Capitulo 14: Lluvia de Fluthrane

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Después de conocer a toda la familia archiducal y colateral de Eisereich, salí con mis tutores, Gunther y Evangeline con dirección a su casa. Me sorprendió un poco que actuaran más como vasallos que como candidatos a archiduque, en especial Karstedt y Gunther.

Pero la explicación fue sencilla, «ellos lo prefieren de esa manera» aunque cualquiera estaba bien entrenado para ser relevo de Aub en caso de emergencia, así que no le di más importancia.

Llegamos con relativa rapidez a la finca en la que vivían. Al ser familia directa de la familia archiducal, estaba a un lado del castillo por decir algo. Me quedaría con esta familia un par de temporadas en lo que mi habitación en el castillo era preparada.

Cuando descendimos del carruaje, Gunther fue el primero en bajar, le dedico una hermosa sonrisa a su esposa para ayudarla a bajar. El amor era tan claro en los ojos de los dos que no pude más que admirarlos, Bluanfah baila entre ellos. No sé si su matrimonio fue político, pero claramente ambos tienen sentimientos románticos en este punto.

Con gran deleite constaté que Gunther es todo un caballero, también me ayudó a bajar del carruaje. En la puerta esperaba dos niños, una de aproximadamente nueve años o diez y un niño tal vez en edad de bautizo.

"Tulsneda, Kamilio, ella es Lady Rozemyne, hija adoptiva de Aub Eisenreich y su esposo. Presentense".

Los dos niños se arrodillaron delante de mí y me dieron sus saludos nobles. Les devolví la bendición y los dos niños me sonrieron.

"Lady Rozemyne vivirá un tiempo con nosotros por orden de Aub Eisenreich. Esperó que la traten como se debe y no se dejen llevar", dijo Gunther con tono severo a la vez que amable.

"Por supuesto, papá", respondieron los hermanos al unísono.

Me guiaron dentro de la mansión donde varios sirvientes iban y venían. Llegamos a una sala que ya estaba preparada con té para todos, entonces nos sentamos y ellos hicieron la prueba de veneno.

Los dulces eran terrones de azúcar que me recordaron ese maldito palacio y a mis dos asistentes muertas. Apreté un poco los puños por el recuerdo, pero tenía que seguir adelante.

"Lord Gunther, Lady Evangeline, muchas gracias por recibirme en su hogar. Trataré de no ser una carga para ustedes".

"No hay necesidad de ser tan formal, Lady Rozemyne", dijo Evangeline con una sonrisa amable que de alguna manera me tranquilizaba. No solo se parecía a Flutrane, ella transmitía la misma paz.

Gunther miró un momento a su familia y luego colocó una herramienta anti escuchas de rango específico en el centro de la mesa. "Lady Rozemyne, quiero disculparme anticipadamente, pero mi familia es de todo menos normal. Así que, si nuestro comportamiento te ofende en algún momento eres libre de decirlo".

"Gunther no tienes porqué preocuparte, pueden comportarse como lo hacen con normalidad, en realidad la que debe disculparse soy yo por imponerme de esta manera, con tan poco tiempo de antelación".

"Entonces, todos estamos igual", dijo con una sonrisa divertida y le asentí.

"Bien. Tulsneda, ¿puedes acompañar a Lady Rozemyne y mostrarle su habitación? Ella querrá descansar adecuadamente", dijo Evangeline con una mirada cálida.

No pude evitar pensarlo, pero me hubiera gustado nacer en una familia tan amorosa como la de Gunther y Evangeline. Su comportamiento noble era ejemplar, pero había algo más en el ambiente de esta familia y me encontré deseando un poco de eso.

"¿Nos vamos Lady Rozemyne?", preguntó la chica.

"Claro", respondí y la empecé a seguir por detrás.

La flor y el demonio: Libro 1: La Flor del Desierto BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora