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Después del ajetreado día que había tenido, lleno de planes descabellados, intentos de asesinatos fallidos y explosiones suicidas, Nagisa llegó a casa sin ganas de hacer otra cosa más que dormir.

Ni siquiera había querido cenar, al llegar a casa se desplomó sobre la cama quedando profundamente dormido casi al instante, ni la vibración de los mensajes llegando con insistencia logró moverlo.

“Mañana los revisaré de todos modos” pensó sin darle mucha vuelta al asunto pero, aquello no ocurrió. Al día siguiente una Hiromi bastante molesta le despertó diciendo que su alarma había estado sonando y que ya solamente tenía 30 minutos para alistarse.

Un apresurado Nagis se baño y secó el pelo en tiempo récord, ni siquiera pudo prepararse algo de desayunar. Rápidamente tomó sus cosas y corrió hacia la estación.

Al llegar intentó acercarse a algún lugar para comprar algo de comer, al estar formado para pagar sacó su teléfono dándose cuenta que tenía apenas tres por ciento de batería.

Antes de poder abrir el chat la fila avanzó guardó el teléfono para sacar su billetera y pagar volvió a sacar el móvil sin embargo el anuncio sobre la llegada del tren a la plataforma provocó que postergara un poco mas responder.

Y para terminar de hacer peor su mañana el tren estaba a reventar  a duras penas había logrado entrar y durante el trayecto a la escuela moverse para volver a sacar su móvil fue imposible.

Solamente quería llegar ya.

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Por otro lado un joven de cabellos rojos y caminata aparentemente despreocupada se dirigía hacia su nuevo salón. Aunque a simple vista pareciera no tener mucho interés en llegar a tiempo, tenía dos grandes motivos para estar por ahí temprano a pesar de estar regresando de su suspensión.

La número uno era ver al pulpo del que le habían hablado hace unos días los agentes del gobierno y la segunda razón era Nagisa 

Desde ayer no había tenido noticias de él, su último mensaje fue un “ya casi entramos a la última hora de clases” y después de eso nada, absolutamente nada.

Solamente quería cerciorarse que estuviera todo bien.

El sonido de unos pasos hicieron que volteara brevemente notando a otros tres estudiantes que iban platicando.

No les prestó demasiada importancia hasta que un nombre hizo que detuviera su andar abruptamente.

—¡Maldición! el estúpido de Nagisa ayer provocó demasiados problemas.

Eso captó totalmente su atención.

—Era un plan bastante difícil para intentarlo de una sola Terasaka — dijo un chico rubio mientras pateaba una pequeña piedra.

—Podríamos intentarlo otr… — comenzó a hablar el otro chico que iba con ellos

—Nah, olvídenlo, el factor sorpresa ya no lo tenemos. Aunque volviera a convencer a Nagisa de ponerse treinta bombas encima recuerden lo que dijo el monstruo ese. 

Aquellas palabras resonaron en lo profundo de su cabeza, por un momento contuvo la respiración. Nagisa y bombas no sonaban nada bien en la misma oración.

“¿Será por eso qué…?”

Karma empezó a imaginarse muchos y terribles escenarios.

”¿No me ha respondido?”

Karmagisa one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora