7- Una melodia de cuerdas y balones

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- Ya estás mejor?- me pregunto Unai. 

 - Sí, muchas gracias por ayudarte y quedarte aquí- le dije aún en el abrazo.

- No es nada, voy a estar para ti siempre Ana- me beso la frente de forma cariñosa- ven te llevo a casa- envolvió mi cuerpo con su brazo y me guio a su coche.

- Una pregunta, que hacías tú por aquí?- le pregunte.

- De vez en cuando no viene mal un poco de fiesta, me estaba yendo, ya que Nico e Iñigo ya se habían ido cuando te vi- me contó, su voz sonaba seria- por cierto bailas muy bien- una sonrisa se formó en su cara y me dio una rápida mirada.

- Me has estado mirando esta noche?, que vergüenza- me tape la cara con las manos. 

El soltó una ligera carcajada. Poco después llegamos a mi casa, le di un beso en la mejilla y me bajé. Eran las seis de la mañana, subía las escaleras, seguro que María estaría despierta, ya que suele hacer el desayuno de mi padre todas las mañanas para que vaya a trabajar con el estómago lleno.

- Hola nena, qué tal la fiesta? Tienes hambre como sé que no volviste te he preparado desayuno- me dio un beso y me cogió el bolso guiándome a la cocina.

- Buenos días Maria, no era necesario.El desayuno fue espectacular y después de comer me fui a dormir porque entre las emociones y el cansancio no sé cómo podía estar despierta

- Tetaaaaaa! Que son las tres de la tarde, despierta!- me grito Darío en el oído.

- Calla, no grites- vale el dolor de cabeza lo tengo ahora, y este mongolo gritándome.

- Va a comer y luego me llevas al partido, que me lo prometiste- mierda se me olvido.Poco después de adecentarme me vestí con un chándal porque tampoco me iba a una sesión de fotos y cogí las llaves del coche.

- Darío eras tú el de prisas y estoy yo antes que tú, va- le grite desde la puerta.

- Vas a ir así? Ponte guapa a ver si te cruzas con Unai y te ve con esas pintas, que quiero ser tío y así tardaré mucho.

- Darío como sigas por ese camino te voy a meter los guantes por el culo, va- este crío no le tiene respeto a nadie, lo deje cruzar y cuando estuvo cerca de mí le di una colleja.Llegamos a Lezema y me quede en las gradas con los padres de los otros niños.

- Oye, quieres una cerveza, ya que no queda de otra que estar aquí viendo el partido- me dijo una madre.

- No, gracias, estoy bien así- disimulé un poco porque la resaca me mataba.

- Ahhhh ya entiendo, también tengo aspirinas para la resaca, quieres?- me ofreció la pastilla.

- Eres un ángel- cogí la pastilla y me la tragué de una, de normal no lo haría, pero había mucha gente así que dudo que me secuestren.

- Soy Patricia, la mamá de Íker- no sé ni quien es Íker, pero bueno- y él es mi hijo menor Leo tiene tres años- hizo que el nene me saludara. El niño jugaba con una pelota y vino a mi pidiéndome jugar con él.

- Ven a jugar conmigo Ana, porfaaaaa- me insistió el niño.

- Ven, vamos a jugar- me puse a jugar con el niño.

Narra Unai

Entramos en Lezema a ver al equipo juvenil, también quería ver si estaba Ana.

Al entrar me encontré con los chicos jugando muy bien contra el equipo rival, en las gradas había algunos padres charlando y abajo estaba Ana junto a un niño pequeño jugando. Estaba monísima, tenía una sonrisa en la cara mientras jugaba y reía. 

Entre cuerdas y balones- Unai SimónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora