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Un rojo que parecía irreal.

Un tamaño que parecía falso, casi parecía una decoración.

Una manzana recién traía del gran árbol que había en el patio de aquella casa, para aquella niña consentida. La manzana era tan bonita que la niña no se la quería comer. Después de un rato y de la insistencia de uno de los integrantes de la familia la niña se la comió.

Los días pasaron y el árbol se volvió más grande, y continuaba dando manzanas rojas y bonitas. Toda la familia comió de estas manzanas. Fue al mes que los integrantes de esta familia de una manera misteriosa comenzaron a morir, primero la niña, por último la madre.

La familia contaba con seis integrantes.

El día del funeral de la madre, la gente detallo que había cinco de seis ataúdes. Alguien había "sobrevivido".

¿Quién?, ¿Dónde estaba?, ¿no habrá comido alguna manzana?

Microrrelatos: sueños perdidos©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora