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Louis y Harry estaban en el centro comercial buscando un disfraz para el rizado; una tarea nada fácil.
- ¿Qué tal este, bebé? - señaló Louis un disfraz de payaso.
Harry negó con un puchero, no había nada que le gustara, todo era muy "aterrador".
Se sentó cansado en una esquina del lugar con una carita triste haciendo que Louis se preocupara y se acercase a él.
- ¿Esta todo bien, ricitos?
- Estoy cansadito, lo siento. - se sentía mal por hacer que Louis perdiera su tiempo o eso pensaba él, llevaba casi la mitad del día de una tienda a otra en busca de algo que le gustará.
- No lo sientas, está bien, yo tampoco he encontrado algo que me guste, todos los disfraces con horribles. - susurró lo último para que nadie en la tienda lo escuchará. - Podemos irnos si quieres y comprar dulces para mañana, ¿qué dices?
- ¿Y de que nos disfrazaremos? - preguntó mientras alzaba sus brazos para que Louis lo cargará.
- No lo sé, tal vez encontremos algo o mañana podemos salir de casa temprano para buscar algo, bebé. - lo alzó y dejo un besito en su mejilla
Salieron del lugar para dirigirse al supermercado, dónde compraron varias golosinas para regalar a los niños que fueran a pedir dulces a su hogar.
- ¿Podemos llevar estás, por favor? - Harry le enseñó una caja de galletas con bombones que tanto amaba.
- Podemos, pero tienes que prometer que no te las comerás todas en un solo día o tu pancita dolerá.
- Kay, papi. - dejó la caja dentro de la canasta y tomo de la mano a Louis para seguir con su recorrido.
Cuando llegaron a su hogar Harry estaba sumamente cansado y con mucha hambre, deseaba tanto comer una de las galletas que había comprado antes, pero sabía que Louis no lo dejaría porque tenía un horario específico para comer golosinas, a menos a qué fuera un día especial como su cumpleaños o cosas parecidas, pero tal vez no perdería nada intentando convencerlo.
- ¿Qué quieres cenar, bebé? - preguntó Louis dejando un besito en sus rizos.
- Ahm, ¿podemos comer galletitas, por favor? - hizo un puchero y sus ojos brillaban haciendo que se viera hermosamente adorable.
- Hoy fuiste un buen niño, así que lo mereces, pero recuerda no comer demasiadas. -
Harry dio pequeños saltitos emocionado, porque aparte de comer sus galletitas Louis le había dicho que había sido un buen niño y eso lo hacía sentir bien consigo mismo.
