capítulo 63 parte 2

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Naofumi realmente no podía creerlo, un monstruo no-muerto con el poder para deshacerse de algo como lo fue aquella máquina, era amigable… las palabras que le había dicho Subaru eran imposibles de creer, pero la reacción de los demás parecía dejárselo en claro.

Ninguno mostraba miedo ante la presencia del no-muerto.

Por lo que, a pesar de desconfiar de lo que veía, el héroe del escudo se relajó, preguntándose en su mente en que se había metido, se estaba arrepintiendo de hacer aceptado estar con este grupo, pero sentía que no podía hacer nada, por lo que volvió a sentarse alrededor de la mesa.

Ambos listos, sentados uno frente a otro, Ainz realizo un movimiento con su mano en dirección a la puerta, y algo como un velo transparente se ondulo hasta desaparecer.

No sabían que era exactamente lo que había hecho, pero solo fue un hechizo básico para evitar espionaje.

Ambos pensaban en lo que podría hacer el otro, necesitaban hablar, y Naofumi fue el primero.

-quiero dejar en claro, solo acepte estar aquí porque quiero encontrar a mis compañeras, nada más. Acompañarlos he ir en una gran aventura para recorrer el mundo y descubrir lo que está pasando no es de mi agrado, prefiero evitarlo.

-es entendible, nosotros también tenemos nuestros objetivos en este lugar, pero creo que es mejor hablar un poco sobre lo que ocurrió antes de aparecer en este mundo… ¿no lo crees?

Naofumi no entendía, pero al ver como esos puntos rojizos rodeados de la oscuridad de sus cuentas, daban un brillo con intensidad, se sintió aprisionado, y con una exhalación cansada, hablo…

Comenzó a hablar de lo ocurrido, no solo cuando llego a este mundo, sino al también al anterior, que había sido invocado para ser un héroe, pero las cosas no habían salido bien, había sido tratado como un criminal y se vio objetivo de muchas cosas a causa de un rey idiota y una hija desgraciada, aunque no quería hablar de eso.

Mientras que Ainz se preguntaba sobre esa “invocación” a otro mundo, ¿Cómo había pasado? Y como podría relacionarse con la situación que estaban viviendo actualmente, pero también… -“no es de mi mundo” –pensó, confirmando así que de momento no parecía haber nadie que proviniese de aquel mundo podrido y contaminado.

“esto es demasiado raro…”

Ninguna pregunta parecía tener respuesta…
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Las dos princesas de Levia caminaban por los pasillos del palacio, no habían recibido noticias de su madre, y los guardias solo decían que se encontraba en la oficina, no entendían porque, a pesar de que se había logrado superar la situación de lo que surgió de las aguas, aún quedaba bastante por hacer… o de comenzar, sabiendo que ella debía actuar pronto, y más aun con los mensajes de los nobles.

Caminaron hasta llegar a la oficina, pero al tocar no recibieron respuesta.

-disculpe la intromisión. –dijo la segunda princesa al abrir la puerta.

Ambas entraron a la habitación, viendo a su madre dormida sobre la silla frente al escritorio y una copa vacía sobre él. Las princesas se vieron mutuamente antes de devolver la vista a su madre.

-¿estás aquí? –pregunto una de ellas.

-nunca me alejo de su majestad. –respondió una voz femenina, perteneciente a la figura oscura que la custodiaba.

-¿Qué fue lo que paso? –pregunto la princesa Chloe.

-su majestad tuvo una charla con el hechicero, las cosas salieron bien, pero fue un shock para ella.

Las dos tenían sus dudas al respecto, ¿Qué había pasado con el hechicero? ¿Qué es lo que le había hecho? Y la menor lo pregunto.

-su majestad vio su naturaleza, lo que hay detrás de esa mascara.

Ninguna de las dos lo entendía, que había visto.

-ese hechicero… el Sr. Gown, es un abismo oscuro…

La segunda princesa sintió como si el frio recorriera su espalda, sentía como si la culpa de algo que quizás había cometido la azotara, pero necesitaba saber si habría esperanza, quiso acercarse a despertar a su madre, pero la guardia la detuvo.
-dijo que quería descansar, además… sabe cómo se pone cuando toma demás…

-creo que lo mejor será dejarla descansar…

-opino lo mismo hermana…

Y ambas salieron de la oficina, dejando a su madre sobre aquella silla. Preguntándose, que era exactamente el hechicero.
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La habitación de la fortaleza torre se impregno de un dulce aroma que salía de las tazas de té, dos mujeres las tomaban, una súcubo de vestido blanco puro, y una sirvienta azul.

Ambas disfrutaban de una amigable charla entre ellas, habiéndose formado una buena amistad, mientras que en un sofá purpura, se encontraba la guardiana del sexto piso, degustando unos dulces mientras las observaba.

“se hicieron cercanas muy rápido” –aun le asombraba que la coordinadora lograra abrirse de esa forma con alguien que no perteneciera a Nazarick, pensaba de que todos en la tumba, ella seria de las que podrían tardar más en “amistarse” con gente del exterior, pero resulto que se había equivocado.

En su rostro, había cierta soledad, pensaba en la guardiana del primer a tercer piso, aquella vampira a la que llegaba a ver como a una hermana.

Se molestaban, burlaban, pero ahora, que ella no se encontraba ahí, la extrañaba, aun sabiendo que estaba en una misión importante al lado de Demiurge, pero se preocupaba, aun recordaba su falla al haber caído bajo la magia de control mental, y estaba segura de que la vampira también lo recordaba, cada día…

La imaginaba remordiéndose por ello, y si bien lo entendía, la lastimaba imaginarla así, rezaba a su creadora bukubukuchagama, como al hermano de esta por el bien de Shalltear.

“que este bien…”

ISEKAI QUARTET: UN NUEVO MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora