Capítulo 42

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Selene

Inútilmente trato de quitar las sogas que me aprisionan, por más que muevo las manos solo alcanzo a aflojar el nudo que por lo menos me deja sentir la sangre corriendo por estas. Arden con la piel que se me levanta al tenerlas rozando por tanto tiempo en esa zona.

Todo lo que observo frente a mí parece querer acabar conmigo, porque la imagen atroz que evito ver más allá de lo que me obligan, es tal que no tolero una arcada al ver como exponen sus órganos mientras Jason aún respira.

Quiero sentir lástima o un poco de dolor por verlo morir en manos de lo gyilkos, aún cuando eso no sucede. Es mi hermano, pero no siento lo que se supone debe haber entre dos personas que comparten genética. No siento nada más que miedo porque muera rápido y sea la siguiente. Quiero vivir, quiero hacerlo y poder decir que esto no fue más que otra prueba más de la vida, la cual no logró su objetivo.

Contengo la respiración cuando ese olor putrefacto de un cuerpo ser abierto invade mis fosas nasales. Todos celebran y agradecen con sonidos que salen de sus gargantas en lo que siento como estoy enmedio de un cementerio con las tumbas abiertas.

__ ¿Sabes que significa eso? - me pregunta Ferenc sentado a unos cuantos pasos de mí en lo que estoy en el suelo con amarres que impiden me levante. - Es tu turno, linda.

Se incorpora presumiendo el estatus que tiene entre los gyilkos, el que algunos se hagan a un lado para que pase lo sube más en ese pedestal al cual cree pertenece.

__ Tan fácil que era evitar esto - me habla de cerca sosteniendo mi barbilla para que no deje de verlo - Me hubieses dado un hijo y la inmunidad sería tuya.

__ No eres más que un ser despreciable. Jamás me hubiera dejado tocar de tí ni porque estuviese obligada - escupo con odio.

__ Pero cuanto te gusto ser la zorra de Lorand - exclama lamiendo mi mejilla, me quiere humillar en su actitud de jefe y dueño de todos, en cambio; no muevo un músculo, no le dejo ver que estoy por vomitarle encima porque sería hacerle ver que ganó y ni en mi último segundo de vida lo va a ver.

Huele mi mejilla, levanta unos mechones de pelo que desplaza para tenerme a su merced hasta que oigo como la hoja de una navaja es disparada con solo un click. Mi sangre se congela, mi pecho sube y baja con prisa.

__ Puedo tomarte como mía aquí mismo - susurra en mi oreja - Sería la forma de domar a una fiera antes de ponerla en manos de quienes no dejarán ni tus huesos.

__ Atrevete tan solo a intentarlo y serás la mierda que nadie querrá ver siquiera. - advierto sin mirarlo, aleja su cara para poder hacerlo - Te crees que puedes amedrentar a quien ya sintió tanto miedo en la vida que ahora no huyo de él, más bien adoro me acompañe porque puedo ver qué aún con todos estos a tu lado, te hace su presa.

Su cara se descompone. Ya no parece tan seguro. Ya no parece tan fuerte.

__ ¿A qué le temo, según tú? - pregunta queriendo verse menos intimidado.

__ A tu hijo. - declaro riendo - Le temes a su potencial, a lo que es capaz de lograr desde que cayó en el puesto que ahora posee. Al puesto que tú deseas.

Su gestualidad lo delata.

__ Le temiste desde que te desafió en la oficina cuando te hizo ver que el cargo ya era suyo. Pero ¿sabes cuándo te aterró? En el momento en que te respondió el puñetazo que te rompió la nariz.

Disfruto echarle en cara todo. Si creyó hacerme más sumisa se equivocó de individuo.

__ Buscabas que se pareciera a tí y solo lograste que te superara, y eso no te gustó - lo enfrento - ¿Que se siente?

String (Libro 3 Dinastía Indestructible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora