Georgine Tochter Eisenreich, ahora Aub Eisenreich, el segundo ducado gracias a su esfuerzo y trabajo. Jamás había estado tan orgullosa como cuando Zent le dijo que subía al segundo, desplazando a Klassenberg y Drewanchel. Ella había sonreído y dado las gracias a Zent.
Su ducado, Eisenreich subió lentamente posiciones. Desde el 14° dónde lo dejó su padre, hasta el segundo. El cambio fue gradual. Durante diez años le exigió a su ducado lo mejor de lo mejor, reeducando a sus nobles, educando a sus niños, promoviendo tendencias, consiguiendo aliados poderosos como Dunkelferger, el primero y Drewanchel, el tercero, así como otros ducados menores a quienes ayudó a escalar posiciones.
También cortó relaciones con otros como Ahrsenbach, el ducado amado por la odiosa de su madre a quien desterró a la torre blanca para que alimentara la tierra.
Zent intentó intervenir, pero cuando vio como algunos nobles de ese ducado junto a Verónica habían estado traficando un veneno exclusivo del ducado del mar, el cual se había usado para envenenar al Aub Eisenreich anterior, no volvió a interferir, bajando de posición al otro ducado hasta por debajo del diez.
Después de eliminar el veneno literal y metafórico que dañaba a Eisenreich, el ducado había mejorado. Se eliminaron las facciones y se promovió un Eisenreich unido.
Sí, tenía mucho trabajo pero no importaba. Cada día se acostaba felizmente agotada, tanto así que era muy raro que soñara, excepto por ese día.
Faltaba una semana para la competencia de Interducados y ella no había tenido mucho que hacer, lo cual era extraño en su horario. Decidió revisar los últimos preparativos antes de irse a sus aposentos.
Al momento de acostarse, una fuerte somnolencia la dominó, llevándola rápidamente al reino de Schlaftraum.
«"Mi querida niña, ¡estás aquí! Ven, sigue mi voz".
Georgine caminó por un sendero largo y empinado que llevaba hacia la cima de una alta montaña. El fuerte viento que corría en su dirección la hacía retroceder por momentos, no obstante, la necesidad de ir hacia la voz era más fuerte. Por eso luchó y continuó.
Caminó y caminó sin descanso.
La voz que le hablaba se hacía cada vez más fuerte y de pronto llegó a la cima.
Un hermoso cenador se encontraba ahí arriba. En él había una mesa y un servicio de té. En un principio pensó que estaba vacío, pero mientras se acercaba pudo ver dos figuras pequeñas.
Eran dos niños.
Reconoció a uno de ellos. Era el heredero de Zent, el príncipe Ferdinand. La otra era una niña que parecía una pequeña Mestionora.
La niña lloraba mientras el príncipe la miraba con una mezcla de dolor y desdén. Pensó en acercarse a la niña, quería ver si estaba bien o si podía ayudar, pero no alcanzó a dar ni un paso antes de que una fuerte aura la detuviera. Detrás de ella se encontraba un Dios o mejor dicho una diosa. Schutzaria, quien portaba su escudo de viento al lado de ella.
"Los Dioses sufren. El Jardín está condenado a desaparecer. Toda vida y toda construcción derramándose como arena blanca. Tú, ellos y nosotros. Todos condenados a desaparecer de este mundo... Ellos son nuestra única esperanza de sobrevivir, sin embargo, la perversión de la autoproclamada familia real los está destruyendo. Sus hilos se están corrompiendo".
"Mi diosa, ¿por qué me muestras esto?" preguntó Georgine sin comprender.
La diosa le miró. Una suave y triste sonrisa decoraba su afligido rostro.
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La flor y el demonio: Libro 1: La Flor del Desierto Blanco
FanfictionAU. Camille una joven princesa de Lanzanave es enviada a Jurguensmith al palacio de Adalziza. Debido a su gran cantidad de maná sería entregada al hijo de zent, Ferdinand, como concubina. Siendo todavía niños, Camille decide contarle al príncipe alg...