando y JiMin quería ofrecer su cuello.

—Quiero tu nudo y tu marca, alfa. —Susurró relamiéndose los labios mientras la imagen se reproducía en su mente. Tomando las manos del pálido las llevó a su vientre. —Quiero llevar tus cachorros. —Demandó. YoonGi asintió.

—Primero te daré de comer. —Mencionó el pálido besando los labios del omega. JiMin sonrió, sus ojos brillaron en anticipación.

—Yo sé lo que quiero de comer y no está en la cocina. —Expresó delineando con su lengua sus labios.

YoonGi rió.

—En cuánto entremos a ese cuarto, JiMin. No saldremos en un buen par de horas, déjame velar por tu bienestar, bebé. —Pidió. JiMin negó.

—No tengo hambre de comida, alfa Min. —Susurró el omega. —Te quiero dentro de mi, ¿Acaso tú no lo quieres? —Preguntó con un puchero adornando su rostro. YoonGi acudió hacia el omega cuando vio una pequeña capa de tristeza en aquellos ojos. Cuando sintió los brazos de JiMin apresarlo en sus brazos y escuchó la risita de este.

Supo que había perdido.

Nada más bastó con que el omega empezara a besarlo y dejara su olor salir libremente para que YoonGi se entregara al deseo de su alfa por complacer al lindo omega que se restregaba sobre él.

A baby » Omegaverse YM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora