Capítulo 1. Unas Tortas.

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Un país con cabellera castaña recargó su cabeza en la ventana del auto, soltó un suspiro mientras cerraba los ojos dejándose llevar por la música que sus entidades ponían.

- Buscando una salida, buscando un desahogo, fue cuando encontré lo que hoy en día es mi logro - se escuchaba la voz de dos personas distintas cantar.

La copiloto se inclinó en su asiento para subir el volumen de aquella música, causando que el conductor diera un pequeño grito de satisfacción por aquello, no era complicado saber que ellos dos compartían los mismos gustos musicales.

- Eh apá - una voz femenina causó que México abriera los ojos y girara su cabeza - ¿Se siente bien?.

- Sí - se enderezó en su asiento y acomodó su cabello - ¿Por qué la pregunta?.

- Es solo que lo noto medio agüitado - inclinó la cabeza hacia un lado y puso una de sus manos en el hombro del castaño.

- No no - negó con la cabeza, causando que su cabello rizado rebotara un poco - Nada más que tuve mucho trabajo ayer, no dormí lo suficiente.

- Oh pues, se hubiera quedado en el hotel a descansar....

- No, ONU me regañaría por faltar, además - sonrió y miró a la chica - Las juntas no suelen durar mucho.

- Por ti, daría lo que fuera por ti, no quiero estar más lejos de ti, mi vida no es vida sin ti - aquellas dos voces volvieron a hacerse presente, interrumpiendo así la platica.

México soltó una suave risa al ver cómo Ciudad de México y Nuevo León  se unían para cantar, y aunque a él no le agradaran tanto esas canciones no podía negar que eran buenas, le gustaban más las cumbias y rancheras, pero de vez en cuando escuchaba la misma música que sus estados, ya tenía un par de ellas agregadas en su playlist.

- Jefe - llamó Ciudad de México - ¿No tiene hambre? - pregunto mientras bajaba la música y miraba por la ventana a su lado.

- Realmente tengo un poco de hambre - rió algo avergonzado - ¿Y ustedes?.

- Por supuesto - respondieron los tres a la vez.

- ¿Pero no llegaremos tarde? - preguntó con voz suave y baja un chico de tez morena - La junta empieza en una hora - hablaba de una manera algo lenta.

- Nembe' pa - habló Nuevo León mientras daba un rápido vistazo a través del retrovisor - Aún hay tiempo, podemos comer algo.

- Allá había un puesto de tortas - señaló un lugar.

- ¿Enserio? - la otra chica habló.

- Deveritas, deveritas - miró hacia los asientos detrás de ella - ¿Vamos?.

- Jalo - Nuevo León sonrió mientras estacionaba el auto - Namás' que estén buenas - tomó las llaves para guardarlas en su saco - Y también las tortas.

Tanto Nuevo León, como Ciudad de México dejaron salir un leve "aaahhh" para después reír al igual que los demás, México se inclinó un poco y antes de salir le dio un golpe en la nuca al chico.

- Chamaco pendejo - comenzó a bajar del auto.

Todos bajaron y cerraron las puertas, México siseo un poco al sentir el frío del viento golpear su rostro, subió su bufanda azul para cubrirse mejor, el resonar de los tacones a su lado lo hizo levantar una ceja de la confusión.

En Guerra de Dioses [México x Todos contryhumans] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora