Actualidad...
En cuanto los mexicanos llegaron a su hogar, rápidamente se dispersaron por toda la gran casa, cada uno yendo a su respectiva habitación.Ciudad de México caminó a la sala y se dejó caer en uno de los grandes sillones, arrastrando un gran suspiro con ella. México dejó su maleta a un lado suyo y la volteó a ver, durante todo el viaje de regreso la chica había estado demasiado diferente, más que la vez que despertó.
- ¿Ocurre algo? - preguntó mientras se sentaba frente a ella.
La rubia lo miro, abrió la boca para hablar, quería decirle, gritarle todo lo que estaba pasando, pero no podía, no quería lastimarlo, no más de lo que ya lo había hecho.
- No ocurre nada.
- Vamos, haz estado actuando muy rara desde que salimos del edificio de la ONU - se puso de pie y caminó hasta estar a un lado de la chica, se sentó a su lado y la abrazo por los hombros - Sabes que puedes decirme, puedo ayudarte en tu inquietud.
El cuerpo de la rubia se tensó, esta rápidamente se levantó e hizo a un lado al moreno, nerviosa caminó con rapidez hacia las escaleras para ir a su habitación.
- Ciudad de México... - intentó llamarla.
- Te dije que no pasa nada - fue lo único que dijo antes de desaparecer de la visto del moreno.
México no entendía nada, por más que Ciudad de México estuviera enojada con él, nunca lo alejaba cuando la abrazaba, los abrazos del moreno siempre la reconfortaban, es más, traían paz a cualquiera que estuviera abrazando.
.....
Ciudad de México se encerró en su habitación, con la respiración acelerada y sudor en la frente, caminó con rapidez a uno de los muebles de madera, abrió un cajón y removió la ropa para sacar una cajetilla de cigarros nueva, buscó un encendedor con rapidez y al poco tiempo llevó uno de los cigarros a su boca, inhalo y exhalo el humo.
Sus manos temblaban, por su frente caían pequeñas gotas de sudor, las cuales limpiaba con sus manos temblorosas. Un fuerte golpe resonó en el baño de la rubia, desconcertada, Ciudad de México se puso de pie y caminó hasta el baño, con cuidado tomo el pomo de la puerta, y cuando volvió a escuchar aquel sonido, la abrió con rapidez.
.....
Una chica pelirroja y de baja estatura, tarareaba una lenta canción mientras ordenaba su habitación, siempre le gustaba mantener todo limpio, fue ella quien mantuvo limpia las habitaciones de su familia en lo que ellos estaban fuera.
- Mmm, listo - comentó mientras limpiaba el sudor de su frente, sonrió y llevo las manos a su cadera.
Mientras tomaba los objetos de limpieza que había utilizado, un fuerte sonido proveniente de la habitación de arriba la asustó.
Confundida y asustada, decidió dejar las cosas en el suelo y subir a revisar aquel extraño ruido, limpio sus manos en el mandil que vestía y con paso apresurado subió hacia el tercer piso para saber lo que ocasionó aquello.
Sin mucho tiempo termino llegando a la habitación de su hermana, Ciudad de México, no espero mucho y volvió a tocar la puerta, esperaba que la chica le abriera, o que le gritara desde adentro como siempre hacia, pero ninguna de las dos cosas pasó, lo cual la preocupo, insistió nuevamente, pero al obtener la misma respuesta, comenzó a forcejear con la puerta para poder entrar.
- ¡Ciudad de México, sé que estás ahí!, ¡ábreme! - le ordenó la pelirroja ya algo molesta por la lucha que tenía con la puerta.
Al escuchar pasos acercarse a la puerta, alejo sus manos de la perilla, la puerta se abrió y la chica se asomó esperando ver a su hermana del otro lado, pero no había nadie, miró confundida la habitación vacía, su vista cayó en la puerta del baño, estaba cerrada, cuando estaba por entrar al lugar por su propia cuenta, alguien más parecía querer hacerlo por ella, y así la pequeña pelirroja fue empujada hacia adentro, la chica dejo salir un grito ante la acción repentina, siendo este más fuerte cuando la puerta fue cerrada con fuerza.
- ¿Oaxaca?.
La nombrada giro la cabeza para ver quién la había llamado, Ciudad de México pudo ver los grandes ojos llorosos de su hermana, y como mordía su labio con fuerza para no llorar.
Oaxaca.
Tiene una altura de 1.58
Sus ojos son café claro, son grandes y con enormes pestañas.
Su cabello es rojo, largo y lascio.
Su color de piel es morena.
Tiene un lunar en cada lado de las comisuras de sus labios.
Al ser la más pequeña es de la que cuidan más, pero ella también lo usa a su favor, obligando a sus hermanos a limpiar superficies que ella no alcanza.
Su cabello siempre está trenzado.
Le gusta usar vestidos coloridos.
Además de limpiar, también adora hacer la comida y la artesanía.
Le gustan los animales pero no tiene mascotas.- ¡Ciudad de México! - exclamó de felicidad y corrió hacia ella.
- ¿Qué... haces aquí? - le preguntó cuando la más pequeña la abrazó.
- Escuche un fuerte ruido y yo...
Otro fuerte ruido sonó, Oaxaca abrió los ojos, viendo que el sonido salía del baño, confundida quiso acercarse para ver lo que era, pero su hermana no la soltaba, frunció el ceño y levantó la mirada para ver a la chica.
Oaxaca quiso retroceder, Ciudad de México la miraba con una espantosa sonrisa, su boca estaba tan extrañamente abierta, parecía que se extendía de un extremo de su rostro a otro, y sus dientes, sus dientes eran grandes y afilados, las pupilas de sus ojos se había vuelto negras.
- Hermana, ¿qué ocurre? - habló asustada.
Oaxaca pudo ver como Ciudad de México se comenzaba a transformar, y su agarre comenzaba a hacerse más fuerte en ella, aquella rubia comenzó a transformarse en una criatura alta y asquerosa, su cabeza se estiraba y sus dientes se alargaban como si intentaran alcanzar a la chica, cuando Oaxaca vio esto, rápidamente comenzó a gritar aunque sabía que era inútil, pues la casa familiar se encontraba fuera de la ciudad, más que nada por seguridad, y además, el resto de la familia había salido, algunos de compras, y otros fueron a sus estados para ver cómo iba todo.
- ¡No! - le gritó a la criatura cuando esta se acercó más a ella - ¡Déjame maldita bestia! - luchaba para liberarse, pero no podía, y mucho menos cuando las afiladas uñas de la criatura atravesaron sus brazos - ¡AAH!, ¡AYUDA! - gritó mientras lagrimas caían por sus ojos.
La criatura se acercó más a ella, Oaxaca giro la cabeza para alejarlo, y solo cerró los ojos cuando sintió algo recorrer su rostro, aquella cosa pasaba su larga y asquerosa lengua por la mejilla de la chica cubriendo la toda de un líquido negro y espeso, el fuerte olor casi hizo a la pelirroja vomitar, nunca había olido eso antes, y le parecía sumamente desagradable.
La criatura se aseguro de cubrirle todo el rostro antes de soltarla, dejándola caer al suelo, Oaxaca lo miró desde abajo, como la criatura se preparaba para darle el golpe final, cerró los ojos y acepto su destino, pero antes de que la criatura se le lanzará encima, una lanza le atravesó la cabeza, dejándola muerta y colgada en aquella pared marrón.
- ¡Oaxaca! - Ciudad de México salió corriendo del baño para auxiliar a su hermana.
-... ¿Si eres tu? - preguntó la chica cuando tuvo a la rubia cerca.
La vista borrosa de la pelirroja se desvío hasta la figura que paso detrás de Ciudad de México, era la figura de un hombre alto y fornido, lo cual la confundía más, pero no tenía tiempo para pensar en una respuesta a eso, pues ya había caído inconsciente.
- Limpiale eso del rostro antes de que entre en su sistema - habló el hombre mientras quitaba la lanza de la criatura.
Imperio Maya apareció a un lado de la rubia, entregándole un trapo húmedo con el cual limpiara a su hermana, la rubia le agradeció y levantó a la pelirroja para acostarla en su cama.
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En Guerra de Dioses [México x Todos contryhumans]
De TodoLos dioses están furiosos con el pueblo mexicano por ya no adorarlos como antes, su enojo creció más al enterarse de que habían sido cambiados por otros de origen español, así que están dispuestos a someterlos de nuevo ante ellos sin importar lo que...