Capitulo 8

5 1 0
                                        

Se dice que durante un sueño no sueles tener percepción del tiempo. Pero de todas maneras, el mismo sueño le hacia a entender a Rocio que una persona extraña estaba parada justo en frente de su casa por horas, días, noches y semanas. La figura era irreconocible, oscura como una sombra y dos lámparas redondas por ojos.

No movia ni un musculo.

Rocio estaba sola adentro y al pasar del tiempo, echaba un vistazo por la ventarla para verlo ahí. Fijo y expectante.

Ella intento llamar a la policía, pero solo contesto la misma voz criptica de la vez anterior diciendo: "¿Qué hiciste?"

Corto. Volvio a marcar otro numero para llamar a su madre. Luego a Lilly. Y luego a Matias. Pero la respuesta era exactamente la misma. Como una grabación instalada en bucle.

Rocio se rindió y decidio mejor intentar escapar ella misma de la potencial amenaza que se encuentra afuera. La figura seguía sin mover un solo musculo. Parecia inanimado.

Ella quiso irse por la puerta trasera sigilosamente. Esta conducia a una terraza. Luego ella vio un establo mal ubicado en la esquina. Ella caminaba despacio. No queria llamar la atención de la figura ni de nadie.

Entro al establo, pero se detuvo porque vio que había algo adentro. Se escuchaba el ruido de masticadas desenfrenadas ahí.

En medio de la oscuridad de ese aposento, había paja ensangrentada por todos lados. Y un cuerpo humano siendo devorado desde el torso por una criatura cuadrupeda. Era ese mismo caballo. Lo reconocia.

Desesperadamente se comia la carne como si fuera un depredador hambriento. De alguna manera, ella pudo reconocer que la persona era la misma que estaba al frente de su casa.

El animal volteo su cabeza a verla de repente. Si bien la estructura del cuerpo era reconocible como para distinguir que era el mismo caballo, su rostro parecía ser otra cosa totalmente distinta.

Sus ojos grandes eran humanos.

De su labio inferior sobresalían colmillos muy afilados, curvados, finos y puntiagudos como los de un pez de las profundidades.

Y la mitad de su cara empapado en sangre y viceras

Rocio se maldijo al momento de despertar.

Esa imagen espantosa quedara plasmada en su mente por muchos días, dándole un horrendo sabor de boca.

¿Y Lilly queria que le cuente todo eso? Para pensar ella ya no esta segura de ir a verla. La amnésica se encontraba muy conflictuada en decidir a quien depositarle realmente su confianza.

Rocio no le conto nada a su madre sobre el accidente del dia anterior. Solo se limito a decirle que fue a ver a Lilly y que luego se encontró con Matias.

Ella quiso salir a caminar otra vez.

Ahora resulta que cada caballo que veía en el camino, tenga la apariencia que tenga, le inspiraba miedo y escalofrio. Porque ella solo se acordaba de ese rostro espeluznante en el sueño.

Esto ya era ridículo. No podía seguir asi. Se sentía como el único espécimen en este mundo capaz de tenerle un temor irracional a uno de los animales mas corrientes que hay.

Rocio corria. Lloraba mientras lo hacia y se aventuro por el bosque. Buscaba la cascada.

En cierto punto se canso de correr. Su llanto se convirtió en jadeos sonoros por el cansancio. Ella entonces camino por el sendero de tierra. De a poco reconocio la cascada en el fondo. La naturaleza le proporcionaba los mismos sonidos de siempre.

Cuando llego a su destino, ella ni loca se atrevio a pisar el muelle. Ella mantenía cierta distancia para contemplar aquella reliquia natural relajante.

Paper FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora