Karmagisa one shots

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Nota: Esto se desarrolla después de 10 años de lo acontecido en el manga.

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-Es la última vez que vengo a una de estas cosas- dijo Karma cuando los recién casados se besaban con ternura, mientras bailaban una pieza de música.

-Vamos, no es tan malo- dije tratando de calmar a mi amigo.

La boda de Maehara y Yuuma había sido de lo más emotiva, recordando todo lo bueno y malo del pasado, prometiendo estar siempre al lado del otro, un futuro juntos.

Debo confesar que lloré, al igual que la mitad de los presentes los cuales deseaban lo mejor a la nueva familia, pero regresando al presente, la fiesta estaba transcurriendo en un hotel, con un salón decorado con flores y listones, una barra de bebidas y un amargado Karma que se aferraba a ella.

-Karma, ¿no crees que ya son demasiadas? - dije señalando las copas vacías, poniendo en evidencia su exceso

No pronunció queja alguna, sólo esperó hasta que su "salvación " llegara para apaciguar su aburrimiento.

-Vamos Nagisa sólo llevo cinco- dijo alzando el vaso, tomando el líquido irresponsablemente - ahora son seis- sonrió de forma perezosa y pícara.

Admiraba este aspecto de él, su resistencia para el alcohol era por mucho mayor que la mía.

Pero en esta ocasión tenía la cara roja y los ojos vidriosos, tan lindo.

-Eres a-bu-rri-do Nagisa~, llevas con la misma limonada desde la cena- dijo en un puchero.

-No todos tenemos un estómago de acero Karma-kun - dije resaltando el honorifico, ya hace un tiempo que no nos era necesario utilizarlo, pero esta situación me incomodaba demasiado.

Desvíe la mirada hacia Isogoai que venía hacia nosotros de la mano de su esposo.

- ¿El jitomatito ya se rindió? - dijo Maehara señalado el bulto que aparentaba ser Karma.

-Estoy bien, sólo he teniendo más trabajo de lo usual- dijo el pelirrojito golpeado la mesa, tratando de ocultar su notable ebriedad.

-Lo dudo, tú debes ser el tirano de tu oficina Karma - dijo Hiroto con sinceridad - ¿por qué no vas a descansar un poco? - tocó su hombro en señal de advertencia.

Karma negó su oferta con la mirada.

-Nagisa- dijo Yuuma observando lentamente a Karma - cuida al pequeño necio ¿sí?.

Miré a mi platónico en esas condiciones, pero aún así no tenía el carácter ni el corazón para negarme.

-C-claro Yuuma-kun - dije sonriendo para ocultar mi nerviosismo.

Tenía un muy extraño presentimiento.

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Diez minutos después y dos margaritas más, un Karma borracho estaba literalmente acostado sobre toda mi espalda.

La gran diferencia de estatura me complicaba por completo el cargarlo, sus pies provocaban que tropezara cada siete pasos.

Karma sólo murmuraba pequeñas palabras difíciles de entender y con la llave de la habitación entramos.

-Karma levántate un poco más, p-pesas demasiado - dije con preocupación por lo que podría suceder.

Como lo imaginé caímos, el encima de mí y yo con el rostro al piso, al frío piso.