˜"*°•.˜"*°• Bebé a bordo en Bonten - SanRan •°*"˜.•°*"˜

5.- Dudas/Miedos

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Miedo.

Desde la ecografía, Ran había desarrollado un temor demasiado grande. No solo a perder al bebé, sino a volver a las mismas con Sanzu. Era un Omega inservible que no podía cuidar a su cachorrito. 

¿Quién querría un Omega así?

Todo se volvía demasiado problemático para Ran. Cada vez que se pesaba y ver que no había subido de peso era un martirio. Dolía sentir la mirada triste del pelirosa en su espalda. No estaba haciendo nada bien.

Buscó ayuda. 

Le dieron una dieta, la cual él seguía con mucho cuidado, tomando las precauciones necesarias, comiendo como debía, dejando de lado los dulces, entre otros tipos de comida. A veces salía a caminar, solo, quería despejar su mente. Hizo todo lo posible para poder aumentar aunque sea un poco para ayudar a su embarazo, a que su bebé estuviera bien. 

Lo logró, pero seguía teniendo miedo.

Tenía 22 semanas de embarazo, 5 meses para los que no entendían de eso. Ya había subido a buen peso, la ginecóloga le dijo que ese estaba bien puesto que él era de contextura delgada, por lo tanto ese peso estaba bien, quizás subir un poco más, pero estaba bien.

Eso alegro a Sanzu y a Ran demasiado.

Aunque no todo era de color rosa.

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El miedo seguía presente y había traído más miedos consigo.

Durante toda su vida ser delgado había atraído miradas, debido a que poseía una buena figura, como la de un modelo. Eso era hermoso para todos y él pensaba que para Sanzu también sería atractivo, por eso se mantenía en esa figura, aunque de todas maneras comía demasiado. Ahora mismo, eso que tanto amaba, se volvió su peor enemigo. 

Antes se hubiera alegrado de bajar de peso, ahora mismo era una pesadilla cuando lo hacía. 

Le daban ataques de pánico por la ansiedad.

El Alfa pelirosa era quien ayudaba a que esos problemas cesaran. Desde soltar feromonas para que no fuera a la nevera para atragantarse en comida o para que dejará de llorar. No se consideraba bueno consolando, pero prometió cuidar a Ran, aunque este mismo no permitiera la ayuda de nadie, Haruchiyo había logrado que aceptará la suya.

A duras penas, puesto que el bicolor le daban sus ataques cuando sabía que iría con Mikey.

Llegaban incluso a discutir demasiado.

.- ¡Lárgate con Mikey si tanto lo deseas!-. De nuevo estaban discutiendo.

.- ¡Solo voy a ir a una maldita reunión, Kakuchou también estará!-. Devolvió el grito ya cansado de lo mismo.

.- ¡Pero Kakuchou no está enamorado de Mikey!-. Apretó entre sus manos la taza donde la había servido chocolate caliente.- ¡En cambio tu si!

.- ¡¿Eso que tiene que ver, Haitani?!-. Se acercó hasta donde estaba él mirándolo fijamente.- ¡Me estoy hartando de tus estupideces! ¡Pareces un niño de 5 años en vez de alguien de 28 años! ¡Si tanto quieres que me largue con Mikey, me largo con Mikey! ¡Pero volveré porque está es MI maldita casa!-. Fue hasta donde estaba su abrigo para ponérselo.- ¡Déjame en paz! ¡Estoy cansado de todo esto!-. Salió por la puerta azotando la misma con fuerza para irse.

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Volvió al anochecer.

En el camino estuvo meditando sus palabras de la tarde, en verdad se había pasado demasiado, había sido duro con el Omega.