Recuerdos-Aegon Targaryen

Recuerdo 2: Aegon enfermo

Por alguna extraña razón el rey Viserys llamó a toda su familia para hablar de algo importante. Todos se encontraban ahí arreglados y bien bañados menos uno pero no diremos quién es.

Rhaenyra tenía a sus lados a sus hijos mayores y entre sus faldas se encontraba el pequeño Joffrey el cual estaba más entretenido jugando con los dedos de su mamá que de la conversación que estaba por venir.

Alicent y sus hijos e hija también estaban presentes, todo era perfecto solo había un pequeño detalle y es que Aegon tenía una terrible resaca.

-Los he reunido aquí porque quiero dar un anuncio a todos los aquí presentes-comenzó el rey

Todos estaban atentos a lo que diría a continuación su rey, menos Aegon quien empezaba a sentir un fuerte dolor de cabeza-Han habido rumores de que mi hija Rhaenyra, mi heredera no debe ser la futura reina de los 7 reinos; por lo tanto, quiero anunciar que....

El ruido de una arcada se escuchó por toda la sala y no era nadie más que Aegon el que estaba vomitando todo el alcohol de la noche anterior; todos estaban estupefactos por lo que estaba sucediendo nadie movió un solo dedo para ayudar a dicho príncipe.

-Tío!!- Jacaerys corrió al otro lado de la sala solo para ayudar a su amado tío, le daba pequeñas palmaditas con una mano y con la otra le quitaba el cabello de su bello rostro que estaba empapado en sudor por el esfuerzo

Al rey no pareció importarle menos el estado de su hijo mayor así que prosiguió con su discurso familiar hasta que la misma reina fue quien lo detuvo moviéndose de su lugar para ir a ver a su hijo.

-Aegon, ¿estás bien?-tomó su rostro entre sus manos para mirar de cerca que tan enfermo estaba, el niño solo la miraba cansado.

La reina lo tomo entre sus brazos y volteo hacia su marido.

-Nuestro hijo no se siente bien, esposo

-Bien, pueden retirarse, esposa- habló monótono

En realidad el rey Viserys solo los había despedido a ellos dos, sin embargo, la princesa Helaena dió una reverencia con gracia y tomó de las manos a sus dos hermanos menores para salir detrás de su madre y hermano mayor.

Jacaerys al ver cómo se llevaban a su tío quería ir a su lado y asegurarse de que se encuentre bien pero su madre lo llamo dirigiéndole una mirada curiosa por tal acción.

-Eres un idiota-Aemond no quería demostrar su preocupación así que lo atacó para disimular

-Gracias por tu preocupación hermanito- tragó la bilis que le subía por la garganta

-¿Por qué estás golpeado?-preguntó inocentemente su hermano menor Daeron. El pobre infante se preocupó al ver el torso de su hermano vendado y cubierto de morado por doquier.

-Me caí de un árbol-mintió

Le contó a sus hermanos cómo escaló aquel grande y feo árbol y al haberse confiado en una rama se dejó caer para solo conseguir que la rama se rompiera y el cayera de bruces hacia el suelo.

Su hermana estaba poniéndole paños con agua fría en su frente debido a la fiebre tan fuerte que lo atacó mientras tanto tarareaba una melodía ajena a su conversación.

Esa noche el pequeño Daeron y Aemond se negaron a irse y dejar solo a su hermano y Helaena que extrañaba a sus hermanitos menores optó por quedarse y a pesar de que la cama era grande no cabían todos en ella.

-No cabemos todos en esta cama, es mejor si-

-Shh-ordenó la princesa

Se acostó en el lado derecho de Aegon y del izquierdo se encontraban los otros dos niños.

Tal vez no fue la mejor noche de ninguno pues durmieron apretados e incómodos, sin embargo, por primera vez en mucho tiempo se sintieron unidos. Solo se tenían unos a los otros, nadie más, eran solo ellos cuatro contra el mundo

La reina y madre de dichos niños entró para hablar con su hijo pero al ver a todos sus bebés ahí abrazados y durmiendo en paz decidió que su charla podía esperar. Se acercó a cada uno de ellos y depósito un suave y casto beso en sus frentes o mejillas los miró unos segundos más y salió de la habitación.

Alicent sabe que no era la mejor madre, sabía que su padre lastimaba constantemente a sus hijos y a su pequeño Daeron lo apartaba como si fuera una plaga y no su nieto, sin embargo ella los amaba a todos y está dispuesta a dar su vida con tal de mantenerlos a salvo.

La escena de su hijo golpeado por su padre la destrozó, pero al ver a sus hijos dormidos juntos como cuando eran tan solo unos infantes terminó de romperla y se preguntó si estaba tomando las decisiones correctas.