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— ¿cómo estai? —me pregunta después de darme un beso en la mejilla —. Hace caleta no nos veíamos.

— bien y ¿tu? Desde lo de la vero, ¿no?

— que wena, bien también y si más o menos —se rasca la nuca —. Después no volviste al liceo, así que no nos volvimos a ver, ¿te cambiaste de liceo?

— si, me fui a dónde el Lucas, en santo domingo, pero ingresé hace poco y ¿tú?

— sigo en el mismo, casi todo sigue igual solo que ya no están ustedes, aunque el grupo sigue igual.

— ¿en serio? —pregunto sorprendida y el asiente.

Desde que me salí de ese liceo no volví a hablar con los que antes eran mis amigos, excepto el Lucas quien nunca estuvo en ese liceo.

— bueno te dejo tranquila —rie algo nervioso —. Me darías tu ig, claro si quieres nomás.

— dame tu celular.

El me lo pasa, yo busco mi cuenta y comienzo a seguirme.

— toma, estamos en contacto —le doy un beso en la mejilla como despedida.

Baje las escaleras y fui donde las chiquillas otra vez.

— toma —me pasa la matu un vaso con un trago morado.

— ¿que es? —pregunto y bebo un poco.

Estaba dulce y sabía a mora.

— un trago que hizo el Nacho, solo se que tiene mora y arándanos —rie cura.

(...)

Desperté al sentir toda la luz del sol en mi cara.

Conchetumare.

¡¿Quien xuxa no cerró las cortinas anoche?!

Me queje y me di vuelta. No quería pararme, tenía demasiado sueño.

Lamentablemente llegó un punto en que ya no aguante más y me levanté de la cama para cerrar las cortinas bien.

Mire hacía la cama y la matu con la cami estaban raja, les pasaba un camión por encima y ella ni se darían cuenta.

Suspiré, salí de la pieza y baje a la cocina, saque un vaso y me servi jugo de sandía sin azúcar.

Creo que ya se nota un poco que amo la sandía.

Lo tome y me senté en un sillón mientras tomaba mi celular.

¡¿ERAN LAS 9 DE LA MAÑANA?!

Weon solo dormí 4 horas por la xuxa.

— puta vida —susurro y me meto a ig.

Mire las notificación y me metí a todos los perfiles que me habían empezado a seguir ayer.

Uno era el Nacho el cual reconocí por sus publicaciones ya que tenía la cuenta pública, lo confirme y empecé a seguir de vuelta.

Hice lo mismo con el Cristóbal, los demás los dejé en la bandeja porque no los cachaba nada

El Cristóbal era un mino de esos que weon tiene cientos de pretendientes pero no pesca a ni una si le gusta alguien.

El era un mino alto, pelirrojo, de ojos verdes, pecoso, lindos labios aún que algo delgados, tenía una personalidad algo tímida pero era simpático.

Cuando lo conocí a los 14 me empezó a gustar y yo lo oculte por meses pero después me di cuenta que la Verónica tenía mucha onda con el y al final terminaron pololeando, hasta que ella se fue.

Y mis sentimientos al final nunca fueron revelados al mundo, dónde lo único que hay son corazones rotos y desgracias.

Ahh la weona poética.

Dejé el vaso vacío en la mesa de centro y me acomode en el sillon con mi celular pero sin poder evitarlo me quedé Z otra vez.

Abrí los ojos al sentir que alguien me tocó el brazo.

— Antito despierta —dice el David.

— ¿Que hora es? —le preguntó estirandome.

— las 10:45 —responde alguien a mis espaldas.

Me doy vuelta y el Nacho me da una sonrisa, sin evitarlo lo miro bien y veo que solo tiene un shorts puesto.

— buenos días bella durmiente ¿está bonita la vista?

— muy gracioso —me levanto mientras tomo el vaso y mi celular —. ¿Las chiquillas no se han levantado?

— duermen a pata suelta esas dos —dice el Lucas bajando las escaleras —. Bonita pijama —dice burlón.

Yo solo le subí el dedo de en medio con una sonrisa sarcástica, que no se meta con mi pijama de Winnie Pooh o le pegó un wate.

Voy a la cocina y desde la puerta veo que un cojín golpea la cara del Nacho y sin evitarlo me ríe en silencio.

— es mi niña cuidado —escucho que le dice el David en susurro.

Negué con la cabeza y mire mi celular el cual estaba vibrando.

Manunu

- peque te iré a buscar ahora porque vamos a salir nosotros dos.

Ya?

Ya-

Lei el mensaje y solo le puse un sticker de un gatito serio que tenía la mano con el pulgar arriba.

Subí las escaleras ignorando a los chiquillos que se estaban tirando cojines menos el Lucas y el Javier a quien no había visto pero ahora estaba sentado en el piso viendo con sueño al David y al Nacho.

Iba a entrar a la pieza pero ví al Luciano saliendo de la pieza cagao de sueño.

— buenos días anto —me saluda dándome un beso en la cabeza y después bosteza.

— buenos días lucho, los chiquillos están abajo porsia —el asiente y baja.

Yo entro a la pieza y las chiquillas seguían durmiendo, me cambié la ropa en el baño y cache que el top estaba mojado con trago.

Puta la wea.

Me puse el sostén y el poleron cerrado encima, me hice un tomate y mi flequillo ya largo cayó por los lados de mi rostro, ya me llegaba a la mandíbula y se veía bonito.

El maquillaje seguía intacto así que me lo quitaré en mi casa.

Guarde todo en mi mochila y me acerque a la cami.

— Camila... Cami —la muevo y ella abre un ojo y me mira —. Me voy.

— ¿ahora? —asiento y ella bosteza —. Te quiero amiga y gracias por ayudarme —me tira un beso y yo río.

— chau.

Cerré la puerta y baje, los chiquillos ya estaban más tranquilos pero por alguna razón ahora estaban todos sin polera.

¿Que wea?

— yo... —todos me miran —. Me voy, cuidense cabros.

Justo se escucha la bocina, ellos se despiden con la mano antes de que salga.

Me subí en el asiento de copiloto y saludé al Manuel de beso en la mejilla.

— parece que estuvo weno el carrete —dice viéndome con una sonrisa.

— espectacular, ¿a dónde vamos?

— primero a la casa para que te bañes y después iremos a comer a santo domingo y vamos a la playa a pasar la tarde.

weona, te quiero caletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora