Capítulo 9-Mis respetos Valide Sultan.

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27 de septiembre del año 1654, Palacio Topkapi.

El sultán Orhan II, nacio el 6 de enero del año 1635, hijo del sultán Murad IV y su esposa otomana, la hija de un pasha de gran poder, heredó el trono otomano en el año 1640, a la corta edad de cinco años. Al ser inexperto en la gobernación, su abuela, la Valide Büyük Mahyperker Kösem Sultan, fue su regente oficial hasta que cumplió diez años, edad en la que supo mover sus cartas y obtener el poder absoluto, algo sorprendente, pues aún se le consideraba incapaz de dirigir un imperio, más Orhan demostró lo contrario, que a pesar de ser un niño, había madurado para cumplir con su deber.

El joven muchacho entra en aquel salón donde se discuten los asuntos del imperio, una oleada de reverencias se hacen a su paso, se sienta en el majestuoso trono dispuesto solo para él bajo las discretas miradas de los hombres a su servicio.

—Hay bastantes temas que hablar —dice el sultán—. Impondré nuevas leyes para mejorar el comercio.

Velar por el bien de su imperio y gente era lo que siempre debía hacer, su deber.

Diferentes temas se hablan entre aquellos varones de elevado puesto, el tiempo pasa rápidamente, un acuerdo no llega pero el sol cae, avisando que la noche se acerca.

—Esto es todo por hoy, continuaremos mañana, Allah mediante —Orhan se levanta de su asiento mientras el dolor de su cabeza incrementa.

Todos bajan su cabeza en señal de respeto y le desean el bien en modo de despedida, el joven se aleja a paso apresurado de aquel lugar sin responder a ninguno de ellos, camina por los pasillos del Palacio Topkapi, su palacio desde que se convirtió en el gobernante de un imperio. Las puertas de sus aposentos son abiertas por los guardias que se inclinan a su paso, la habitación adornada de azulejos de color del mar y mármol se ha convertido en el lugar en donde ahoga sus penas, con desespero se sienta en su gran cama, intentando aliviar su dolor y estrés.

...

La Valide Hümaşah Sultan, se sienta con elegancia en el cómodo sofá, el olor del té recién hecho inunda los aposentos más lujosos de todo el harem, el harem que ella dirige desde hace catorce años.

De un pequeño cofre de madera, saca una carta que le escribió su hija Hatice exactamente hace un mes y la vuelve a releer, las palabras escritas en el pedazo de papel le recuerdan el asunto que tiene pendiente desde hace días.

—Hatun, trae a Ferhat Kızlar Ağası —le ordena a su criada, esta se reverencia y hace lo que dice.

Después de unos minutos aparece el jefe de los eunucos en la habitación.

—Valide Sultan, mis respetos ante usted —se reverencia y no levanta la mirada.

—Ferhat —saluda la mujer de alto rango— te he llamado porque deseo hablar contigo.

—Para mí es todo un honor estar ante su presencia, pídame lo que desee —habla aún con la cabeza baja.

—El mes pasado fui informada de que nuevas muchachas fueron traídas al harem, Hatice mandó a su sirvienta a comprarlas —explicó.

—Así es Valide Sultan.

—¿Cuál ha sido la mejor en sus estudios Ferhat? —pregunta esperanzada.

—La mayoría han sido lentas en sus clases...En excepción de Julieta hatun, ha aprendido nuestro idioma, casi lo habla a la perfección, también aprendió a escribirlo, ha resaltado en las clases de bordado y tiene buenos modales. Es muy bella, tiene características que nunca había visto en una mujer del harem —habla mientras recuerda a la muchacha de rojos cabellos como fuego—. Escuché que fue muy costosa, que la criada de Hatice Sultan la compró especialmente para usted.

Amor entre el poder del Imperio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora