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Ya habían pasado dos semana desde que salí con el Cristóbal, aún seguimos hablando y de hecho salimos casi todos los días.

Han cambiado algunas cosas para mejor, ahora con el Nacho hablamos más al igual que con el Javi, ya que antes apenas cruzamos saludos por obvias razones.

Ahora estaba en mi pieza escuchando música con casi todos los chiquillos menos el Luciano y el David que habían ido a "comprar" unas weas pero todos sabemos que se fueron a comer a una plaza o algo así.

Yo estaba en la cama acostada con la cabeza en las piernas del Nacho quien me intentaba hacer una trenza mientras yo leía todo lo que nunca fuimos y sinceramente no me estaba gustando mucho, lo más seguro es que no lo termine.

Only You de movimiento original sonaba por toda mi pieza, estábamos solos en mi casa así que no había problema en tener la música a todo volumen.

— por tu cara siento que no te está gustando para nada el libro —me dice el Nacho y yo lo miro por encima del libro.

— es una historia muy complicada —hago una mueca.

Cierro el libro y lo dejo a un lado antes de acomodarme y sentarme en la cama mientras desarmo la trenza del Nacho, volteo a verlo y me mira ofendido.

— mi obra de arte —se queja y yo río.

— me incómoda, sorry.

La matu estaba durmiendo en el piso junto al Javi, ambos estaban abrazados.

Metas, ahh.

La cami y el Lucas estaban jugando al que pestañea pierde y están demasiado cerca.

— siento una tensión sexual aquí —me susurra el Nacho y yo asiento dándole la razón.

— ¿vamos para abajo? —susurro.

— ¿que me quieres hacer cochina? —susurra.

— nada, a no ser que tu quieras —le guiño el ojo y salgo de la pieza.

— espérame antito —dice y me sigue rápido.

Bajamos a la cocina, el se sienta y solo me observa como camino de un lado hacia otro buscando que comer.

Encontramos unas papitas de crema y cebolla, las saque y abrí para servir en un plato.

No es por nada pero este es el mejor sabor de papitas.

— ¿quieres? —le ofrezco al Nacho y el niega.

— no gracias, son más malas estás —lo miro raro y el me sonríe de lado.

— es el mejor sabor, que te pasa? —digo sería.

— el mejor sabor son las de jamón serrano y el que lo niegue es weon.

— vo eri weon, estas son las mejores.

— vo eri weona, son terribles malas.

Yo lo miro amenazante mientras el me mira burlón.

— chupala mejor —digo y salgo.

— si es a ti por supuesto —susurra y yo me regreso rápido al escucharlo.

— que?

— que de que? —pregunta sin dejar su expresión burlona.

— que dijiste? —le preguntó sería.

— yo no he hablado, que escuchaste?

Weon, yo lo escuché porque se hace el weon.

— ya filo —digo y salgo de ahí con mi platito con papas.

Me siento en el sillón y prendo la tele poniendo una serie policial, nose porque pero me gusta ver los casos además enganchan rápido.

El Nacho se sentó a mi lado con una lata de monster de mango.

— quieres? —me ofrece.

— tiene tu baba, no gracias.

— y eso que? —yo solo lo miro con asquito y el rueda los ojos antes de levantarse y volver a la cocina.

No me gusta compartir cosas de ese tipo, no se, simplemente me da cosita.

A los segundos vuelve y veo que trae una bombilla, la pone en la lata y me ofrece.

— ahora sí, quieres? —yo sonrió, tomo la lata y bebo un poco por la bombilla.

Wea rica.

Se la devuelvo susurrando un gracias y veo que el para tomar saca la bombilla a lo que sonrió.

Compartimos la lata y al final igual termina comiendo papas porque según el, el hambre se mata igual.

Estábamos metidos en la serie cuando notamos que la matu y el Javi bajan dónde nosotros.

— y ustedes? —les preguntó.

— preferimos dejar a los otros dos solos.

— en cualquier momento se comen brígido esos weones —dice el Javi y se sientan ambos en un sillón abrazándose.

Yo niego y suspiro.

Desde el carrete la tensión entre esos dos subió caleta y ahora todos lo notan pero ninguno da el paso, se quedan en el "somos solo amigos".

Ojalá entren en razón y se casen conchetumare, na bromis, pero la idea es que se pongan las pilas.

— Anto —miro a la matu —. ¿Que onda con el Cristóbal? —pregunta de repente y siento la mirada del Nacho en mi.

—¿Por?

— bueno... Pasan igual caleta de tiempo juntos, ¿hay algo ahí? —sube y baja las cejas y siento mi cara un poco roja.

¿Hay algo ahí? La verdad las cosas entre nosotros han cambiado un poco pero no puedo decir confirmar nada aún, tal vez si hay algo ahí o tal vez no, aún no se sabe.

— solo somos amigos, nada más —digo y juego un poco con mi pelo mientras corro la mirada a la tele.

La puerta se abre y todos miramos hacia ella, entra el David con unas bolsas y atrás de el Luciano con una bolsa grande de Doritos en la mano, note que en su cuello tenía unos chupetones no han visibles pero igual se notaban bastante debido a su piel clara.

— la pasaron bien parece —dice el Nacho y yo me río.

— solo fuimos a comprar —dice el David nervioso y hasta el Luciano lo mira burlón.

Ay estos dos...

weona, te quiero caletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora