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[Este capítulo será narrado solo por el Nacho]
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Narra Ignacio.

Estacione la moto afuera, puse el seguro y entre a la casa, había llegado tarde ya que no estaba en San Antonio.

Tenía puesto una polera negra de manga corta y suelta de acdc, unos pantalones negros también sueltos y zapatillas blancas.

Camine a la cocina y sonreí al ver al Nico.

— al fin llegai culiao, creí que ya no venías —lloriquea.

— culiao llorón —lo abrazo —. Feliz cumpleaños.

— gracias hermano ¿te hago un trago? —me pregunta y yo niego.

— vengo solo a saludarte, me voy pa la casa ahora, mi camita me llama —sonrio.

— weon flojo —me pega en el brazo —. Al menos anda a saludar a tu mina, la vi subiendo recién.

— ojalá fuera mi mina hermano, chao, pásala la raja —digo antes de subir al 2do piso.

Camino por el pasillo y una mina choca conmigo, la miro bien y era la anto, frunzo en ceño y miro por dónde salió.

— ¿ya la cagaste? —le pregunto al Cristóbal cuando lo veo salir nervioso detrás de otra mina quien se va altiro.

— ¿y vo que haci aqui?

Se hace el choro y ni le sale, que risa.

— debería yo preguntarte eso, vo no eri amigo del Nico, de hecho le caí como el hoyo ¿Por qué será? —sonrio sarcástico.

— por qué no mejor te callai —dice y empieza a bajar las escaleras.

— YA LA PERDISTE CULIAO AHORA DEJALA TRANQUILA —le grito.

Veo como la busca y al no encontrarla se devuelve donde estoy.

Yo me recargo en la pared y meto mis manos en los bolsillos del pantalón.

— tu deberías dejarla tranquila, ella es mía.

Sin evitarlo me comienzo a reír.

— si desde que empezaron a salir ella siente que está mal y es porque no siente nada por ti, así que toma tus weas y alejate de ella o te alejo yo, si fuera hago caso a la primera.

Me voy empujando su hombro y salgo de la casa rápidamente, me subo a la moto y empiezo a buscarla por las calles hasta que la veo sentada en el paradero viendo su celular.

Me bajo de la moto y voy hacia ella, estaba tan concentrada que ni se fijó que estaba al frente de ella así que le quite el celular rápido.

— ¿que xuxa?

Vi como subió la mirada Asustada pero al verme se calmo.

— ¿no deberías estar en el carrete? —pregunto serio.

— me aburrí y me fui —me miente y sonrie un poco.

— ¿te aburriste? —levanto la ceja y me ríe —. A mí no me mientas antito, ví lo que paso.

— ¿Que?... Ah... —baja la mirada.

— ¿te gustaba? —le pregunto y ella niega —. ¿Entonces por qué seguías ahí? —se encoje de hombros.

¿Por qué no habla?

— te llevo a tu casa, vamos —digo y empiezo a caminar hacia la moto.

— ¿es nueva? —pregunta detrás de mi y asiento —. ¿No que eres menor de edad? —yo río.

— de hecho tengo 18, repetí un año —le guiño el ojo y ella me ve indignada.

— yo no sabía eso —se cruza los brazos.

Me recargo en la moto y no se porque pero la atraje hacia mi poniendo mis manos en su cintura.

— repetí kinder, casi nadie sabe, solo creen que entre al colegio después —sonrio y noto que sus mejillas están un poco sonrojadas por nuestra cercanía.

— ¿te pueden hacer repetir kinder? —hace un puchero inconscientemente al ponerse a pensar.

Las ganas de besarla aumentan cada vez más, pero debo controlarme.

— en algunos establecimientos si, lo muy fue por demasiadas faltas —digo sin dejar de mirar sus labios.

— ah —dice casi en susurro —. Deja de pensar y actúa —susurra.

— ¿que? —digo con voz ronca, subo la mirada y ella rueda los ojos.

Sube sus manos a mi nuca y me atrae hacia ella hasta que nuestros labios rozan entre si.

— que dejes de pensar y actúa nomás —susurra y yo sonrió antes unir nuestros labios.

Era un beso lento y exquisito, sus labios eran una delicia, definitivamente me volveré adicto, ya soy adicto a ella.

Debido a la falta de aire nos tuvimos que separar, mire sus labios y estaban un poco más hinchados y rojos.

— te llevaré a casa —le digo subiendo la mirada a sus preciosos ojos.

— no quiero, voy a estar sola —hace puchero.

En algun momento voy a morir gracias a esos pucheros que hace sin querer.

— ¿y si me quedo contigo?

— ¿lo harías? —sus ojitos me miran brillantes.

— por ti si, vamos.

La ayudo a subir a la moto para después yo hacerlo, hice que se sentará adelante para que ella fuera más cómoda, además al ser pequeña de estatura no me molesta.

Enciendo la moto y parto.

Cada vez que paro en algún semáforo la miro de reojo y veo sus ojos brillantes mirando las calles.

Es tan hermosa...

weona, te quiero caletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora